MARTA TORRES MOLINA. PERIODISTA

«El caso de Pablo nos enseña que la burocracia no puede estar por encima de las personas»

Marta Torres Molina recuerda cómo nació el reportaje que le ha valido el premio Tiflos de la ONCE, en el que narra las dificultades de un joven con diversidad funcional de Ibiza para cursar FP de Agrojardinería

La periodista de Diario de Ibiza Marta Torres Molina, ayer en el parque de la Paz.  |  TONI ESCOBAR

La periodista de Diario de Ibiza Marta Torres Molina, ayer en el parque de la Paz. | TONI ESCOBAR / maite alvite. eivissa

El lunes (3 de julio) había comenzado «un poco torcido» para la periodista de Diario de Ibiza Marta Torres Molina hasta que recibió una noticia inesperada que le alegró el día. Se la comunicaron por teléfono: había sido galardonada con el Premio Tiflos de Periodismo Social de la ONCE en la categoría de Prensa Escrita por su reportaje ‘Pablo quiere ser jardinero’, publicado el 3 de septiembre de 2022 en Es Diari.

¿Cuál fue su primera reacción al saber que le habían concedido el premio Tiflos?

Tardé en reaccionar. De hecho, al principio, cuando me llamaron del departamento de Prensa de la ONCE y me preguntaron por el reportaje que había hecho sobre Pablo me costó unos minutos entender lo que me estaban queriendo decir, pensé que querían el contacto de su madre para hacer algo. El reportaje era del año pasado y la convocatoria para el premio se había cerrado en enero de 2023 así que ya ni me acordaba de que me había presentado. Cuando comprendí que me habían premiado sentí mucha alegría e incluso me emocioné un poquito, pero me quedé un poco en shock. Creo que tengo más recursos y reacciono más rápido ante una crítica o cuando me pasa algo malo, las cosas buenas tardo más en digerirlas.

¿Y qué sintió cuando supo en septiembre de 2022 que, tras tres años de lucha, por fin Pablo Valenzuela podría estudiar una FP básica de Agrojardinería?

Recuerdo que ese día hacía un calor horroroso, que no nos habían dejado entrar en la delegación de Educación y que estábamos todos los periodistas esperando enfrente, muertos de calor. Entonces salió Lola Penín (presidenta de Apies) por la puerta con los brazos en alto, agitando papeles y llorando. Aquel fue uno de esos momentos en los que te dices: «Ostras, es que los periodistas somos útiles, es que somos importantes, es que, aunque la sociedad muchas veces no lo vea, tenemos que estar ahí». Muchas veces somos el último recurso de muchas personas y colectivos. Cuando todo el mundo les cierra la puerta, siempre hay ahí un periodista para escucharles, y eso es una parte que muchas veces no se ve. El caso de Pablo me recuerda también al de Alejandro, un chico en silla de ruedas que quería estudiar una FP de Informática y que le pusieron muchísimas pegas. Al final, a base de portadas, la conselleria le dijo que sí.

Casos como los que menciona demuestran el poder que tiene el periodismo social y de denuncia y lo necesario que es...

Sí, y demuestra que no somos sólo los virales de lo que pasa en ‘Sálvame’, bueno, pasaba, que en paz descanse; y la importancia de ese periodismo totalmente artesanal, de ir a los sitios con una libreta y un boli, de escuchar, ver y fijarse en las cosas.

¿Cómo conoció la historia de Pablo y qué le llevó a implicarse de una forma especial en ella?

De él creo que hemos escrito todos en esta redacción. El año pasado, que fue cuando su madre, Carmen Ortuzar, y Lola Penín se pusieron bravas para que pudiera estudiar la FP básica de Agrojardinería, yo estaba centrada creo que con el comienzo del curso escolar, pero seguía el tema y me parecía muy injusto lo que le estaba pasando a Pablo. Todos los medios estábamos haciéndonos eco cubriendo las ruedas de prensa, hablando con la madre, con Apies y con Educación y entonces pensé que esta historia quizás había que contarla desde otro lugar. Un día consultando la web de Diario de Ibiza me saltó un anuncio del Botánico y se me ocurrió que sería buena idea llevarlo allí. Se lo propuse a Cristina, nuestra directora, a Eduardo Mayol (director de Ibiza Botánico Biotecnológico), a Lola, de Apies, y a la madre y a todos les encantó la idea.

¿Cómo recuerda aquella jornada en el Botánico?

Fue muy chula. Quedamos a las 18 horas, estuvimos Pablo, Carmen, Lola, yo y Eduardo Mayol con el personal del Botánico. Él nos hizo de guía. Cuando salimos de allí, después de tres horas, la madre de Pablo me dijo que había sido la mejor tarde que habían tenido en muchísimo tiempo y es con eso, sobre todo, con lo que me quedo.

«Los periodistas somos el último recurso de muchas personas y colectivos cuando todo el mundo les cierra la puerta»

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El reportaje salió el 3 de septiembre y a los dos días la conselleria de Educación decía que sí a la matriculación de Pablo en la FP de Jardinería...

Creo que es un caso en el que nos volcamos todos los medios. Sí que es verdad que aquella tarde en el Botánico, Mayol nos dijo que si la conselleria de Educación no le dejaba estudiar Jardinería, ellos se ofrecían a formarle. No sé si eso tuvo algo que ver en la decisión institucional, pero supongo que mostrar esa parte más humana y ver a Pablo diciendo convencido que quería ser jardinero acabó por decantar la balanza.

¿Qué sabe de él últimamente?

Me llegan cosas a través de Lola. Hace poco me contó que Pablo había acabado el curso y que ya tenía la matrícula hecha para el que viene y que éste va a ser el primer verano que Carmen se va a poder ir a la playa sin estar preocupada por si la conselleria de Educación va a dejar o no a su hijo matricularse.

¿Qué nos enseñan historias como la de ‘Pablo quiere ser jardinero’?

Que la burocracia no puede estar por encima de las personas. Las instituciones están ahí para ayudar a la gente, no para ponérselo más complicado, especialmente a personas que ya tienen una vida muy difícil. Una de los argumentos que más gracia me hacía de los que daba la conselleria para defender su posición inicial es que si dejaban a Pablo matricularse a lo mejor no terminaba el curso. ¿Cuánta gente conocemos nosotros sin ningún tipo de problema que se matricula en una carrera y que al cabo de unos meses la deja porque no les gusta, porque no es lo que pensaba, porque no lleva bien estar fuera de Ibiza o lejos de su familia o porque se agobia?

Con el de la ONCE suma ya una decena de reconocimientos por su trabajo. ¿Cuál es el galardón que le ha hecho más ilusión?

Todos, pero el que me concedió la Fundación Grupo Norte por mis reportajes sobre violencia machista me hizo muchísima ilusión por ser el primero y por ser, además, un premio nacional. Éste último también por el tema que aborda.

¿En qué se va a gastar los 9.000 euros del Tiflos?

Sabes perfectamente cómo están los sueldos de los periodistas y cómo han subido las hipotecas, la luz y los tomates, así que este dinero va a servir para sobrevivir. Quiero quitarme algo de hipoteca y pagar el coche.

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