El mercado de la compraventa de viviendas en las Pitiüses comenzó con buen pie nada más iniciarse este año, cuando en enero y febrero creció un 41%. Pero en mayo (el peor mayo de los últimos tres años) se torció esa trayectoria con una caída inesperada del 46% en relación al ejercicio de 2017, según los datos publicados ayer por el Instituto Balear de Estadística (Ibestat) a partir de la información suministrada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ese mes se vendieron 121 inmuebles, sólo la mitad que hace un año.

Sube en España, baja en Balears. Sorprende ese importante descenso, especialmente si se compara con lo ocurrido en el resto de España, donde las compraventas aumentaron un 4,7% en relación al mismo mes del año 2017, según la información publicada ayer por el INE. Pero no sorprende tanto si la referencia es Balears, Comunitat en la que las operaciones descendieron en mayo un 26,4%, con medio millar de viviendas menos. Mallorca se ha visto muy afectada por ese cambio de rumbo de la actividad inmobiliaria: la bajada ha sido allí del 30,4%, con 463 casas menos que en mayo de 2017.

Las islas, a la cabeza... del descenso. Balears (-26,4%) lidera el descenso de las compraventas de mayo en el territorio español. Le siguen Asturias (-15%), Cantabria (-11%) y Cataluña (-10,7%). El resto de comunidades autónomas, en las que el ladrillo vuelve a dar señales de reanimación, tuvieron registros positivos de esa estadística.

Estancamiento. Si se suman las operaciones efectuadas en lo que va de año, de enero a mayo, las compraventas están estancadas: se han registrado 882, sólo tres menos que en el mismo periodo de 2017. Son, eso sí, un 7,3% menos que las realizadas durante esos primeros cinco meses del año 2016, y un 13% menos que las contabilizadas en 2007, poco antes de que estallara la burbuja inmobiliaria que dio pie a la profunda recesión económica.

Descienden las transmisiones. También se produjo en mayo un descenso del 26,2% del número total de fincas transmitidas, que incluyen las rurales, las urbanas y, dentro de estas, desde los pisos y solares a los garajes y locales comerciales. Hubo un total de 517 transmisiones, 184 menos que hace un año. Aun así, es un buen dato, el mejor (sin contar el de 2017) desde 2010.

Las mismas rústicas, pero menos urbanas. El número de fincas rústicas transmitidas (115) es prácticamente el mismo que en mayo de 2017 (118), así como el dato más elevado desde 2010. La mayor reducción se ha producido en la transmisión de fincas urbanas, que ha descendido un 31%, al pasar de las 583 de hace 12 meses a las 402 de mayo.

Menos solares y locales comerciales. El bajón de la actividad no sólo ha afectado a las viviendas. También se han reducido un 48% las transmisiones de solares urbanos, de los que cada vez quedan menos: sólo se formalizaron 17, la menor cantidad (junto a los 16 de 2015) de la última década. Este año, la transmisión de solares acumula una caída del 36,6%. Pero también disminuyeron las operaciones vinculadas a locales, de las que se registraron 142, casi un 27% menos que en mayo de 2017. Es también uno de los peores datos de la última década. Se produce esta caída tras el incremento sustancial producido en ese mercado durante los meses de febrero, marzo y abril.

Aumenta la compraventa de vivienda nueva, baja la usada. De enero a mayo se realizaron 247 compraventas de viviendas nuevas en Eivissa y Formentera, casi un 18% más que en el mismo periodo de 2017. Sigue siendo mayor el peso de la vivienda usada, de la que se han registrado 635 operaciones, eso sí, un 6% menos que hace un año. Y un 4,4% más que en 2016. Curiosamente, ese año, hubo 97 compraventas más de viviendas nuevas (un 28,2% más) que en este 2018.