Alargar la vida de un almendro es posible siempre que se le den los cuidados oportunos, que no son pocos. No hay elixir de la eterna juventud, pero José Malagón, jefe de la sección de Fruticultura del Institut Valencià d'Investigacions Agràries, conoce unos cuantos 'trucos de belleza' para que el ciclo vital de estos frutales se alargue por encima de la media, que está en torno a los 80 años.

Una veintena de personas se acercaron ayer por la mañana hasta Santa Agnès con la intención, no sólo de contemplar el bello espectáculo de los almendros en flor, sino también para escuchar los consejos de Malagón y ver paso a paso cómo se hace la poda de un ejemplar viejo de este árbol.

La primera recomendación que dio este ingeniero agrónomo fue que «con tiempo húmedo y frío es mejor no podar, para evitar que entren bacterias y hongos». «El desmoche se hace en invierno, después de que hayan caído las hojas, pero evitando la humedad», insistió Malagón.

La poda en ejemplares de edad se tiene que hacer en dos años y no tiene que ser agresiva. Hay que quitar todas las ramas secas y abrir la copa, vaciándola en su interior, para que entre el sol y se puedan formas las yemas de flor. Se debe dejar un tercio de la copa para no provocar un trauma en el árbol. Una vez terminado este proceso de rejuvenecimiento, hay que cubrir «las heridas» realizadas con una pasta cicatrizante.

Los cuidados no se limitan a cortar las ramas sobrantes, es importante alimentar al almendro abonando con cenizas o fertilizante, regar lo suficiente y hacer un labrado ligero para que pueda seguir con vida, como remarcó el técnico del Consell de Ibiza Josep Lluís Joan, que también asistió al curso práctico.

En total se intervino en tres almendros aplicando distintos niveles de poda, dependiendo del estado del árbol. Algunas de las ramas del segundo árbol que se podó, bastante deteriorado, se salvaron gracias al «indulto» del público y al carácter «cauto» de Malagón en esta materia.

El tercer almendro se llevó «el corte más grueso» porque «está prácticamente muerto», afirmó el especialista.

Demasiado deteriorados

Para Malagón, los almendros de Ibiza «están demasiado envejecidos» y la poda de rejuvenecimiento que ayer explicó «se tendría que haber hecho hace por lo menos ocho o diez años».

En es Pla de Corona hay ejemplares que tienen cerca de 200 años, como apuntó uno de los asistentes, Toni Bonet, propietario de uno de los terrenos donde hace unos días se hizo una replantación de 286 almendros jóvenes.

Josep Lluís Juan también coincidió en señalar que la situación de este frutal en Ibiza no es buena ya que los árboles, en su mayoría, están deteriorados o enfermos. «Llevamos dos generaciones en las que no se ha realizado ninguna actuación», afirmó.

De los almendros con más edad ya no se puede sacar rentabilidad económica, porque estos frutales dejan de ser «productivos al máximo al pasar los primeros quince o veinte años», pero «si no se hace nada en cinco o diez años todo se convertirá en bosque», advirtió el técnico insular. El objetivo de iniciativas como la de ayer es precisamente esto, enseñar a los payeses a alargar la vida de sus almendros para seguir manteniendo este paisaje tan característico de las Pitiüses.

La jornada finalizó con la visita a las terrenos de es Pla de Corona donde se ha hecho una nueva plantación de 286 almendros, en regadío y en secano. Aunque la lluvia del día previo había dejado enfangado el camino, fueron muchos los que se animaron a ver las dos fincas. En ambas se han instalado ya los patrones. En la de regadío se realizarán injertos de variedades nuevas de almendra como 'la Marta' y en la de secano, de variedades tradicionales de la isla como la pau y la espineta.

La intención de esta repoblación es obtener información empírica de cara a orientar en un futuro nuevas plantaciones de almendros y redinamizar este cultivo, que está en grave retroceso.