Pedro Horrach, titular de Anticorrupción de Balears durante diez años y fiscal del caso Nóos, se estrenó en 1993 como representante del Ministerio Público en la isla. La casualidad o el destino han querido que 24 años después volviese a Ibiza para debutar como abogado defensor del promotor alemán Matthias Kühn. Pese a su larga trayectoria ejerciendo la acusación particular, tras la vista oral celebrada ayer por la mañana en el Juzgado de lo Penal número 2, a Horrach no se le hizo raro ocupar el lugar de la defensa. Aunque afirmó que se había sentido «cómodo» y que estaba «satisfecho» por cómo había transcurrido su intervención, reconoció a este diario que tenía que adaptarse a su nuevo rol. «Estoy más acostumbrado a acusar que a defender», confesó, con una sonrisa, el letrado.

En su debut, Horrach sólo tuvo dos lapsus. El primero de ellos fue equivocarse de municipio, aunque lo corrigió enseguida. «El Ayuntamiento de Ibiza, perdón, el de Santa Eulària, ni siquiera respondió al proyecto de legalización que presentó Khün», señaló. El siguiente despiste fue no citar un artículo del Código Penal. «¿Quiere anular todo lo actuado? No me ha dicho qué punto se ha infringido?», le reprochó la jueza, a lo que el letrado le respondió con modestia: «tiene razón».

Tras estas pequeñas confusiones en la ratificación de su escrito, comenzó a mostrar sus armas. La primera de ellas fue tratar de convencer a la titular de lo Penal número 2, Martina Rodríguez, de que su cliente estaba sentado en el banquillo por ser quién es y por la «presión mediática» y no por la comisión de los dos delitos por los que le acusa la Fiscalía. «El ruido mediático condiciona muchos casos», sostuvo Horrach ante el tribunal y ante seis medios de comunicación que siguieron el juicio, que no condicionaron lo más mínimo al letrado, acostumbrado a un público multitudinario gracias al caso Nóos, en la Audiencia Provincial de Palma, donde se congregaron más de 600 periodistas.

Su cliente tampoco se inmutó por la presencia de los medios de comunicación y apenas parpadeó durante las casi cinco horas en las que se prolongó la vista oral. Se mantuvo con rostro serio desde su llegada a la sede judicial de Isidor Macabich hasta que la jueza dejó visto para sentencia el juicio.

Para defender al acusado, Horrach recurrió a su experiencia como fiscal. Con tono alto y voz serena disparó sus balas contra la instrucción de este procedimiento y el papel del Ministerio Fiscal. «Se han saltado la Ley de Enjuiciamiento Criminal», señaló Horrach.

A continuación añadió que nunca había visto una instrucción como la de este caso (llevada a cabo por el anterior juez de Instrucción número 2, José Espinosa) y criticó al Ministerio Fiscal por calificar como ilegales unas obras, las del islote de Tagomago denunciadas, cuando la única administración competente es el Ayuntamiento de Santa Eulària. «Ustedes no pueden determinar si una construcción es autorizable o no», apuntó el letrado.