MASIFICACIÓN | Concentración por un cambio de modelo

Protesta contra la masificación en Ibiza: «Somos extranjeros en nuestra isla»

Alrededor de 1.000 personas de todas las edades protestan en Ibiza contra el modelo turístico y la emergencia habitacional. Denuncian la saturación en las carreteras y playas y el agotamiento de los recursos hídricos

«Los precios de la vivienda son invivibles para la gente trabajadora. La isla cada vez es más de lujo, pero para los que trabajan para ese lujo no hay cabida»

La protesta contra la masificación turística congrega a mil personas

Vicent Marí

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Había muchas ganas de salir a la calle y gritar. Cuando los precios del alquiler son una pesadilla, cuando coger el coche conlleva una buena dosis de estrés por la saturación de las carreteras en temporada, o cuando ves que parte de los tuyos abandonan su tierra por la salvaje gentrificación que expulsa de Ibiza a los residentes, no dudas en corear las consignas que se escuchaban ayer en la movilización celebrada en la avenida España, ante el Consell de Ibiza, contra la masificación. ‘Ja n’hi ha prou!’, ‘Eivissa no se alquila’, ‘Quiero poder pagar el alquiler’ o ‘Prou jets privats’ son algunos ejemplos. El cabreo de nuestras islas hermanas, en Canarias, ha llegado a este lado del Estado español. Al hablar con los manifestantes, se confirma que hay una indignación acumulándose desde hace tiempo.

Un grupo de jóvenes muestra sus carteles y la bandera de Eivissa. | VICENT MARÍ

La protesta contó con participantes de todas las edades. / VICENT MARÍ

Alrededor de mil personas acuden a la convocatoria de Prou!, una concentración que ha servido para tomar el pulso. Finalmente hizo falta cortar la calle por la gran afluencia de personas y los convocantes ya dijeron este viernes que esto no se quedará aquí. Habrá más capítulos.

La protesta contó con participantes de todas las edades. | VICENT MARÍ

Un grupo de jóvenes muestra sus carteles y la bandera de Eivissa. / VICENT MARÍ

«No se puede conducir, no se entiende que haya mansiones con piscinas en un sitio donde hay pocos recursos hídricos, los precios de la vivienda son invivibles para la gente trabajadora y al fin y al cabo esta es una isla cada vez más de lujo, pero para los que trabajan para ese lujo no hay cabida. Es insostenible», expresa Elena Martínez. Con todo, concluye que este modelo genera «una tensión» que, a pesar de que «cada año se dice que no puede ir a más, cada año se tensa más la cuerda». Asegura que mira cuándo y dónde son los grandes eventos y fiestas para usar carreteras alternativas. Siempre trata de esquivar las aglomeraciones, pero critica que «cada vez es más imposible». Sunara Agustín pide regular el precio de la vivienda: «Eso es lo más necesario».

Vista general de la concentración en la avenida España. | VICENT MARÍ

Vista general de la concentración en la avenida España. / VICENT MARÍ

«Lo peor es que ha habido un deterioro absoluto de la isla y de las condiciones de vida de la gente local. Nosotras somos ibicencas, hemos nacido aquí, hemos estudiado fuera y hemos vuelto para trabajar», resume Marina García, de 29 años. Viene con Lucía Domínguez, de 31. Hay muchísima gente joven en esta protesta. También alumnos de instituto. Ambas trabajan en el sector público (en Recursos Humanos en el sistema sanitario y en un instituto, respectivamente) y explican que conocen a quienes, tras terminar los estudios fuera de Ibiza, ya no han regresado. «Mi hermana lleva 13 años viviendo en Madrid y no volverá», señala Marina. Otros dos concentrados indican que, aunque en las grandes ciudades los precios también son muy elevados, allí al menos existe la opción de alquilar algo más barato en los pueblos de las afueras.

Una pancarta contra los ‘jets’ en el aeropuerto de Eivissa. | VICENT MARÍ

‘Performance’ contra los ‘jets’ privados. / VICENT MARÍ

Lucía lamenta que, aunque en la isla hay trabajo, «o vives con tu familia, o compartes piso o encuentras algo de lo que te echan en verano», por lo que «la posibilidad de establecerse es muy complicada para muchas personas»; y ella toca madera porque ha podido comprar un piso junto con su pareja: «Tuvimos suerte, me considero afortunada, porque no es nada fácil (...) Faltan profesionales, no quieren venir». La vivienda es el gran tema y todos los manifestantes lo comentan.

‘Performance’ contra los ‘jets’ privados. | VICENT MARÍ

Una pancarta contra los ‘jets’ en el aeropuerto de Ibiza. / VICENT MARÍ

Begoña trabaja en un centro de salud. La destinaron a Ibiza hace año y medio y ya se olía lo que le esperaba en la isla. Pronto tendrá que dejar el inmueble en el que está ahora: «En julio todavía puedo quedarme, pero tengo que pagar el doble, y a mediados de agosto lo tengo que dejar, ya lo han apalabrado con otros. Estoy buscando dónde quedarme desde mediados de agosto hasta finales de septiembre. Los propietarios me han dicho que puedo volver en octubre, noviembre y diciembre».

Algún que otro encuestado para este reportaje pronuncia la palabra «afortunado» por contar con un alquiler antiguo o de algún conocido que les ha puesto un precio asequible. En Ibiza esto es como que te toque la lotería. Es el caso de Juan Carlos Villalba (34 años) e Irene Muñoz (31), que son pareja y ejercen de administrativos en el sector privado. «Tenemos amigos que habían montado empresas aquí, les iba bien y han decidido irse porque veían que tenían que pagar un alquiler excesivo, ya fuese del local o de su casa, y que todo les salía más caro. A pesar de tener un negocio no podían comprarse una casa ni hacer nada», relata Irene, quien añade, por otra parte, que cuando comienza la temporada y llega la avalancha de coches, debes ir al volante «con veinte ojos». Hay más posibilidades de tener un susto.

Su pareja critica que la masificación se manifiesta en muchos ámbitos: problemas en bienes como los recursos hídricos, en la calidad de los servicios o en la sanidad, por citar algunos ejemplos.

Almudena García, por su parte, destaca, también, que la masificación de la temporada se hace especialmente notable en las carreteras: «Es sintomático de que claramente sobran coches y gente. A medida que va comenzando la temporada, ves que cada vez tardas más en llegar a casa. Además, llevo en Ibiza ocho años y antes en verano podía ir a las playas de Sant Josep, que es mi municipio». Ahora ya descarta esa opción. Mientras los encuestados comparten sus reflexiones, de fondo se gritan proclamas y en algunas pancartas se puede leer: ‘No volem una illa de ciment’ o ‘Massificació i luxe= Mort’ o ‘Som estrangers a la nostra pròpia illa’.

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