El Ayuntamiento descubrió en 2013 graves infracciones en el local derrumbado en Playa de Palma

El Consistorio abrió hace once años tres expedientes por irregularidades urbanísticas con obras y en 2020 acordó sanciones

Las vistas del Medusa Beach Club. /

Las vistas del Medusa Beach Club. / / FACEBOOK MEDUSA BEACH CLUB

Redacción

El Ayuntamiento de Palma tiene en sus archivos tres expedientes por infracciones urbanísticas cometidas en el local que antenoche se vino abajo en s’Arenal. En 2013, durante el mandato de Mateu Isern (PP), los técnicos municipales descubrieron que se habían realizado obras irregulares en el inmueble, según consta en la documentación municipal. Las imágenes de la zona muestran cómo en ese periodo el restaurante situado en los bajos —llamado entonces Tex Mex— se extendió a la cubierta, donde se instaló un entoldado, una barandilla acristalada con sillas y mesas para atender a la clientela. El recorrido de aquellos tres expedientes se prolongó hasta el 24 de marzo de 2020, ya con la izquierda en el poder, con José Hila (PSOE) como alcalde y Neus Truyol (Més) como regidora del área. La Gerencia de Urbanismo acordó entonces iniciar sendos «expedientes sancionadores por infracción urbanística» contra el negocio por las ilegalidades detectadas siete años antes. Estas medidas no impidieron que la cubierta del edificio siguiera acumulando elementos en sucesivas obras y reformas, cuya legalidad está ahora siendo objeto de análisis.

Resolución del Ayuntamiento de Palma sobre los tres expedientes sancionadores por infracciones urbanísticas en el edificio.

Resolución del Ayuntamiento de Palma sobre los tres expedientes sancionadores por infracciones urbanísticas en el edificio. / DM

Resolución del Ayuntamiento de Palma sobre los tres expedientes sancionadores por infracciones urbanísticas en el edificio. / DM

El Medusa Beach Club ocupa dos edificios contiguospero diferentes. El que se vino abajo está situado en el número 34 de la calle Cartago y en los registros de bienes inmuebles figura como un bajo de 109 metros dedicado al ocio y la hostelería, sin alusión a actividad alguna en el techo ahora convertido en terraza, y construido en 1972. En el registro de empresas, actividades y establecimientos turísticos del Consell de Mallorca, desde noviembre de 2002 está abierto con licencia de restaurante con un aforo de 62 personas.

El inmueble colindante, en el número 35, tiene tres plantas. El bajo está registrado como comercio y almacén y los dos pisos superiores figuran como vivienda, sin referencias a ningún tipo de negocio. Tiene también licencia de restaurante desde 2010, según el registro del Consell, con un aforo de 65 personas.

Los dos edificios fueron unificados en 2018, cuando dos hermanos austríacos con varios negocios compartidos, Christian y Gerald Arnsteiner, crearon junto a otras dos personas la sociedad Tex Mex Cactus y empezaron a explotar el restaurante mexicano del mismo nombre. Gerald era ya entonces director general del Megapark, la macrodiscoteca de Bartolomé Cursach en s’Arenal, y compaginó ambos puestos hasta que en septiembre de 2020 se desvinculó de Tex Mex.

Tras la pandemia, en 2021, el establecimiento fue sometido a una reforma —cuyo alcance no ha sido todavía esclarecido— y en mayo de ese año abrió sus puertas como Medusa Beach Club. El negocio ocupaba ya los bajos de los dos edificios y la terraza del número 34, donde Cort había detectado las graves irregularidades casi una década antes. Allí se ofrecían actuaciones de pinchadiscos, servicio que según las fuentes consultadas le obligaba a tener una licencia diferente a la de restaurante. Las imágenes difundidas por el propio establecimiento muestran cómo se había reforzado la estructura que sujetaba el entoldado y sobre él se había instalado un techo, añadiendo así más peso a la estructura que finalmente colapsó el jueves por la noche.

Cronología del Medusa Beach Club

Cronología del Medusa Beach Club. / DM

En el sótano del edificio del número 34 —donde acabaron los escombros y buena parte de las víctimas— está ubicada la discoteca Coco Rico. Figura en el Catastro como un aparcamiento y en el registro del Consell consta que tiene licencia de bar, con un aforo de 30 personas. Sin embargo, abre sus puertas de diez de la noche a cuatro de la madrugada y ofrece fiestas de forma habitual, como en Nochevieja.

Pese a esta retahíla de sospechosas irregularidades, el Ayuntamiento de Palma no ha dado todavía explicaciones sobre la situación concreta del establecimiento. «Lo estamos mirando todo. Pero no puedo hacer conjeturas con los datos de los que disponemos en estos momentos. Se va a examinar de manera concienzuda toda la documentación que hay en Urbanismo sobre este local. A partir de ahí, y con los informes de las fuerzas y cuerpos de seguridad que están actuando allí, se podrán determinar las causas del siniestro», dijo el regidor de Urbanismo del Ayuntamiento, Óscar Fidalgo.

El concejal dijo desconocer si el Medusa Beach Club se sometió a una reforma este pasado invierno. «Estamos mirando todos los expedientes. Si ha habido una reforma, y si tenía licencia o no, aparecerá en la documentación. Estamos examinando que todo esté en orden. Y si no lo está, determinaremos por qué». Del mismo modo, aseguró que se comprobará si cumplía con el aforo o tenía en orden la licencia de actividades.