José Manuel Mariscal de Gante y Mirón (Madrid, 1956) llegó a Ibiza a principios de este año. Durante la entrevista, realizada esta semana en su despacho de comisaría, le interrumpen varias veces las llamadas telefónicas de los agentes, «que están cerrando una importante operación de la que aún no podemos informar», dice. Días después se supo que se trataba de una operación contra la explotación sexual. Para su primera temporada en la isla cuenta con la experiencia de los agentes, entre ellos los de la UDEV y la Udyco.

¿Cuántos agentes tiene la comisaría?

A día de hoy somos 229, y la plantilla son 287. Es decir, falta más de un 20%. No hay que olvidar, además, que el catálogo es de 2007 y que, en estos últimos años, la población de Eivissa prácticamente se ha duplicado, con lo que si ya era un catálogo no muy grande, al estar en un 20%, el problema es mayor.

¿Y cómo cree usted que se podría ir solucionando el problema? ¿Cómo se podría incentivar a los agentes para que eligieran Ibiza como destino?

Es muy complicado y no depende en absoluto de nosotros, ni siquiera de la Delegación del Gobierno. Todos conocemos las medidas que se están proponiendo, como el aumento de la compensación por insularidad, con el fin de que sea similar a la de las islas menores de Canarias, ya que esto podría suponer para muchos policías 300 o 400 euros más al mes. Esto les permitiría asumir los alquileres desorbitados que hay en la isla. Ahora mismo se ha producido un concurso general de méritos y a nosotros se nos van a ir 21 policías, y sólo van a venir 10. Es decir, vamos a perder 11, porque estas plazas han quedados desiertas. Nadie las ha querido pedir. La isla y plantilla de Ibiza tiene muchos atractivos para todo el mundo, pero el problema es la carestía de vida.

¿Le ha sorprendido este problema?

Sí, la verdad. Yo no era consciente de que existía un problema tan grave. Es algo que nos puede conducir a morir de éxito, porque estamos hablando de los policías, y lo mismo ocurre con Guardia Civil, Educación, Sanidad, Hacienda, juzgados€ Todo el mundo está muy preocupado. Si la isla se va desabasteciendo de los servicios que prestan los funcionarios no sé si seguirá siendo atractiva. Porque si la isla deja de ser segura, deja de estar bien tratada a nivel sanitario, la gente no puede encontrar colegio, los juzgados están saturados... Si esto acaba por ocurrir, quizá deje de ser un destino de primer orden mundial, como es ahora mismo.

¿Conoce alguna propuesta de solución por parte del Gobierno?

Me consta que por parte de la Delegación del Gobierno y de la Jefatura Superior se ha trasladado esta preocupación al Ministerio [de Interior] y a la Dirección General de Policía (DGP). Y se están intentando aportar soluciones. Veremos qué margen de maniobra tiene el Ministerio o la DGP. Todo lo que sea un incremento de factor económico siempre es algo complicado.

¿La cantidad de agentes disponibles es suficiente para controlar la delincuencia en la ciudad de Ibiza en los meses de verano?

Pues tendrá que serlo, porque es la baraja que tenemos y con ella hay que jugar. Tenemos la suerte de tener un plantilla joven y muy profesional que tira de arrestos. Lo ideal sería contar con un número mucho mayor de agentes, pero no lo hay. La plantilla se esfuerza bastante en conseguir el nivel de seguridad. Estamos logrando reducir el número de infracciones penales, lo cual es algo muy difícil, porque reducirlo cada año€ Y teniendo en cuenta el aumento de la población, el turismo, los cruceros, con 7 millones de pasajeros en el aeropuerto de Ibiza€ Y sin embargo, estamos consiguiendo disminuir la delincuencia. Estamos ahora mismo en el 1,39% de reducción interanual de las infracciones penales denunciadas, lo cual está bastante bien. Intentaremos seguir en esta línea. Veremos qué pasa ahora que nos viene la época más complicada.

El comisario llegó a la isla a principios de año. Foto: Vicent Marí

Es su primer verano en la isla.

Bueno, estuve aquí hace unos 30 años, algo más. En una comisaría que se montaba en verano en Sant Antoni, los meses de julio y agosto, en unos locales que eran de la Policía Local. Estuve un mes, y al regresar más de 30 años después pues, excepto las murallas, el resto ya casi nada tiene que ver con lo que yo conocí.

Viene usted de trabajar en Madrid en la lucha contra las organizaciones criminales trasnacionales. ¿Hasta qué punto le sirve esta experiencia para conocer el comportamiento de los grupos mafiosos que operan en la isla, como las bandas del Rolex o las de los alquileres?

Mi ámbito de investigación no se reducía a Madrid, sino que era nacional e internacional, porque la Comisaría General trabaja con todas la comisarías europeas y mundiales. Muchas veces se investigan hechos que pueden pasar en Eivissa, Málaga o en Massachusetts, en cualquier lugar. Es decir, en Madrid también se investigan hechos que ocurren en Ibiza. Yo sé, por ejemplo, que con la banda del Rolex el año pasado -y yo no estaba aquí- estuvo interviniendo la Comisaría General junto con los agentes de Ibiza. Ese tipo de delincuencia es muy común, y es la misma en todas partes. Ya hay mucha experiencia en la isla, la UDEV y la Udyco tienen mucha experiencia en este campo, muy acreditada y con muy buenos resultados.

¿Hay otras mafias internacionales en la ciudad además de las del Rolex? Se habla de grupos organizados que hacen negocio con los alquileres.

No es una situación muy preocupante la de Ibiza. El crimen organizado existe en todas partes, pero Ibiza no es un centro en el que especialmente estén radicados. Sí se puede hablar, muy entre comillas, de mafias de los alquileres. Estamos investigando, y tenemos unas buenas líneas de investigación. Se está trabajando el asunto porque tenemos mucho interés en erradicarlo. Los precios de los alquileres en la isla son desorbitados y si encima tenemos organizaciones criminales, pues mucho peor. Porque, además, eso atrae más delincuencia, porque en el momento en el que se mete una organización acarrea otros tipos de delito, como prostitución, tráfico de drogas y una serie de infracciones que viajan con esas organizaciones.

¿Qué supone mayor carga de trabajo para la comisaría, los robos o las drogas u otros delitos?

Los delitos que más se cometen en Ibiza son los hurtos y los hurtos leves (menos de 400 euros). Sobre todo por la noche, en zonas de ocio, en discotecas, y se habla de hurtos que a veces son consecuencia de la imprudencia de las propias víctimas. Generalmente no son delitos graves.

¿Qué estrategias desarrollan para frenar este tipo de hurtos?

Tenemos estadísticas bastante buenas. Sabemos cuáles son los días de la semana y las horas en las que más se cometen estos delitos. Por día de la semana, son el jueves y el sábado (interrupción), siempre por la noche, y sobre todo en la zona centro de la ciudad. Es decir, el peor día es el jueves por la noche en la zona centro. Los lunes, en cambio, los robos suelen ser por la tarde, también en la zona centro. Con toda esta información que se va recopilando organizamos los servicios. Nos coordinamos bastante con la Policía Local, con quien tenemos una relación extraordinaria y mantenemos reuniones casi todas la semana.

El año pasado la Policía Nacional realizó en la isla una operación muy impactante en la que se detuvo, en una gran mansión de Sant Josep, al presunto traficante de armas Pierre Dadak. El caso llegó hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. ¿Por qué cree que personas como él se instalan en la isla?

No, yo creo que la isla es atractiva por sí misma. Atrae a gente de dinero, y entre esta gente hay algunos que son delincuentes, y no necesariamente cometen sus fechorías aquí, sino que simplemente residen aquí. Es muy común el tráfico de armas. España es un lugar en el que se produce mucho negocio de tráfico de armas, pero rara vez las armas pasan por aquí.

En los últimos hemos tenido dos comisarios en dos años. Vamos a comisario por año. ¿Cuánto nos va a durar usted?

Yo no tengo fecha de caducidad. Yo elegí este destino. Como soy muy mayor, soy de los primeros de la promoción, y por eso tuve derecho a elegir entre un abanico de destinos muy amplio. Y elegí éste. Así que no tengo ninguna intención de marchar. Lo que ocurre es que cuando asciendes a comisario, a diferencia de cuando eres inspector jefe, que tienes tu destino y estás en él hasta que tú quieres, formas parte de una plantilla de libre designación y entonces la superioridad puede determinar o que yo soy más útil en otro sitio o que hay alguien más útil que yo para este destino.

¿Por qué eligió Ibiza?

Yo soy de Madrid, y no había destinos en la capital ni en las cercanías. Me apetecía cambiar de aires y me pareció un sitio ideal para hacerlo, tiene todos los atractivos.

El verano pasado trabajaron en la comisaría de Ibiza varios policías judiciales italianos. ¿Vendrán también este año?

En principio no, pero sí tenemos una relación permanente que nos viene muy bien gracias a aquella colaboración con agentes de Nápoles.