El equipo de Gobierno de Sant Josep propondrá en el pleno ordinario del próximo jueves que se suspenda, durante un año, la concesión de nuevas licencias urbanísticas y de uso que permitan actividades musicales al aire libre ligadas a establecimientos turísticos, como las que se dan tanto en los beach clubs como en los llamados hoteles discoteca. El objetivo que persiguen es que en el municipio no surjan más establecimientos de ese tipo, de los que el alcalde, Josep Marí Ribas, dijo ayer en rueda de prensa que ya hay demasiados.

El alcalde considera que esas actividades «provocan un desequilibrio territorial importante» por el ruido, la aglomeración de gente, los problemas de movilidad y de afectación al territorio» que generan. «Causan -afirmó- una concentración brutal de vehículos y de gente. Son lo que los técnicos califican como atractores de movilidad».

Mientras dure esa moratoria, el Ayuntamiento tramitará una modificación puntual de las Normas Subsidiarias (NNSS) para limitar los usos que actualmente contempla el planeamiento urbanístico. Según Marí, la actual normativa, que data del año 1986, es «muy sencilla, muy simple y muy poco específica». Esas NNSS, «sumadas a la permisividad y laxitud que tiene la Ley General Turística, son una combinación explosiva, dada la posibilidad de que se puedan instaurar más actividades» que acaben convirtiéndose en discotecas al aire libre, advirtió. La modificación de las NNSS «se aprobaría de aquí a pocos meses», señaló el alcalde. Impulsa esa medida con parte del trabajo hecho: «Ya tenemos un borrador en marcha», confesó.

Evitar las discotecas al aire libre

«Básicamente -dijo Marí-, lo que queremos evitar y regular es que determinados establecimientos turísticos, como restaurantes, beach clubs y, principalmente, hoteles, acaben desarrollando actividades complementarias con música y asistencia masiva de público, lo que de facto se conoce como actividades de discoteca al aire libre».

Si la moratoria cuenta con el respaldo suficiente en el pleno, «se suspenderán las licencias para las actividades secundarias que tengan un aforo superior al número de plazas autorizadas y/o inscritas en la administración turística competente para la actividad principal». También se suspenderán «las actividades principales o secundarias que cuenten con aforos superiores a 200 personas, en el caso de actividades de restauración, y de 500 personas, en el resto de actividades turísticas».

La moratoria y la posterior revisión de las actividades que contemplan las actuales normas urbanísticas no supondrán la revocación de las licencias que ya hayan sido otorgadas, de manera que hoteles como el Usuhaïa podrán proseguir con su actividad musical al aire libre, según el alcalde.

¿Y por qué el Ayuntamiento decide, de repente, tomar esa medida? Porque teme que surjan más negocios similares a los que ya suponen un quebradero (y dolor) de cabeza para los residentes: «Hemos creído muy conveniente y oportuno de cara al público dejar clara cuál es la postura del Consistorio. Hay determinados proyectos empresariales que a lo mejor van por ahí. Queremos decirles claramente qué es lo que piensa el Ayuntamiento», avisó el alcalde, que se quejó de este tipo de negocios. «Hay hoteles -comentó- que quieren hacer de la música una actividad secundaria, pero esta acaba siendo más importante que la principal. De eso no queremos más».

La culpa, de la Ley Turística

El principal edil cargó contra la Ley General Turística, responsable, a su juicio, de que hayan proliferado ese tipo de actividades: «Lo han hecho gracias a las facilidades que otorgaba, pues es muy permisiva. Autoriza cualquier tipo de actividad complementaria en cualquier lugar. Ha llegado la hora de ponerle freno».

Es «tan desreguladora» que no habla ni del número de plazas ni del espacio físico que ha de ocupar cualquiera de las actividades, sea principal o secundaria: «Se puede dar el caso -puso como ejemplo- de que una actividad principal autorizada para un determinado número de personas incluya una actividad secundaria para más personas que las fijadas para la actividad principal. Eso nos da mucho miedo».

El alcalde quiere acabar con lo que califica como «invasión de competencias» por parte de la Ley General Turística, mediante «la modificación de los usos del suelo. Si estos usos ya no están permitidos, por mucha Ley de Turismo que haya, si las normas urbanísticas lo prohíben, ahí no se podría dar licencias».

Ángel Luis Guerrero, edil de Urbanismo y Ordenación del Territorio, recordó que, actualmente, en cualquier edificio se puede desarrollar una actividad hotelera o de espectáculos: «Lo que hacemos con esta moratoria es dejar de autorizar eso. Cambiaremos los usos. Prohibiremos ese régimen de usos en los edificios». Según Guerrero, lo mismo ocurre «en prácticamente todas las clasificaciones de suelos, excepto en industriales y equipamientos».