­Si hay un lugar con clientela variopinta, y entre ella numerosos británicos, es el restaurante San Juan, situado justo frente a la iglesia de Sant Joan. En el televisor se suceden las imágenes de David Cameron en el momento en que anuncia su dimisión frente al número 10 de Downing Street seguidas de tertulianos analizando lo que para muchos ha sido toda una sorpresa.

Lo ha sido para John Urry, londinense que ha vivido en Ibiza durante muchos años y que actualmente visita la isla constantemente porque tiene familia aquí. Urry admitía ayer que para él ha sido «toda una sorpresa que saliera sí al Brexit». «Supuse que saldría la opción de permanecer, de quedarnos en la UE, pero seguro que podremos sostenernos con nuestro propio pie. Lo logramos antes y lo podremos lograr ahora. Para ser sincero estoy contento de que estemos fuera. Mi familia tiene ciertas dudas por las incertidumbres que implica, las niñas [sus nietas Autumn y Amaia] van al colegio aquí, pero el tiempo dirá y creo que saldrá bien», reflexionaba Urry después de comprar un par de helados y unos dulces para las niñas.

Justo a su lado, en otra mesa del bar-restaurante, y casi como una metáfora de la situación real de división que están viviendo los británicos, dos compatriotas suyas se manifestaban «disgustadas» por el resultado y «complemente a favor de permanecer en la UE». Son Susan Wharfe, natural de Yorkshire, y actualmente residente en Ibiza, concretamente en Benimussa con su pareja, un ibicenco, y su amiga Jeanne Donohoe, de Hampshire, con su hija Rowena de 16 años.

«El miedo a la inmigración»

Donohoe está de vacaciones pero justo antes de llegar a Ibiza había votado por el Remain, es decir, por permanecer en la UE. Wharfe por su parte, no votó porque reside en la isla, pero explica que la mayoría de sus amigos en Reino Unido han elegido permanecer en las urnas, por eso le ha sorprendido el desenlace. «Estoy disgustada, creo que la permanencia en Europa habría sido más positiva para el país», explicaba.

Donohoe, «muy disgustada por el resultado», ponía el acento en que ha sido un resultado muy ajustado, lo que supone que un gran número de británicos realmente «no quieren dejar la UE». «Estoy preocupada por las consecuencias que esto puede tener para la gente joven como mi hija», apuntaba. Achaca el resultado a la gente que ha votado movida «por el miedo a la inmigración y a otros factores» más que por motivos más razonados y reflexivos.

«Estoy realmente muy triste», repetía esta mujer que es una turista poco convencional ya que sus padres vivieron después de retirarse en Ibiza durante 30 años y están enterrados en el cementerio de Sant Agustí. Viene a limpiar la tumba de sus padres. Su hija, con solo 16 años, ha estado en la isla más de 23 veces.

Jaquie Perry, española de origen británico que lleva más de 30 años residiendo en la isla, se muestra muy satisfecha por el resultado del referéndum. «Mi familia y mis amigos en Inglaterra han votado a favor de la salida de la UE. Y yo estoy totalmente de acuerdo», dijo, en otra muestra de la clara división entre los británicos sobre la conveniencia o no de que el Reino Unido siga en Europa. «Inglaterra tiene mucho que ganar», defiende Perry, que recuerda que Inglaterra es «el segundo país más rico de Europa». « Y creo que va a seguir siendo igual», augura.

Perry asegura que le gusta hablar claro y así lo hace al denunciar «el chantaje emocional y la manipulación» que, según su criterio, han hecho «los políticos españoles» ante los posibles efectos negativos del Brexit sobre la economía española, fundamentalmente el turismo. Es más, esta española de origen británico («soy más española que inglesa», apunta) cree que los españoles deberían seguir el ejemplo de los británicos y dar también un portazo a la UE.

«Mucho miedo» por la sanidad

La cobertura sanitaria de la que se benefician los turistas y británicos residentes en España «sin cotizar» y que, según Perry, «se va a terminar» con el Brexit, supone «una parte positiva». De hecho, hace unos días, el propietario de la Policlínica, Francisco Vilás, señalaba que «miles de residentes ingleses se operan gratis aquí, cuando las listas de espera en su país multiplican por tres o cuatro las de España». Vilás decía que, de confirmarse lo sucedido, los dos países podrían negociar un acuerdo para la prestación sanitaria de los residentes, pero «no a coste cero».

El empresario británico afincado en Sant Antoni Martin Makepeace apunta que lo que «más preocupa» a sus compatriotas ya jubilados residentes en la isla es la pérdida de la cobertura sanitaria gratuita actual. «Para ellos es lo más importante. Tienen mucho miedo», señala. Aunque muchos cuenten con seguros privados, Makepeace indica que también utilizan el servicio público.

El Brexit también ha dejado descolocados a los jóvenes talentos españoles que viven en el Reino Unido. Es el caso, por ejemplo, de María, una ibicenca de 26 años licenciada en Química que desde hace algo más de tres años se dedica en Mánchester a tareas de investigación científica mientras cursa un doctorado. «A las personas que se dedican a la investigación no les interesa que el Reino Unido salga de la UE. Todos han votado Remain [permanecer]. Por eso hoy [por ayer] todo el mundo estaba muy enfadado. No se lo han tomado nada bien», explica María, quien lamenta que sin formar parte de la alianza política y económica de Europa, el Reino Unido «perderá» fondos que se destinan a investigación.

Regreso forzado a España

En su caso, María, que acaba en diciembre su doctorado, se ve forzada a cambiar su idea inicial de seguir en Inglaterra por el vuelco que ha supuesto la aprobación del Brexit. «Estoy bien aquí y me gustaría quedarme. Pero hoy mismo [por ayer] he empezado a buscar trabajo en España porque las empresas [inglesas] se inclinarán antes por contratar a personas británicas porque les supondrá un ahorro», lamentó. «No creo que echen a la gente [que no sea británica] que ya tenga un trabajo, pero creo que ya no se podrá buscar un nuevo empleo», vaticinó.

Joan Serra, de 29 años, otro joven valor ibicenco que emigró al Reino Unido hace cinco años (reside en Leamintgton Spa, un pueblo de Midlands) atraído por una oferta irrenunciable de la compañía automovilística Jaguar, también lamenta el resultado del referéndum, aunque no cree que peligre su trabajo porque la empresa ya le ha transmitido que, pase lo que pase, hará «lo que haga falta» para que no haya cambios.

Ingeniero de sonido, Serra empezó trabajando en proyectos de investigación sobre las vibraciones de algunos de los nuevos modelos del gigante automovilístico británico y ahora se encarga de la producción internacional, lo que le obliga a viajar a Brasil, China, Austria e India. Sus compañeros de trabajo, según explica, se han tomado «muy mal» la ruptura con la UE. «Hay gente que ha llorado porque está muy preocupada, sobre todo porque no sabe qué va a pasar», explica. Serra cree que Inglaterra saldrá adelante sin problemas al margen de Europa, pero, en cambio, le preocupa que el Brexit provoque «un efecto dominó» y otros países, como Holanda, quieran seguir el mismo camino. «Esto supondría la ruptura de Europa y tendría consecuencias para los países menos fuertes», indica.

Las encuestas apuntaban que era posible el triunfo de la marcha de la UE, pero Serra pensaba que ganaría el Remain, al igual que en su día se impuso el ´no´ a la independencia de Escocia. Cree que el peso de la población de mayor edad, partidaria de dejar Europa, ha inclinado la balanza.

Ben Clark, poeta y traductor nacido en Santa Gertrudis de padres británicos, también había apostado por un triunfo «por poco» de la permanencia del Reino Unido en la UE. El triunfo del Brexit le recuerda «los valores más rancios del imperio británico». No prevé cambios «a corto plazo», por lo que, resalta, «hay que tomárselo con flema británica».

Avalancha de nacionalizaciones

A sus padres, Gerry y Elaine, de nacionalidad británica y residentes en la isla desde hace más de 30 años, no les hace ninguna gracia la decisión adoptada por sus compatriotas y ven con «mucha incertidumbre» el futuro. De hecho, explica Ben Clark, están sopesando pedir la nacionalidad española. «Creo que habrá una avalancha de solicitudes», auguró. Al margen de la posible pérdida de derechos ahora reconocidos en la UE, a Gerry y Elaine les afecta también «sentimentalmente» el Brexit ya que, explica su hijo Clark, «la sensación de pertenencia a Europa [que comparten con los españoles] se diluye».