El titular del Juzgado de Instrucción número 4, Santiago Pinsach, decretó ayer el ingreso en prisión provisional sin posibilidad de fianza del apicultor de 50 años arrestado como presunto autor del incendio que desde el pasado miércoles azota los bosques de Sant Joan. El magistrado ha tomado esta decisión «sin perjuicio de ampliar la autoría o responsabilidad de lo ocurrido en función de la investigación desarrollada, dada la desproporción entre la conducta del imputado y el resultado del incendio –amplitud de la superficie quemada–», precisó una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) en un comunicado.

El hombre, M. C. C., de origen argentino pero nacionalizado español y residente en la isla desde hace más de 25 años, está acusado de un delito de incendio forestal por imprudencia grave agravado, según informaron fuentes del Ministerio Fiscal, por afectar «a una superficie de considerable importancia y a un espacio natural protegido» y por haber puesto en peligro «la vida y la integridad de las personas».

De acuerdo con la información facilitada por el TSJB, de confirmarse las circunstancias en las que supuestamente se produjo este suceso y quedar probada la autoría del detenido, este se podría enfrentar a unas penas de prisión de entre siete años y medio y diez años de cárcel. Es precisamente por lo elevado de estas penas que el juez ha valorado en su auto el riesgo de fuga que podría existir por parte del imputado.

El juez de guardia adoptó esta medida, pedida por la representante del Ministerio Público, tras recibir ayer por la mañana el informe elaborado por los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) que, según fuentes conocedoras de su contenido, es «contundente» en que el fuego se inició en un único punto. «Hay dos testigos que ven una columna de humo en la zona donde estaba el panal de abejas», señalaron las mismas fuentes, que añadieron que esto ratifica la teoría de un solo punto de origen.

Cuando se marchó no había humo

M. C. C. reconoció en su primera declaración judicial que efectivamente el pasado miércoles había estado utilizando el ahumador en la colmena. Se trata de un aparato donde al parecer se queman unas hierbas –u otro material– y al salir el humo las abejas se retiran y el apicultor puede acceder a la colmena.

El detenido, que forma parte de la Asociación de Apicultores de Ibiza y que ha hecho cursos de formación en el Consell, indicó que sobre las 10.30 horas se marchó del lugar donde estaba la colmena y aseguró que entonces no había humo ni nada parecido.

Una hora más tarde, alrededor de las 11.30, un testigo avistó una columna de humo en la zona pero pensó que debía tratarse de una quema –en realidad desde el 1 de mayo están prohibidas– y no informó de ello. A las 13.20 horas fue cuando saltó la alarma con las llamadas recibidas en el Servicio de Emergencias del 112 y se activaron todos los protocolos para intentar sofocar el incendio, que se estaba extendiendo desde la sierra de Morna.

Los investigadores creen que una chispa o algo parecido debió saltar desde el ahumador al suelo y que fue prendiendo poco a poco.

Cuando los agentes del Seprona localizaron el punto de origen del incendio y descubrieron la colmena, trataron de localizar al propietario o al responsable de la misma. Finalmente dieron con M. C. C., quien se presentó voluntariamente en este lugar, donde fue arrestado.

El detenido también señaló que no había adoptado medidas de seguridad a la hora de manipular el ahumador, pues no había llevado botellas de agua ni tampoco había delimitado un perímetro de seguridad, todo ello pese a que se encontraba en una zona boscosa y que las condiciones climatológicas no eran adecuadas, resaltó la fiscal.

Asimismo, sobre si M. C. C. podía llevar a cabo la actividad que realizaba en la colmena, al parecer necesitaba una autorización administrativa que ayer no se sabía con certeza si tenía o no.

Botellas de vidrio en el punto de origen

Fuentes conocedoras del contenido del informe del Seprona indicaron ayer que en una de las fotografías recogidas del punto de inicio del incendio se observan, a unos metros del lugar donde supuestamente comenzó, varias botellas de vidrio vacías. Puesto que el detenido aseguró que ni llevó agua ni nada, este hallazgo podría ser relevante en la investigación. Por otra parte, testigos del suceso y fuentes próximas al caso aseguraron, mientras se propagaba el incendio, que se vieron diferentes puntos de inicio. La Guardia Civil, sin embargo, insistió entonces en que el punto de inicio era uno y que el fuego se propagó a través de pavesas que, arrastradas por el viento, podían desplazarse incluso cientos de metros, comentaron también fuentes del dispositivo de emergencias.