Turbulencias en el Cáucaso
Gasoductos que hacen temblar por Georgia
Los negocios energéticos de las rutas que van de Azerbaiyán a Europa pasando por Georgia, de creciente importancia tras la invasión rusa a gran escala de Ucrania y la disminución del suministro ruso, explican ciertas inquietudes occidentales
![Imagen de archivo de una bandera de Georgia durante una protesta.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a416ee7a-e9a2-4d4d-ad8e-7a02bf198dde_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Imagen de archivo de una bandera de Georgia durante una protesta. / MICHAEL KUENNE / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Irene Savio
Ni lo citaron expresamente ni estuvo en el centro del debate público, pero ha sido esta semana el gran elefante en la habitación de la última crisis georgiana, aún irresuelta y originada en la obstinación del Gobierno de Irakli Kobakhidze por llevar adelante —pese a las multitudinarias protestas en las calles de Tiflis— una iniciativa legislativa que permitirá descalificar como agentes extranjeros a las ONG con una financiación exterior. Un elefante en la habitación que recorrió los pasillos del poder y las conversaciones de muchos de los expertos más avezados: la geoestratégica importancia de Georgia para la seguridad energética de Europa, ahora aumentada por la gran guerra de Rusia contra Ucrania, que ha dejado el suministro ruso a sus mínimos (de 40% en 2021 a 8%, según estimaciones).
Un indicio lo aportó el presidente turco, país que recibe y exporta gas azerí que pasa por Georgia. Mientras los dirigentes europeos y estadounidenses condenaban en retahíla la decisión georgiana, el primer ministro Kobakhidze voló el jueves a Turquía y se reunió allí con Recep Tayyip Erdogan. Después, el líder turco pronunció un discurso insólitamente europeísta y atlantista. En la conversación con el mandatario georgiano, “destaqué que continuaremos apoyando los esfuerzos de Georgia para la integración con las instituciones euro-atlánticas”, dijo. Y, a continuación, añadió que Ankara también continuará “a oponerse a cualquier acción que amenace la paz, estabilidad y seguridad” de la región.
Hans Gutbrod, actualmente catedrático en la Universidad de Ilia de Tiflis, lo interpreta así: “no creo que a Turquía le haga mucha gracia la desestabilización de un país por el que pasan sus tubos y por tanto, su dinero”. Por esto mismo incluso "dentro del partido de Gobierno, Sueño Georgiano, hubo quienes llegaron a manifestar sus dudas antes de la decisión de su cúpula de llevar adelante la ley de agentes extranjeros. Las protestas de la ciudadanía [georgiana] eran previsibles”, añade Gutbrod, sentado en un café en la capital georgiana.
Corredor estratégico
El asunto tampoco sorprendió a Nino Evgenidze, directora de Economic Policy Research Centre de la capital georgiana y analista de geopolítica. “A través de Georgia pasan varios oleoductos y gasoductos, así como hay corredores de transporte que desempeñan un papel importante en el comercio global y suministro de energía”, cuenta, en entrevista con este diario. “Y este papel se ha vuelto aún más importante tras la invasión de Ucrania y por las sanciones económicas y restricciones comerciales impuestas a Moscú. Hoy en día, Georgia es el único corredor que conecta a Azerbaiyán, rico en petróleo y gas, y los países de Asia Central, a Europa y a los mercados mundiales, evitando el control de jugadores geopolíticos agresivos como Rusia e Irán”, detalla.
Todo ello sin contar los proyectos aún en la nevera, como sugiere Rezi Topuria, docente en la Universidad de Georgia. Tiflis puede convertirse en una ruta de tránsito rápida y atraer a más empresas extranjeras […] con acuerdos que involucren a la Unión Europea (UE) y a China, opina Topuria. “Por eso, Bruselas le ha ofrecido (en diciembre pasado) el estatus de candidato a entrar en la UE y China está activamente intentando enganchar a Georgia en su iniciativa de la denominada Ruta de la Seda china”, agrega. Tanto es así que alguno de estos proyectos incluso logrado que estadounidenses, europeos y chinos se pusieran de acuerdo. Es el caso del Corredor Medio (o Corredor TITR, Trans-Caspian International Transport Route), ya en parte operativo y que permite el transporte de mercancías a larga escala de China a Europa, en alternativa a la ruta que pasa por Rusia y por el también inestable Canal de Suez.
Sin embargo, si bien “la guerra en Ucrania ha sido para Georgia una oportunidad” en lo que respecta su integración europea, “el Gobierno del país ha optado por un camino muy diferente. Incluso ha reanudado vuelos directos con Rusia y se ha abstenido de imponer sanciones bilaterales”, subraya Topuria. En este marco, la experta Evgenidze destaca la gran piedra en el zapato del Gobierno georgiano. Eso es que, “si bien Georgia es un país polarizado, en lo que respecta a la política exterior, el 80% de la sociedad está alineada con la idea de un país orientado hacia Occidente”, sostiene la analista, al hacerse eco de los últimos sondeos de opinión realizados en el país.
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