Opinión | Desde la marina

Un Sant Jordi, a toro pasado

El último libro de Vicent Marí Tur, ‘Botja’, me ha sorprendido. Es especial. Distinto a lo que se viene publicando

El último libro de Vicent Marí Tur, Botja, ‘A prop meu. Paisatges humans, mots, llocs viscuts’ me ha sorprendido. Es especial. Distinto a lo que se viene publicando. Microrelatos en los que ‘poc és molt’. Textos que nos hacen sonreír y pensar. Un trabajo que retiene un deje de tradición oral, que recupera recuerdos, vivencias, sucedidos y anécdotas que son pura vida. Lo cotidiano deviene significativo. Relatos concisos en los que no sobra una sola palabra y que nos ofrecen una extraordinaria riqueza de lenguaje. Mi intención era leerlos despacio, tres o cuatro cada día, pero no he podido dejar de leer. He acabado el libro en una sola sentada, pero tiempo habrá para segundas lecturas. Al acabarlo, he visto que ninguna página se ha librado de notas y subrayados. Explico por qué.

Los personajes tienen nombres, apellidos y alias cuando los hay. Son reales. Están vivos. Algunos, como mossènyer Coques, de persona pasa a personaje. Es un trabajo que recupera con oportunidad palabras moribundas que no podemos perder, estorinada, baldament, embrunit, xopollant, escabotell, endolada, encotrinada, albardanada, faldars, merdufai, atzabeja, sipada, agalipada, xiuxiueix , llindar, baldraca, allendrat, mormolar, encertidor, bombollades, xalesta, farfollar, barram, embolcallar, randa, betzef, atiar, embrunir, xebrons, xerinola, xalest, tavellat, enconar, barces, adomassat, finejada, allendrat, aixaropat, papissotejar, emmorinat…

Frases que dejan poso Podríamos añadir una lista de felices expresiones (dites) del habla local, frases que dejan poso. Y guiños de humor como tenemos en ‘una merda com una ensaïmada mallorquina’, ’assoleiar-se es picarols’ o ‘fer-se visitar es Països baixos’ cuando se iba a ginecólogo. Sin olvidar la poesía de su prosa: “Banda fora, ran de la cisterna, hi segueixen reviscolant els lliris de sant Josep. Tanc els ulls, i al cap de tants anys, veig la tia Maria poant aigua i esquitant-los. Encara m’extasia el perfum d’aquelles perlades i acampanades flors de batall daurat. Ben bé, colors vaticans”. ¡Una gozada!n