Opinión

El colapso social de Ibiza en diferido

En el último Activat Sant Antoni se ha reproducido lo sucedido en años anteriores tanto en ese municipio como en la feria de empleo de Santa Eulària: el número de interesados que acudió a las entrevistas fue la mitad que el de plazas ofertadas. Es el signo de los tiempos en Ibiza: no hay trabajadores suficientes para completar todas las plantillas. Ocurre desde hace tiempo y va a más. Y ya afecta a todas las profesiones, casi sin excepción. Los empresarios buscan personal cualificado, pero la situación ha llegado a tal extremo que en muchos casos se conforman con encontrar a gente dispuesta a trabajar. La razón principal la conocemos desde hace tiempo y se ha ido cociendo a fuego lento, poco a poco, como los buenos estofados: la vivienda y unos sueldos que a quienes antes venían desde la Península para hacer la temporada no merecen ya la pena. El ecólogo Fernando Valladares habla de que asistimos al colapso diferido de Ibiza, pero tanto por motivos ambientales como sociales. Subirá el nivel del agua del mar, aumentarán las temperaturas hasta que los turistas prefieran ir a latitudes más frescas, nos barrerán vientos hipohuracanados fruto del cambio climático, pero antes, mucho antes, quizás no haya quien atienda en la recepción de un hotel, sirva un café, conduzca un camión o incluso escriba unas líneas en este diario.

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