La fortuna sostiene a Sánchez

Pedro Sánchez está acostumbrado a aguantar la respiración hasta el último segundo de una votación sin saber si la va a superar, pero no está acostumbrado a perderlas. Hasta ahora, cada vez que se ha encontrado en un tris de que algunas de sus iniciativas fueran derrotadas, la fortuna ha acudido en su auxilio. Recuerden, si no, la votación de la reforma laboral en febrero de 2022 cuando el error del diputado del PP Alberto Casero compensó la traición de los dos diputados de UPN y permitió sacar adelante su propuesta por un solo voto. Este miércoles también lo logró por los pelos.

La mayoría de la legislatura pasada era muy compleja y se notó. Sobre todo por el ruido con que los ministros de Podemos envolvieron cada negociación, cada votación, cada declaración del presidente, en definitiva, todas las cosas que decía o hacía el Gobierno al que pertenecían. También ERC hizo de las suyas no votando algunas medidas estrella. Pero a Sánchez le quedaban cartas con las que jugar. Estaban los cuatro diputados del PDeCat y los 10 de Ciudadanos, partidos que ya no tienen representación en el Congreso, y a veces el PP o incluso Vox.

En esta legislatura, Sánchez tiene lo que tiene: una dependencia total y absoluta de cada grupo que apoyó su investidura. No le puede fallar ninguno. Salvo, claro está, que pactara con Núñez Feijóo algunas de las medidas. Pero pactar es pactar, no pedir socorro en el último minuto al partido que quiere derogarte. Así que si los siete diputados de Junts hubieran votado contra los decretos, estos no salen. Y si los cinco de Podemos, en su pelea más con la vicepresidenta Yolanda Díaz que con el PSOE, rechazan el decreto que lleva el sello de la líder de Sumar, pues ese no sobrevive a la votación.

Solo un apunte. Sánchez puede aguantar la respiración hasta el último segundo, pero lo que no le gusta es que lo humillen. Así que aunque Puigdemont e Iglesias piensen lo contrario, él tiene todavía en sus manos la decisión sobre la amnistía y sobre la continuidad de la legislatura.

Suscríbete para seguir leyendo