Para empezar

Artistas y psicópatas, valga la redundancia

En Francia se ha abierto el debate de qué hacer con las películas de Gerard Depardieu, después de las múltiples denuncias por acoso sexual que ha recibido. ¿Se puede ver con los mismos ojos un título como ‘Novecento’? En ella, Depardieu interpretaba a Olmo, un tipo que es la encarnación de la bondad, la honestidad y la rebeldía. Del mismo director, Bernardo Bertolucci, es ‘El último tango en París’, la película definitiva sobre la soledad y de cómo el sexo se convierte, a veces, en una forma desesperada de agarrarnos a la vida. Pues bien, en esa película Marlon Brando abusó sexualmente de Maria Schneider con la aquiescencia de Bertolucci, traumatizándola de por vida. Si hacemos un repaso a la historia del arte y la literatura, lo que nos aparece es una colección de auténticos hijos de puta. Imposible ser peor persona que Pablo Neruda -el tipo de “puedo escribir los versos más tristes esta noche”- o más psicópata que Picasso. En eso de separar la obra del autor yo soy un especialista, ya que mi escritor favorito es Louis Ferdinand Céline, un tipo que criticaba a los nazis porque no mataban lo suficiente. Los genios no son ejemplo de nada, así que les invito a que disfruten de su arte sin prejuicios, manías, cancelaciones ni censuras. El arte y la belleza se disfrutan. Eso sí, en la vida real, mantengan a los artistas bien lejos de su vida.

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