Un drama en cada curva

Todos los que utilizamos habitualmente el camino de Benimussa conocemos los peligros que esconde, las estrecheces, las curvas sin visibilidad, los quitamiedos tan pegados al asfalto que a veces es difícil no comérselos. Pero lo peor no son las dificultades del camino. Es muy habitual cruzarse con conductores que van en modo simulador de rally y te obligan a pegar un volantazo aquí y un frenazo allá. En verano es peor, porque circula por esa ruta serpenteante un buen número de vehículos cuyos conductores no la conocen y te los puedes topar parados en mitad de la vía observando el paisaje o invadiendo el carril contrario. También es normal encontrarse con gente haciendo deporte, ciclistas, runners, paseantes… Por eso hay que extremar siempre el cuidado. Escribo esto mientras leo la esquela de Bernat Ribas con una enorme tristeza y es difícil imaginar la que tendrán sus amigos y familiares. El conductor del coche que lo arrolló y le dejó muerto en la carretera ya está en manos de la justicia, que deberá determinar en qué condiciones circulaba y su responsabilidad. Pero, mientras, los ayuntamientos de los que depende ese camino, Sant Josep y Sant Antoni, deben mejorar la seguridad en lo posible, actualizando la señalización horizontal y vertical, instalando badenes o limitando más aún la velocidad. No podemos seguir esperando un drama en cada curva.

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