El púlpito

Manos unidas

Daniel Martín

Daniel Martín

Me sorprende el cariño con el que cada año en la parroquia de Sant Jordi se prepara el precioso día de Manos Unidas. Gracias a ese esfuerzo, todo el dinero recaudado se destina a proyectos en países con especial necesidad. Así que aprovecho la oportunidad que me da el Diario para lanzar un gracias inmenso a todos los que lo hacen posible. Tanto el equipo de cocina, como ayudantes, los que montan, desmontan, limpian, sirven, venden rifas, recuentan, compran y donan material. Todos los que han donado muchísimas cosas para reducir costes. Todos los que han querido venir y compartir un día precioso. A todas las personas que con un cariño enorme se reúnen año tras año para hacer de ese domingo un día bonito en nuestra parroquia y en nuestras vidas.

El ejemplo de las Manos Unidas nos ayuda a entender que cuando uno no llega a un sitio, el otro empuja, ayuda, sostiene, con sus manos y con su vida, al más desfavorecido. Esto se refleja en miles de realidades concretas en el día a día y en gestos preciosos de generosidad. En estas islas, gracias a Dios, observamos muchos momentos así, de generosidad, de solidaridad. Porque nos reconocemos de alguna manera hermanos con aquellos que peor lo pasan de nuestro mundo. No hace mucho eran nuestros abuelos y padres los que tenían que buscar un futuro mejor fuera de nuestras lindes y hoy nosotros somos los que ofrecemos al otro una ayuda para seguir adelante. Porque son muchos los retos que se nos plantean como humanidad, pero desde luego ninguno de ellos podremos superarlos solos. Con Manos Unidas, teniendo lazos, ofreciendo esperanza, se crea ese Reino de Dios nuevo que sostiene en la esperanza a lo más perdidos de la historia. Gracias de corazón por tanto bien y tanto esfuerzo ofrecido a los más necesitados. Dios os lo pague.

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