El púlpito

Francesc de Paula

Daniel Martín

Daniel Martín

Traigo a mi corazón una pequeña anécdota que me contó un gran hermano sacerdote, que murió hace muy poco con 40 y pico de años de un infarto. Sacerdote en Barcelona, sufriendo muchas cosas, me contaba que el gran testimonio de su vida era su abuela. Ella siempre llevaba un delantal, un rosario y una sonrisa. El servicio, la oración y la alegría. Francisco de Paula vivió estas tres verdades desde la realidad de ser “mínimo”. Ojo, “mínimo” no quiere decir pequeño de estatura o referido a cualquier capacidad. Mínimo en cuanto a honores humanos. Mínimo en cuanto a caprichos humanos, poderes humanos… Mínimo porque reconoce que lo máximo es Dios. Y esta es la verdad de fe que se nos despliega. En Francisco de Paula, en los Santos de todos los tiempos, en la propia verdad que experimentamos, nos comprendemos limitados, mínimos al sabernos mermados con el paso de los años, por el peso de errores o pérdidas, por la propia realidad de criatura que somos. Necesitamos de Dios para lanzarnos a ese máximo que sostiene la historia.

Aprovecho también estas pocas palabras que el Diario me permite escribir, para dar las gracias. A todos aquellos que hacéis de la parroquia de San Francesc de Paula una realidad viva. ¿Cómo? Viniendo de domingo en domingo a esa preciosa misa de 9.30 de la mañana, compartiendo la fe, compartiendo lo que somos. Poco a poco, con mucho amor, con sencillez. Aprendo mucho de vosotros y os doy las gracias de corazón. Porque es verdad que somos una pequeña parroquia, pero creo con total sinceridad, que allí alabamos a Dios con mucha dignidad y con mucho amor. Sostenéis la llama de la fe que miles de salineros durante décadas han ido pasándose de generación en generación. Así que, obreros y obreras, feligreses de todas las semanas, gracias por hacer que todo siga adelante. Por amor a Dios y por amor al hermano. Y coro, colla, autoridades del Ayuntamiento y del Consell, centro de interpretación de las Salinas y demás asociaciones que lleváis adelante la vida de este pueblo. Gracias de corazón por todo. En nombre de la parroquia ¡Molts anys i bons!

Daniel Martín | Sacerdote

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