Opinión

Pagar más

Para muchos cada vez cuesta más afrontar la cuesta de enero. Es más difícil encontrar solución. Estos días aparecen en los medios de comunicación muchos establecimientos emblemáticos que cierran sus puertas. Detrás hay personas que han trabajado duramente para mantenerse al pie del cañón dando un servicio a la sociedad y con mucho esfuerzo sacar adelante no solo el negocio sino también una familia, proyectos, ilusiones… desde aquí nuestra más sincera enhorabuena y desearles el buen descanso que se merecen.

Parece ser que no hay relevo generacional para empresas familiares. Lo que si es cierto es que uno pasea por las calles de la ciudad y de muchos pueblos y ve persianas bajadas. Se destruyen puestos de trabajo y por otro lado muchos buscan un trabajo de todo el año. En breve veremos muchas persianas que se levantan. Empezarán los preparativos para una nueva temporada de verano que, a pesar del frío de estos días, será larga y calurosa.

Así es la vida: unos cierran, otros abren. Unos buscan, otros encuentran. Unos no tienen para vivir, otros se ofrecen a pagar más impuestos para que las diferencias no sean tan obvias. Sí, no es una broma.

Ante la cumbre en Davos de los máximos dirigentes políticos y económicos de los países más ricos un nutrido grupo de millonarios les han dirigido una carta ofreciendo pagar más impuestos. Lo veo como una amenaza. Una amenaza contra otros ricos que no piensan igual y sobre todo contra la clase política que, con sus decisiones, provocan que los ricos cada vez más sean más ricos y los pobres cada vez más pobres. Que los mismos ricos tengan que ofrecer a los dirigentes políticos su voluntad de pagar más impuestos para erradicar la pobreza indica qué clase política dirige los destinos de los pueblos.

Es una petición insólita, pero no es la primera vez, y sobre todo cuando uno mira como en nuestras islas los que más tienen ayudan a nuestras instituciones para mejorar la vida de los más desfavorecidos con sus donaciones. Hay gente muy buena.

Empresarios, actores, herederos de grandes fortunas… gente con corazón y como se denomina desde Cáritas, ‘empresas con corazón’, no solo por que son capaces de donar y de querer colaborar económicamente con los más necesitados, sino que además ofrecen puestos de trabajo a personas que vienen de cursos de formación de entidades que quieren ayudarles en su reinserción y un puesto de trabajo es fundamental.

Compartir con los más necesitados es, como recoge el escrito firmado por los millonarios firmantes, ‘una inversión’. Una inversión por el bien común y por un futuro mejor para todos, no solo para los que reciben, sino también para los que dan.

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