Opinión | En corto

El enigma pendiente (o mi neurosis)

El caso Messi evoluciona favorablemente sin que haya habido complicaciones. ¿Un milagro? En cuanto vi la primera nota de Laporta, apuntando como causa o concausa del despido a la “Liga española”, me dije: ya estamos en lo de siempre, la culpa es de España, con el separatismo futbolero en el horizonte y la balanza barcelonesa, siempre oscilante entre la tradición cosmopolita y el secesionismo pesetero de sus clases medias, a punto de inclinarse hacia este. Incluso llegué a imaginar, en un reflejo paranoico, una Diada robustecida y repleta de carteles con la última víctima del españolismo, o sea, Messi. La biografía política de Laporta y la inveterada praxis allí de convertir un problema en un agravio y un agravio en una nueva razón para irse abonaban mi imaginación. ¿Qué es lo que ha retenido el primer impulso de Laporta, insinuado en la nota? ¿O es nada más mi TOC sobre Catalunya?

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