Entrevista | Óscar Perelli del Amo Director del Área de Estudios e Investigaciones de EXCELTUR

Óscar Perelli del Amo, Exceltur: «Queremos crecer en ingresos, pero no en visitantes»

«Hay que obligar a las plataformas de alquiler vacacional a que controlen la publicación de anuncios en su web y que el propietario de un alojamiento que no tenga licencia, directamente, no lo pueda publicar»

Óscar Perelli, durante su
intervención en el 12 Foro
de Exceltur.  Exceltur

Óscar Perelli, durante su intervención en el 12 Foro de Exceltur. Exceltur / Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

La Asociación para la Excelencia Turística (Exceltur) acaba de publicar su análisis del mercado turístico en 2023 y las perspectivas para 2024. Un informe que en los últimos dos años se fija especialmente en el alquiler vacacional y su impacto en los destinos. Óscar Perelli (Madrid, 1970) es el director del Área de Estudios e Investigaciones de la entidad.

En el reciente Informe de Perspectivas Turísticas de Exceltur se señala la importancia de que las administraciones impulsen iniciativas para revertir el malestar de ciertos sectores con el turismo. Pocos días después tuvo lugar la manifestación en Canarias para reclamar un modelo turístico diferente. ¿Cómo se cambia esta percepción negativa?

Esto es una carrera de fondo, no se improvisa la necesidad de acomodar y equilibrar el desarrollo turístico con la calidad de vida de los residentes. Los episodios que estamos viendo son señales de que no se ha gestionado este equilibrio como se debería haber hecho y nosotros llamamos la atención sobre ello en el informe porque lo consideramos una cuestión crucial. Cuanto mejor va el turismo, más prioridad política va a tener que ser porque más necesidades de gestión de muchos de sus elementos van a tener que afrontarse. Creo que esto es un elemento muy importante que se pone de relieve con estas manifestaciones en Canarias que, lo que muestran, es que hay que gestionar el turismo y hay que gestionarlo inteligentemente.

Desde instituciones y asociaciones de empresarios insisten en la diferencia que existe entre el modelo de Balears y el de Canarias, ¿esa diferencia puede evitar protestas?

Hay un elemento crucial en la gestión de ese equilibrio entre residentes y turistas: la gestión del alojamiento. Históricamente, este se gestionaba con instrumentos urbanísticos, estableciendo dónde se podía construir un hotel o dónde se pueden cambiar edificios plurifamiliares por establecimientos hoteleros. Sin embargo, a partir del auge de las plataformas digitales, aparece un elemento disruptivo que genera un crecimiento descontrolado del alojamiento turístico. Cualquiera puede transformar su vivienda en un alojamiento turístico. Esto distorsiona el mercado y marca la motivación de estas manifestaciones. Aumenta la presión turística, le afecta al ciudadano en su calidad de vida porque vive en su edificio con turistas, que tienen ritmos de vida distintos. Además, su presencia encarece buena parte de los servicios. Incluso distorsiona su entorno, porque influye en servicios hospitalarios, de seguridad, de limpieza…

¿Se debería prohibir de forma generalizada el alquiler turístico en plurifamiliares como ya pasa en Ibiza?

En lugares en los que se llega al extremo diría que sí hay que limitar este alquiler turístico. Al final, si hablamos de desequilibrios y sabemos cuál es el elemento que genera este desequilibrio hay que limitarlo. Pero el gran problema que provoca este fenómeno es la dificultad que hay para controlarlo. El particular pone en alquiler turístico su vivienda sin ningún tipo de control de la legalidad de lo que está haciendo y, además, tiene la garantía de que no se expone, porque la plataforma no concreta dónde está el alojamiento. Nos encontramos con una opacidad que permite que el mercado, aunque se regule, crezca. El problema no es sólo una buena regulación, sino hacerla cumplir. En ciudades como Madrid la regulación establece que una vivienda turística debe tener una entrada distinta a la del edificio plurifamiliar en el que está. Eso se cumple en un porcentaje pequeñísimo, por no decir que no se produce.

¿Qué se puede hacer para reforzar ese control?

Recientemente hemos hablado con el Gobierno, que acaba de anunciar la creación de una comisión para que estudie qué medidas se deben impulsar para ayudar a las Comunidades Autónomas, los consells y los municipios a que cumplan sus propias normativas. Nosotros proponemos tres cosas. Lo primero, obligar a las plataformas a que controlen la publicación de anuncios en sus webs y que el alojamiento que no tenga licencia no se pueda publicar. Esto se puede controlar mediante un algoritmo, como cuando pagamos con nuestro número de tarjeta o accedemos a un trámite con nuestro DNI. Hay un algoritmo que lo identifica como válido y nos deja proceder. Lo mismo se puede hacer con una base de datos de los códigos de licencia turística que verifique los datos de forma automática. Ya existe una normativa europea a este respecto y ahora el Estado debe transponerla para hacerla efectiva. Segundo, en los edificios hay que empoderar más a las comunidades de vecinos. Y tercero, tiene que quedar claro que el alquiler turístico es una actividad económica, porque en muchos ordenamientos urbanísticos no queda claro que lo sea.

¿La línea de control impulsada en Balears cree que es adecuada?

Primero hay una línea de regulación del número de plazas. Creo que esto es muy importante. No entramos a discutir si el volumen es adecuado o no, pero sí creemos desde Exceltur que es necesario que se fije un nivel de presión de alojamiento turístico para poder mantener ese equilibrio entre población local y turistas que comentaba al principio. Luego se necesita mucha gestión. Intentar dar solución a las situaciones que genera esta convivencia con medidas de trazo grueso, tasa o limitación, es complicado. Por ejemplo, podemos hablar de gestión de flujos. En Ámsterdam se informa al turista de los lugares con más y menos afluencia de gente para redirigirlo y así distribuir la presión turística. Las medidas de gestión se deben impulsar contando con equipos profesionalizados que se dediquen a gestionar bien la carga turística y a elegir, incluso, el perfil de turista que se busca en un territorio. Hay que atraer al que más contribuya y sea más afín a los valores y la forma de vida de las sociedades locales. Eso va a favorecer ese equilibrio y esa percepción del ciudadano sobre el turista. Creo que esta faceta de la gestión a veces no se trabaja todo lo que se debería, y más ahora, aprovechando la capacidad tecnológica y las innovaciones con las que ahora contamos en materia de datos.

Hablamos de la percepción de los locales, pero ¿el turista percibe negativamente esa falta o defecto de gestión?

Creo que es un tema que se debe objetivar. Hay que preguntar a los locales y a los turistas sobre este tema. Hay destinos que hacen encuestas recurrentes para recoger la percepción social sobre el turismo, sobre el tipo de turista con el que convive y también a los visitantes sobre su nivel de satisfacción. Se trata de otro de los elementos de gestión que hay que poner encima de la mesa. El gran problema que tienen los destinos turísticos españoles, sobre todo los de litoral, es que les penaliza el sistema de financiación. Son lugares a los que acude mucha gente, generan muchos ingresos fiscales, pero éstos no revierten en las administraciones locales. El IVA, el impuesto sobre las personas físicas o el impuesto de sociedades los recibe el Estado o la Comunidad Autónoma. Lo que recibe el municipio es poco. Todas estas necesidades de los municipios de llevar a cabo una gestión más activa y más profesional, incluso la necesidad de reinventar y renovar sus espacios, son prácticamente inviables porque no tienen recursos.

¿Qué papel tiene el sector privado en estos cambios?

Ibiza es ejemplo de una importante inversión privada que ha transformado la isla, el efecto de lugares como Ushuaïa y otros establecimientos supuso una renovación extraordinaria de la oferta que ha hecho que los precios suban mucho y que el perfil del turista tenga más poder adquisitivo. Sin embargo, falta una inversión pública para que los espacios públicos e incluso la conservación de espacios naturales estén a la altura de lo que requieren estos cambios.

En el top 10 de rentabilidad económica del informe de Exceltur aparecen cuatro municipios de Ibiza, ¿qué factores considera que generan este éxito económico de la isla?

Creo que hay un extraordinario valor empresarial. A partir de 2010 se trabaja muy intensamente en renovar la imagen y atraer a un cliente con una importante capacidad de gasto que busca este producto. Poder disfrutarlo en un entorno tan espectacular como el que ofrece Ibiza supuso un cambio enorme que se trasladó a toda la cadena de valor de discotecas, restaurantes, beach clubs e incluso espectáculos artísticos. La inversión en mejorar el producto ha sido el gran catalizador de los buenos resultados económicos de la isla. Tiene un valor enorme y se debe fundamentalmente a una dinámica en la visión empresarial, se supo ver que en un momento de crisis se podía sacar más invirtiendo. Es un ejemplo que nosotros ponemos, de cara a otros destinos, de cómo hay que favorecer la inversión empresarial para que eso sea posible. Esas instalaciones renovadas tienen unos trabajadores mucho más formados, porque el cliente lo reclama, y unas condiciones laborales mucho mejores, que al final es lo que pretendemos y deseamos todos.

Esos ingresos vienen de una subida de precio que parece que no cesa desde hace algunos años, ¿lo caro vende?

Sí, si aporta valor. La persona que entiende que pagar esos precios merece la pena es porque recibe algo a cambio que justifica esas tarifas. La experiencia, que es lo que vende el turismo, da resultado en el caso de Ibiza gracias a estos elementos. Esto es la generación de valor que hace que el crecimiento de la isla sea continuo, que lidere el ranking de ingresos en España y que incluso veamos en los últimos años cómo está ampliando la temporada. Dentro de que es verdad que los meses de verano son los de los grandes números, también se está avanzando poco a poco en extender la temporada y esto es fruto de un saber hacer y de la inversión.

El sector habla cada vez más de sostenibilidad, ¿es una moda?

Creo que la sostenibilidad es una obligación. El turismo depende de los recursos naturales de los que se sustenta. Parece que la sostenibilidad ambiental es una novedad, pero el cuidado de los recursos naturales es la fuente de negocio del turismo y por tanto es una obligación. No es algo que debamos hacer porque ahora los turistas lo reclaman, es que lo tenemos que hacer porque nuestro futuro depende de ello. Sobre todo en territorios insulares la relevancia de los recursos naturales es crucial. Nos enfrentamos a retos importantes como el cambio climático o la gestión del agua y esto tiene que estar en la ecuación. El asunto es abordar estos debates de una forma concreta, muchas veces escuchamos diagnósticos genéricos y actuaciones en las que es muy importante tener los fondos para resolver problemas que en muchos casos provocó el crecimiento desordenado del turismo en sus inicios.

¿A qué mercados emisores habrá que estar atentos esta temporada?

Pienso que todavía hay mucho que trabajar en los mercados tradicionales, lo que pasa es que para trabajar los segmentos más interesantes tienes que tener el producto y el posicionamiento adecuado. Hay un canto de sirena sobre algunos mercados de larga distancia, porque gastan más, pero traer turistas desde esos lugares es muy costoso desde el punto de vista del marketing. Al final creo que hay que seguir trabajando en los mercados tradicionales europeos como son el alemán, el británico, el italiano o el español, aunque centroeuropa se está comportando muy bien y los nórdicos se están recuperando. Creo que hay que cambiar el paradigma y trabajar más en perfiles de turistas que en mercados en sí mismos. Es verdad que la conectividad es necesaria, pero se trata de atraer esos perfiles que tengas elegidos conforme a tus productos o tus intereses como destino. Esto de que vengan porque vengan está superado. No hablamos de mercados, sino más bien de perfiles.

En Ibiza llevamos dos años de récord de visitantes, ¿qué perspectiva se tiene para este 2024?

Creo que volveremos a crecer, pero creo que es importante elegir el indicador de crecimiento. Se deben buscar más ingresos y la satisfacción de la sociedad local, no podemos seguir creciendo en visitantes. Hay que empezar a cambiar las métricas, profundizar en los indicadores de modo que no sigamos diciendo que porque pasa una persona más por el aeropuerto el resultado es positivo. Queremos una contribución económica positiva y la satisfacción de los residentes en el destino, hay que empezar a valorar las temporadas en función de estos nuevos indicadores.

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