Concesión en el puerto de Ibiza. Las reacciones al concurso de la autoridad portuaria

Socios del CNI viven su pérdida como un paso más hacia la gentrificación de Ibiza

Socios del Club Náutico Ibiza lamentan que se haya otorgado la concesión temporal de las instalaciones a Puertos y Litorales Sostenibles y varios hablan ya en pasado de la entidad

Muy pocos encuestados quieren dar su nombre a pesar de mostrarse enfadados en una dirección u otra

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Decepción es la palabra más repetida entre los socios del Club Náutico Ibiza encuestados este sábado en las instalaciones de la entidad y vía telefónica. Aunque admiten que este desenlace ya se veía venir, su materialización ha sido un chasco para muchos de ellos. Al responder a las preguntas de este diario, la mayoría de loa socios sondeados se centran en defender al CNI y criticar que se haya otorgado la concesión temporal a Puertos y Litorales Sostenibles S.L. (PyLS, por un máximo de tres años); varios señalan que la gestión que se ha llevado a cabo hasta el momento ha sido óptima o «la mejor que se ha podido», mientras que también hay quienes no ocultan sus críticas.

Estado de la pasarela que conduce al pantalán de madera. | M. SASTRE

Estado del muelle que conduce al pantalán de madera. / MARCELO SASTRE

Los socios que desayunan en el Náutico Ibiza entre las 10 y las 11 horas prefieren no dar su nombre, muchos de ellos por miedo a posibles represalias, a pesar de que se muestran bastante cabreados.

Una de las zonas ajardinadas del CNI. | M. SASTRE

Una de las zonas ajardinadas del CNI. / MARCELO SASTRE

Un cliente confiesa que su sensación «como socio [lo es desde hace más de 40 años] y como ibicenco» es de «mucha tristeza». «Una de las pocas cosas que nos quedaba en Ibiza deja de ser nuestra y pasará a gestionarla gente que no tiene nada que ver con nosotros (...) Será de una tercera persona que querrá cobrar lo que considere».

Al mismo tiempo, culpa a la clase política por «no haber sabido defender lo que quería la gente de Ibiza». «No se trataba solo del club, no somos una casta de privilegiados con barco. Yo he sido socio muchos años sin tener barco en el club. Hay mucha gente de todo tipo que ahora ya no podrá salir [a navegar]. Tal vez nosotros tampoco podremos tener barco aquí», lamenta este encuestado mientras desayuna con su hija. Tienen una embarcación de siete metros y medio.

Una isla «para el lujo»

Preguntado por si ahora el objetivo será continuar haciendo presión para que la próxima concesión (la prevista para el largo plazo) vuelva a ser del CNI, califica este desenlace de forma irónica como «un sueño muy bonito». «Quieren convertirnos en una isla de lujo, no hay donde vivir y todo es muy caro. Igual aquí los ibicencos también tenemos algo que hacer y decir, porque los que alquilamos los pisos y los que no salimos a protestar somos ibicencos. Un poco menos de espíritu fenicio y un poco más de solidaridad», remata.

Manuel Guasch, hijo de Domingo, histórico del Náutico Ibiza, asegura que está muy decepcionado y que le entran ganas de marcharse de la isla. «Toda mi familia ha vivido en el mar, en el Club Náutico. Hemos hecho regatas, yo me he dedicado a la competición de vela. El club ha sido nuestra escuela y hace unos años que el mar se nos ha vuelto casi insoportable». En sentido, denuncia que hay demasiadas embarcaciones: «No tenemos donde fondear, los barcos que pasan a tu lado son enormes y todo son problemas». «Me gustaría irme a un sitio que sea como Ibiza en los años 70 u 80», señala resignado en una conversación telefónica. Desde 1969 ha ido teniendo diferentes barcos y ahora cuenta con uno de 7,90 metros.

Con todo, pide «luchar» por la supervivencia del club tal y como se ha conocido hasta ahora. «No sé cómo, porque no soy jurista, pero me gustaría ver a los políticos en pie de guerra contra el Estado», apunta Guasch, que, como su padre, enseñó vela en estas instalaciones. Preguntado por su valoración como socio de base sobre la gestión de las instalaciones, apunta: «No te diré que se haya gestionado perfecto, porque todo el mundo comete errores, pero realmente no están mal gestionadas. Se ha hecho como se ha podido. Piensa que el club es una entidad sin ánimo de lucro. ¿Que hubiesen podido invertir más en mantenimiento? No te diré que no, pero, desde hace diez años para acá, las cosas se estaban haciendo muy bien».

Seguridad e instalaciones

Opinión muy diferente es la de otro socio «de toda la vida» que este sábado se ha acercado al club. Expresa que «tal vez no será malo dejar venir a una empresa nueva» para que arregle «todos los problemas de seguridad y de las instalaciones», sobre las que afirma que hay «muchas carencias». También recuerda que, en días de mal tiempo, y dependiendo de por dónde sople el viento, las embarcaciones «corren mucho peligro».

En este sentido, varios encuestados hacen referencia a los problemas que acarreó la sustitución, hace dos años, del muelle de hormigón por dos estructuras flotantes. Según el CNI, este cambio fue por exigencia de Autoritat Portuària de Balears, algo que desde este órgano negaron. E insiste: «Las instalaciones necesitan un repaso, una renovación total, y todo esto requiere de mucho dinero (...) Ha fallado mucho la gestión. Viene de hace mucho tiempo, pero especialmente en los últimos 10 ó 15 años ha habido un abandono y una dejadez total».

Matiza que le hubiese gustado «que el club náutico siguiese como club náutico, pero con una gestión más transparente». Y es que asegura que «muchas cosas no se explican demasiado bien a los socios». El compañero que tiene al lado añade que, más o menos, coincide con él. Eso sí, este socio crítico, que también prefiere mantenerse en el anonimato, pide no olvidar el deporte y toda la parte social vinculada al CNI.

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