Vueling frustra el sueño del ibicenco Antoni Joan de ver, a los 76 años, a su Athletic en una final por primera vez
La solución de la aerolínea al Ibiza-Sevilla cancelado pasaba por coger dos vuelos con escala en Bilbao y llegar con el partido casi empezado
"Lo peor fue verlo entrar al aeropuerto con una sonrisa y salir de él con los ojos llorosos", lamenta Pere Joan, un ibicenco que soñaba con llevar a su tío Antoni, de 76 años, a ver una final del Athletic. La cancelación del vuelo Ibiza-Sevilla del viernes por la noche trastocó los planes de decenas de aficionados que soñaban con ver a sus equipos jugar la final de la Copa del Rey, que enfrenta al Athletic Club y al R.C.D. Mallorca hoy a las diez de la noche en el estadio de La Cartuja, de Sevilla. La noticia de que el avión no salía fue aún más dolorosa para Antoni Joan, un señor de Santa Eulària de 76 años que soñaba con ver a su equipo ganar la final.
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"Mi tío es del Athletic de toda la vida, y está algo enfermo desde Navidad. Busqué cómo conseguir entradas para darle una alegría", explica Pere, el sobrino. La delegación en Ibiza de la Federación balear de Fútbol ayudó a Riera a conseguir las entradas para él y para su tío.
La compañía contactó con Pere para intentar solventar el problema, pero, según explica, la solución era "imposible e impensable para un señor tan mayor": "Me decían que podíamos salir el sábado a las dos de la tarde de Ibiza y volar hasta Bilbao. Una vez allí, cogeríamos otro vuelo hasta Sevilla para llegar a las nueve de la noche", apenas una hora antes de que comenzara la final, eso si no había retrasos. Al sobrino de Antoni no le parece "razonable" coger dos vuelos con su tío para llegar justos de tiempo o, incluso, con el partido empezado.
Además, el ibicenco lamenta que la compañía no les ofrezca otras soluciones: "No me han dado opción a reembolso". La cancelación del vuelo supone una doble pérdida económica, ya que habían reservado un hotel que ya no se puede cancelar,. "Nos íbamos a alojar en La Cartuja, al lado del estadio, para mayor comodidad. El hospedaje nos costó 900 euros y las entradas, 126 euros, jamás lo recuperaremos", concluye.
Igual que Pere y Antoni Joan, muchos han sido los afectados que se han quedado sin ir a Sevilla a ver la final o que han tenido que buscar otras opciones. La cancelación se produjo por un retraso muy grande en su llegada a Sevilla del vuelo anterior.
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