«Si un terrorista matara a dos niñas y cuatro mujeres la gente saldría a la calle»

«Si un terrorista hubiera matado, en 48 horas, a cuatro mujeres y dos niñas, la gente saldría a la calle. Esto estaría abarrotado», comenta Dessiré Ruiz Mostazo, presidenta de la Associació de Dones Progressistes d’Eivissa. Hace unos minutos que ha acabado la concentración para protestar y denunciar la violencia machista y la violencia vicaria, y no entiende cómo, en vez de decenas de personas, la plaza de los juzgados de Ibiza no estaba abarrotada.

La concentración, convocada en diversos puntos de toda España, ha estado involuntariamente acompañada por la música que, en ese momento había en la plaza, en la que Núria Prieto, una de las portavoces de Emprendada Feminista (asociación integrante de la Comissió 8M Ibiza, que es la que ha convocado la protesta) lee los nombres de las 31 víctimas de la violencia machista en lo que va de año en España. Los nombres y las edades. Estas son, precisamente, las que ponen los pelos de punta a buena parte de las asistentes.

Algunas lucen prendas de color morado. Muchas sostienen cartulinas con mensajes: «Justicia, protege a los niños», «Quien ama no humilla ni mata ni maltrata», «Stop justicia patriarcal», «Mi madre es feminista, por eso yo también quiero tumbar el patriarcado»...

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«Ens volem vives», se lee en la pancarta que preside la protesta y tras la que las manifestantes aplauden cuando Prieto acaba de leer los nombres de las víctimas. A sus pies, una imagen que deja mal cuerpo: un tierno osito de peluche destrozado, con las tripas de espuma blanca rebosando y salpicado de lo que quiere representar sangre.

«Vamos a peor», comenta, con tristeza, Ruiz, que recuerda que la violencia vicaria es aquella en la que hombres parejas o exparejas de las mujeres víctimas de violencia machista «hacen daño a sus hijos para hacer daño a la mujer». «En el 80% de los casos estos niños y niñas son sus propios hijos», indica la presidenta de Dones Progressistes mientras un escalofrío le recorre la espalda.

«Como sociedad estamos fracasando y el sistema judicial está fallando, por eso nos concentramos aquí, en la plaza de la sede judicial de Ibiza», justifica. Ruiz está convencida de que los jueces toman las decisiones «con las mejores intenciones», pero lamenta que en ocasiones no sólo no sean efectivas sino que, además, acaben derivando en situaciones tan trágicas como la violencia vicaria, con menores asesinados por los maltratadores de sus madres.

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