La Alianza por el Agua y el GEN coinciden en pedir «control» en las desaladoras privadas de Ibiza

Ambas entidades destacan que si el agua depurada presenta altas cargas de salinidad se debe tanto al mal estado de las canalizaciones municipales como a la salmuera que vierten privados al mismo alcantarillado

Las instalaciones de la futura depuradora de Ibiza.

Las instalaciones de la futura depuradora de Ibiza. / Toni Escobar

Bea Roselló

Bea Roselló

El coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua, Juan Calvo, advierte de que la carga de salinidad del agua residual de Ibiza es muy elevada, pero es un problema no de ahora sino de hace años.

Calvo, que durante la pasada legislatura ocupó el cargo de secretario general de la Agencia balear del Agua del Govern balear (Abaqua), señala que el hecho de que las aguas de la futura depuradora de Ibiza no puedan reutilizarse para la agricultura por su salinidad se debe a que a la nueva infraestructura le «llegarán las mismas aguas que ahora», y ahí es donde radica el problema. «En los informes de saneamiento anuales [de Abaqua] ya pusimos el foco no sólo en cómo salía el agua sino en cómo entraba» a la planta, señala. De hecho, asegura que se alerta de esta situación desde hace «dos o tres años».

Calvo recuerda que la planta depuradora elimina todos los residuos, pero no realiza un tratamiento de desalinización.

Tanto Calvo como el presidente del grupo ecologista GEN-GOB, Joan Carles Palerm, coinciden en señalar que no solo se trata del mal estado de la red municipal, que también, sino de aquellas desaladoras privadas que vierten el exceso de salmuera al alcantarillado, sin ningún tipo de control administrativo.

Sin permiso para tirar la salmuera

En este punto, Palerm se muestra crítico al indicar que, a pesar de las desaladoras privadas que hay, tanto en viviendas como en hoteles, «no existe ningún permiso para tirar esa salmuera en ningún lado y, por lo tanto, la están tirando a la alcantarilla».

Calvo, por su parte, reitera a las administraciones la necesidad de que «exista un control» de las aguas que llegan de las desalanizadoras privadas y acaban en la estación de depuración.

En cuanto al estado del alcantarillado, tanto Calvo como Palerm indican que existen puntos en los que estas canalizaciones pasan por zonas costeras y, si se encuentran en mal estado, reciben filtraciones del freático marino por lo que, «independientemente de lo buena que sea la depuradora, recibirá agua salada», detalla Calvo.

El coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua recuerda la importancia de que, por parte del Ejecutivo balear, desde hace unos años se incida en promover ayudas y la financiación necesaria a través del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) para que los ayuntamientos puedan «acelerar las mejoras en sus alcantarillados».

Calvo insiste en que la situación que se registra en la nueva planta depuradora de Ibiza se repite también en el resto de islas, donde los porcentajes de exceso de salinidad también son elevados. El último informe de Abaqua sobre salinidad de las aguas residuales que entran en la depuradora desde alcantarillados municipales, del año 2022, muestra que la salinidad media en la isla de Ibiza roza el 70%. Es el nivel más alto de Balears, muy por encima de Mallorca y Menorca, donde el nivel medio no supera el 50%.

Para el presidente del GEN-GOB, tan responsables son los ayuntamientos, que no mantienen las canalizaciones en buen estado, como de los hoteles y otros privados que vierten la salmuera de forma incorrecta.

Palerm, por último, recuerda que actualmente únicamente el golf de Roca Llisa reutiliza el agua de la depuradora para regar los campos, y «lo normal sería que siguiera igual, sabiendo que es la única agua reutilizada en la isla».

Poner coto a la presión humana

 El coordinador de proyectos de la Alianza por el Agua, Juan Calvo, señala el «coto a la presión humana» como base para la «sostenibilidad de la isla». Joan Carles Palerm, del GEN-GOB, es de la misma opinión, pero además insta a «controlar las actividades» porque a su parecer la situación actual es un «desbarajuste». Ante la situación de prealerta de sequía y la falta de lluvias, Calvo indica que lo más importante es la concienciación y la reducción de los consumos a nivel general. Además, apunta que se deben minimazar las pérdidas en la red de abastecimiento así como impulsar un mayor control a los grandes consumidores. 

En cualquier caso, indica que se «ha avanzado y trabajado mucho» en comparación con la anterior época de sequía, que afectó a las islas en 2015. «La anterior sequía fue un drama porque habia una desaladora parada y se daba agua salada; ahora se ha conseguido poner en marcha la desaladora de Santa Eulària y se ha logrado la interconexión», precisa. 

Palerm recuerda que si bien se han hecho avances, éstos solo benefician a aquellos que están en la red y no a las viviendas unifamiliares en rústico. «Se sirven de camiones cubas procedentes de pozos, que muchos no tendrán agua», critica el presidente del GEN-GOB. Calvo puntualiza: «La sequía no se resuelve en periodo de sequía, hay que prepararse para la siguente porque cuando llega, ya es tarde». 

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