Cisco García: «Solo tenemos una vida y quiero vivirla al máximo»

La vida del tenista Cisco García cambió al quedarse en silla de ruedas tras sufrir un accidente practicando ‘snowboard’, pero eso no le ha hecho sentirse limitado y ha continuado desarrollando las actividades que le gustan, como viajar y hacer deporte

Cisco García en la Plaza del Ayuntamiento de Santa Eulària.

Cisco García en la Plaza del Ayuntamiento de Santa Eulària. / Vicent Marí

Un ‘salto mortal’, como la canción de Vanesa Martín, puede cambiarte la vida. Como le pasó al tenista paralímpico Cisco García (Córdoba, 1982) el 28 de diciembre de 2015. Por un accidente haciendo snowboard, su vida cambio por completo: dejó de ser un abogado que disfrutaba practicando este deporte a dedicar su vida al tenis en silla de ruedas. «Fue un cambio brutal. De llevar una vida muy activa, en la que trabajaba mucho y ejercía de abogado, a tener que cambiarlo todo… Seguí trabajando de abogado un tiempo, hasta que en el tenis empecé a destacar y podía vivir de ello. Dejé la abogacía pero al final yo creo que he seguido llevando la misma vida», explica García.

Aunque tuvo que dejar ese trabajo, García apunta que el tenis fue lo mejor que le dio la lesión; le apasiona. «A mí el tenis me ayudó a recuperar la autoestima porque veía que hacía algo bonito y me ayudó mucho».

El tenista se declara bastante optimista, pero, como es normal, tuvo momentos más difíciles al principio. En el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo le explicaron que para recuperarte de una lesión medular necesitas tres meses porque se tiene que desinflamar. No todo fue un camino de rosas: «En esos tres meses tienes muchas esperanzas de volver a caminar, pero cuando pasó ese tiempo y vi que no, sí me di cuenta de que era de por vida».

No ha perdido nunca la ilusión de volver a andar, pero cada vez tiene más claro que será difícil y que como mucho lo podrá hacer con una muleta. Aun así, se mantiene optimista y sabe qué es lo que le toca. «Yo a la vida la voy abrazando como viene, y si no vuelvo a andar es que no es para mí».

Tuvo «un par de días malos», pero asumió que era lo que la vida le había puesto en el camino. «Era o quedarme llorando en mi casa o jugar las cartas que me ha dado la vida, y aposté por lo segundo», apunta García. «Solo tenemos una vida y quiero vivirla al máximo, reflexiona.

Cisco García antes de entrevistarle.

Cisco García antes de entrevistarle. / VICENT MARI

Ya había tenido contacto con el tenis porque le apasiona, pero fue en el hospital cuando comenzó a practicarlo en silla de ruedas. «Fue un poco frustrante porque yo venía de correr a por las bolas e iba más lento con la silla. Recuerdo que estaba recogiendo unas bolas y me eché a llorar cuando vi unas escaleras porque yo no podía subirlas, pero luego el juego me ganó», rememora García.

En los momentos más difíciles García destaca que su mujer, Raquel, fue su punto de apoyo. «Por aquel entonces era solo mi novia, porque Raquel y yo llevábamos un año y medio juntos, que no es tanto. Mucha gente creía que se iba a ir, pero teníamos un amor muy puro», recuerda emocionado. Y añade que ella, al ser médico, nunca sintió pena por él porque está acostumbrada a tratar con enfermos y él no lo es; simplemente, no puede andar.

«Veían a Cisco»

Sus amigos y familia también han sido una parte muy importante porque nunca le miraron con pena y para él eso es muy importante, ya que «no veían un hombre en silla de ruedas, veían a Cisco». «Al principio me sentía más observado. No es normal ver a gente joven así, normalmente es gente mayor. Me sentía peor porque te ofrecen ayuda que quizás no necesitas, te miran con pena... pero después lo naturalicé porque es normal que pase», cuenta García.

Sigue llevando una vida normal y viajando. Uno de los destinos que más le gusta es Ibiza. Tiene amigos en la isla a los que visita frecuentemente para pasar tiempo con ellos. Le encanta el norte, ya que lo define como «más familiar», pero hay momentos en los que sale de fiesta y su discoteca favorita es Hï porque siempre le han dado infinidad de facilidades.

Hay lugares que están preparados para personas en silla de ruedas, pero no siempre es así y García hace las cosas de manera bastante autónoma, como nadar en el mar: «Al principio me daba cosa porque vas con la silla y era raro. Lo haces varias veces y al final ya lo hago súper natural. Yo veo gente que mira, pero son miradas de ‘qué huevos tiene’». Además, valora que haya playas adaptadas.

Una canción sobre su historia

La música también es una parte de la vida de García, porque la artista Vanesa Martín, a quien admira, le dedicó una canción, ‘Salto mortal’, sobre la historia que cambió su vida. La cantante conoció su situación a través de un vídeo que él y su mujer subieron cantando una de sus canciones. Investigó sobre su historia y en un programa en el que ambos fueron de invitados, le cantó parte del tema, que posteriormente sacaría en uno de sus discos y que promocionaron juntos. «Me parece muy bonito», afirma García.

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