Una nevada (de pétalos) en agosto

La Catedral de Ibiza se llenó ayer para celebrar la misa de ofrenda a Santa María de las Nieves, a la que asistió el alcalde de Ibiza tras dos legislaturas de ausencia de su antecesor y, por primera vez, el presidente del Consell de Formentera

La tradición cuenta que en el año 358, un día 5 de agosto, los romanos fueron sorprendidos por un fenómeno extraordinario. Nevó. La nieve se acumuló principalmente en el monte Esquilino y fue allí donde el Papa Liberio erigió un santuario a Santa María después de haber soñado que la Virgen le pedía que levantara un templo allá donde viese un milagro al día siguiente.

En la basílica de Santa María la Mayor de Roma se conmemora este hecho con una nevada de pétalos blancos de rosa cada 5 de agosto. El obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, recordó este episodio ayer en la catedral de Santa María de Ibiza, donde también nevaron pétalos a los pies de la Virgen tras una celebración que tuvo varios aspectos que la hicieron particular a la de años anteriores. Para empezar, que no hizo tanto calor, aunque los abanicos siguieron abundando.

Un pequeño retraso

Junto al hotel Montesol espera un concejal. «¿Estás segura de que baja? Porque llevo un rato aquí y no aparece nadie», dice por teléfono. Está preocupado. Son las 18.40, confiaba en el servicio de transporte habilitado por el Ayuntamiento para facilitar la subida a la Catedral. Subir a toda prisa y trajeado no es una opción.

Llega otro concejal. «No sé, debe conducir el autobús Rita la Cantaora», le comenta guasón uno al otro. Finalmente son las 18.47 cuando aparece no uno, sino dos autobuses. Las tres personas que esperan, dos concejales y un periodista, suben al autobús. «Vamos que no llegamos».

De camino todavía recoge a dos señoras junto al Teatro Pereyra. Llegan hasta el antiguo seminario. Son las 18.58. «Tienes que estar de coña, pensaba que el bus llegaba hasta la Catedral».

Queda un trecho que deberán hacer andando. Por suerte, todo está parado. Les esperan. Se ponen a la cola de las autoridades y entran al son del tambor y la flaüta, detrás de los obreros de todas las parroquias de la isla con sus respectivas banderas. La entrada protocolaria permitirá a las dos señoras que iban en el autobús llegar también a tiempo.

Detrás del obispo y los párrocos insulares, entre los que está el sacerdote ucraniano refugiado en Ibiza Dmytro Kyiashko, encabeza la comitiva de políticos el alcalde de Ibiza, Rafael Triguero, y el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí. Detrás de ellos está el presidente del Consell de Formentera, que por primera vez en la historia de esta institución acude a la celebración. Están todos los concejales del equipo de gobierno de Vila, los alcaldes de todos los municipios y cierran la fila los consellers del PSOE.

«Bienvenido alcalde»

La celebración se inicia con un himno a la Virgen María a cargo del Cor Ciutat d'Eivissa, que da solemnidad a la celebración acompañado al piano y dirigido por Miguel San Miguel. Los sonadors de la colla de Vila ponen la nota de tradición, entre ellos el vibrafonista Andrés Coll, que toca el tambor y las castanyoles con su característica energía que le está haciendo despuntar en la escena jazz.

Tras las lecturas, el obispo empieza saludando a todos los fieles. Reconoce a algunos que han madrugado para estar en la misa de la Aurora. También a las autoridades. «Quizás es saltarme un poco el protocolo, pero permitidme que hoy salude en primer lugar al alcalde de la ciudad de Ibiza, que representa a toda la ciudad. Tengamos las creencias que tengamos. Gracias por venir, le echábamos de menos», dice en referencia a la reiterada ausencia de su predecesor en el cargo, Rafael Ruiz, durante las dos legislaturas que fue alcalde. También dedicó un saludo especial al presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, «sea bienvenido, a usted esto le queda más lejos y tiene que coger el barco, se lo agradecemos. Esta es la casa de Ibiza y Formentera, nos separa el mar pero hay cosas que nos unen y sepa que está en su casa representando a la gente de Formentera».

Inició la homilía recordando por qué en Ibiza se celebra Santa María de las Nieves «en una isla tan calurosa y en la que (casi) nunca nieva». Sencillamente porque las tropas que conquistaron Ibiza en 1235 hicieron el voto de dedicar su victoria a la Virgen María en la advocación más cercana al día de la conquista. Fue el 8 de agosto, la festividad más cercana era el 5: Santa María la Mayor.

Tuvo también un recuerdo para los jóvenes ibicencos que están en la Jornada Mundial de la Juventud que celebra la iglesia católica en Lisboa. El obispo regresó ayer de allí, de donde destacó la reflexión que se hace respecto a la hermandad de todos los seres humanos y la necesidad de cuidar la creación frente al cambio climático.

Flores a Santa María

Tras la celebración resuena en la catedral el himno Set segles fa, cuando nos acercamos inexorablemente al octavo siglo. Eso será en 2035. A continuación decenas de personas se acercan a hacer la ofrenda floral. Los primeros son el alcalde de Ibiza y el presidente del Consell de Ibiza que entregan conjuntamente un cesto de flores. Poco a poco, a los pies de la imagen de la Virgen María se va levantando un manto de flores.

Catusa y Pepita no traen ramo, pero acuden a los pies del Santo Cristo Yacente donde hay una cuba con varios ramos en agua. «Siempre están aquí para aquellos que los quieran coger a cambio de un donativo», explica Pepita. Así pueden cumplir con la tradición.

La salida se hace este año en procesión tras la Virgen Peregrina que ha hecho un tour por todas las parroquias de la isla. Sale en dirección a la iglesia que normalmente la acoge, la de San Pedro. Las monjas de la congregación del Verbo Encarnado le tiran pétalos claros de rosa a su salida, que se posan como copos de nieve a sus pies .

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