Cautela en el sector turístico de las islas por una posible recesión en Alemania y Reino Unido

Después de una temporada turística exitosa en Balears en 2022, que marcó la vuelta a la normalidad después de la pandemia del coronavirus, las previsiones para este verano son buenas, si bien en el sector son cautelosos. La situación internacional, con la guerra de Ucrania, la crisis energética, una inflación sostenida y la amenaza de desaceleración económica en algunos mercados emisores, como el alemán, están generando cierta incertidumbre entre los empresarios de cara a la presente temporada.

Así lo refleja Quaderns Gadeso en su último análisis sobre el clima empresarial en la temporada alta 2023. Las razones, la elevada inflación, junto con la crisis del sector energético, y el Brexit, en el caso del Reino Unido, que están provocando que los dos principales mercados emisores, el alemán y el británico, estén a las puertas de una recesión económica. Normalmente, se advierte, una recesión conlleva una contracción del consumo y del gasto, lo que incide, directamente, en la capacidad de las personas para viajar y consumir durante sus vacaciones en los destinos.

El informe de Gadeso se basa en 600 entrevistas realizadas entre los días 10 y 25 de mayo, por lo tanto sus resultados corresponden con la opinión del empresariado turístico balear justo antes de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo.

A pesar de la incertidumbre, se prevé un incremento de la actividad (19 %) y una subida de los precios (17,5%), con lo cual aumentaría la rentabilidad empresarial (+6 %). Si bien se observa, es posible que estos datos se vean alterados en función de la respuesta empresarial balear ante la formación del nuevo Govern que encabezará la presidenta del Partido Popular en las islas, Marga Prohens. Lo que sí expresan tres de cada diez empresarios es su incertidumbre ante la temporada.

De acuerdo con las reservas del Reino Unido y Alemania y el «prometedor inicio» de la temporada, las previsiones de rentabilidad en hoteles, apartamentos, alquiler vacacional y turismo rural de las islas son optimistas, con un cierto grado de incertidumbre (+8%). Se prevé que suba la ocupación hotelera un 21% y también una subida de precios y de los costes, tanto por la inflación como por el aumento de los costos laborales, que notarán más las pequeñas empresas.

También casi el 25 % de los empresarios de alojamiento turístico se muestran inquietos e inseguros, sobre todo por la evolución de los precios al alza.

Además, se pone en evidencia que para mejorar la rentabilidad se ha de ir más allá de una temporada alta intensiva alargándola más allá de julio y agosto.

Suben costes y precios

Respecto a la oferta complementaria -restauración, comercio turístico, transporte y servicios de ocio y deportivos-, otro gran pilar de la actividad turística en Balears, las perspectivas de rentabilidad no son tan positivas (+4%). Se estima que la actividad aumentaría un 14%; los precios, un 17% y los costes, un 19%.

Una inflación desmesurada y la competencia del todo incluido hacen que una parte importante de los visitantes se limiten a consumir en los hoteles. Lo que afecta a un sector compuesto sobre todo por pymes y autónomos.

En el caso de los empresarios de la oferta complementaria de las islas, más de un 35% se muestran preocupados ante la incertidumbre.

Freno a las reformas en la planta hotelera

El encarecimiento de los precios de los materiales y de la mano de obra constituye un freno a la posibilidad de abordar reformas en la planta hotelera de la sislas. En cuanto al valor añadido (inversiones en los alojamientos y en la oferta complementaria y crecimiento de la contratación y mejora de la estabilidad laboral), se prevé a pesar de la coyuntura, pero entre las grandes cadenas hoteleras, que conservan la capacidad para invertir. Por otro lado, el informe de Gadeso avisa de que el modelo turístico sigue basándose en una máxima actividad y creación de empleos durante los meses de verano.

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