Semana Santa 2023

Semana Santa de Ibiza: Savia nueva para el vía crucis viviente de Santa Eulària

El auto sacramental, que no se celebraba desde 2019, congrega a varios centenares de residentes y turistas

Maite Alvite

Maite Alvite

La Agrupación Musical Esencia y los actores que van a recrear la pasión, muerte y resurrección de Cristo se citan a las ocho y media de la mañana en el bar San Remo, en la calle Sant Jaume de Santa Eulària. Entre los congregados hay muchas caras nuevas, como la de Raquel Montes, que va a interpretar uno de los papeles esenciales, el de María; la de Narcís, un niño rumano de once años que se va a poner en la piel de San Juan, discípulo de Jesús; o la de Oriol Riera, de catorce años, que hará de Simón de Cirene, el hombre que en un momento del camino ayudará al hijo de Dios a cargar con la cruz hasta el Gólgota, en este caso, hasta la plaza de Lepanto.

El promotor del vía crucis viviente, Andrés Ramos, asegura que hasta hace mes y medio el evento, que no se celebra desde 2019, estaba en el aire. «No es fácil organizar algo así, hace falta mucha preparación y faltaba gente. Si no fuera porque nos han echado una mano la presidenta de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, Sonia Torres, y el segundo Hermano Mayor, Antonio Molla, no hubiéramos salido tampoco este año. Fueros ellos los que me animaron y los que me han ayudado a encontrar actores», reconoce Ramos, dando las gracias también a la comunidad ucraniana de Santa Eulària, que también se ha implicado en esta celebración proporcionando intérpretes.

Mira aquí el vídeo del Vía Crucis en Ibiza

Maite Alvite

Mientras Molla, Torres y el organizador de este auto sacramental supervisan que todo esté listo para empezar, en un coche aguarda, vestido y maquillado, Jesús Ángel Ramos Mateos, el protagonista. Lleva más de una década encarnando a Cristo y no se cansa del papel, a pesar de que es agotador subir desde la zona del mercado hasta lo alto del Puig de Missa portando una cruz de madera de más de diez kilos. El hijo de Andrés Ramos, que, es también el director de la Agrupación Musical Esencia, es uno de los más veteranos, junto a Mª Carmen García, que interpreta a la Verónica, la mujer que durante el vía crucis viviente tenderá a Cristo un paño para que se enjuague el sudor y la sangre.

A las nueve y media de la mañana los actores y la banda de música emprenden la marcha por la calle Sant Jaume acompañados por el párroco de la iglesia del Puig de Missa, Marcelo Gabriel Jofré, que con ayuda del sacerdote Fabián Rodríguez dirigirá la oración y se encargará de explicar las quince estaciones que componen este vía crucis. En la calle Sol, que representa el monte de los olivos, se congrega la multitud. Entre la gente, hay algunos representantes políticos como la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer. Luego se sumará el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí. El silencio es absoluto cuando Jesús se arrodilla para rezar y Judas le traiciona delatándole con un beso ante una escuadra de romanos que le apresa. La condena a muerte de Cristo es el primer episodio de este auto sacramental, que se prolonga casi dos horas.

«Un acto único»

En el trayecto hasta el Puig de Missa se va uniendo cada vez más gente, que no pierde ocasión para retratar el evento, como Andrés, un vienés de vacaciones en la isla que hace un completo reportaje fotográfico. «Hay público, pero no tanto como otros años», opina Andrés Ramos, que echa en falta que el Consell y el Ayuntamiento de Santa Eulària promocionen «un acto que es único en toda la isla».

La emoción se palpa en el ambiente cuando Toñi Ruiz se arranca a cantar una saeta frente a Jesús, muerto en la cruz. Canta de nuevo en el interior del templo del Puig de Missa, cuando el cuerpo de Cristo descansa en el sepulcro. El acto concluye y el público que llena la iglesia aplaude a todos los participantes en el vía crucis viviente. Andrés Ramos está contento, aunque confiesa que le ha fallado un poco el cañón de humo en el momento de la resurrección.

Alguien pregunta por Jesús, para grabarle con el móvil. Es Teresa Gómez, una turista del Imserso de Leganés que nunca antes había visto un vía crucis viviente y se muestra «muy emocionada». También lo está Frinee Gutiérrez, nicaragüense residente en Alemania. «He llorado y todo», confiesa mientras le saca una foto a su hija Daniela con Jesús, ya resucitado y vestido de paisano.

Suscríbete para seguir leyendo