Ibiza en Fitur: Vía libre para construir la segunda fase del Palacio de Congresos de Santa Eulària

Dos décadas después de que arrancara el proyecto del Palacio de Congresos de Santa Eulària, al fin el Ayuntamiento verá cumplido uno de sus mayores anhelos: construir la segunda fase. La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha aprovechado Fitur para anunciar, en el estand de Ibiza, su apoyo al proyecto que abanderan tanto el Consistorio como el Consell desde hace lustros. Costará 21 millones (más IVA), de los que el Govern aportará 10 (de los cuales ocho son de fondos europeos), según Armengol, el Ayuntamiento cinco y el Consell otros cinco millones de euros. La cantidad que desembolsará el Ejecutivo balear procede de los 245 millones de euros de Fondos Europeos que el Ministerio de Turismo, con Reyes Maroto a la cabeza, ha asignado a Balears.

«Es una infraestructura importante para la isla que nos ha de ayudar, sin lugar a dudas, a la desestacionalización y a traer el turismo de calidad, pues permitirá acoger grandes eventos de todo tipo», ha argumentado Armengol, que ha destacado que el proyecto original ha sido modificado para ser «sostenible», de manera que su gestión energética tendrá una «emisión cero» de gases de efecto invernadero, «lo que demuestra que se apuesta valientemente contra el cambio climático».

Gestión como en Palma

La gestión de esa infraestructura, según la presidenta balear, será «público-privada, tal como funciona el Palacio de Congresos de Palma», y en ella participará el Govern.

En ese sentido, el conseller balear de Turismo, Iago Negueruela, ha calificado de «bueno el modelo palmesano, si bien señaló que aún tienen que «definirlo» en el caso de Ibiza. La idea es que «la parte pública asuma una parte del coste de la infraestructura y se establezca un canon durante una serie de años» a la empresa que gane la licitación para explotarlo: «Hay diversos modelos en España de colaboración público-privada a través de los órganos de dirección, que es algo que aún hay que trabajar con el Consell y el Ayuntamiento», ha explicado Negueruela.

Armengol también ha comentado que el nuevo proyecto de la fase 2 cuenta con «un apoyo muy amplio de todo el sector de convenciones de la isla, de la población y de sectores económicos que se verán beneficiados por esta infraestructura».

Tanto Consell como Consistorio querían que este «compromiso cerrado», en palabras de Armengol, y que ha sido llevado «con mucha discreción», según Negueruela, se sustanciase públicamente. Y qué mejor que Fitur para anunciarlo. La alcaldesa, Carmen Ferrer, que ya trabajó en este proyecto cuando era responsable de Turismo del municipio, ha recordado que es «una infraestructura muy importante para la isla», y ha valorado el «esfuerzo» realizado por los arquitectos encargados de su diseño, Jesús Ulargui y Eduardo Pesquera, «para actualizarlo», algo en lo que también ha participado el sector turístico y de turismo MICE (de congresos y exposiciones) para que se adaptara «a las necesidades que hay ahora». Del original, donde había «una sala diáfana de 2.400 metros cuadrados», se pasa ahora a un espacio que puede transformarse en un auditorio con cabida para un millar de personas sentadas. También tendrá posibilidad de disponer de siete salas diferenciadas para sus correspondientes actos.

Avanzado tecnológicamente y «sensible con el entorno», su consumo energético «será cero», según Ferrer: «Mantiene el equilibrio con el exterior y tendrá luz natural. Es muy acorde con la primera fase, pero muy adaptado a las necesidades actuales del sector», pues permitirá «disponer de una diversificación de usos».

Impulso de Rosana Morillo

El Ayuntamiento «encabezará el proyecto» de licitación, «con la colaboración del Consell y del Govern», ha matizado Ferrer, que ha agradecido «el trabado realizado por el conseller Negueruela y por la nueva secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, que ha dado el impulso final».

Quizás se vino muy arriba o quizás no, pero el presidente del Consell, Vicent Marí, ha hablado de «unas instalaciones de primer orden mundial». Marí ve, al fin, cómo se materializa un proyecto que impulsó en su etapa de alcalde y por el que no ha cejado en insistir, machaconamente, a todos los gobiernos de Balears, convencido de que «da un valor añadido a la isla en cuanto a que lo sitúa en el mapa del turismo MICE» de manera definitiva: «El proyecto ejecutivo ya está hecho y lo que toca es iniciarlo. Esperemos que tras el verano de este año se inicien las obras», que la alcaldesa, más cauta, aplaza a 2024.

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