La matriculación de vehículos en Ibiza aumentó un 49% en los dos primeros meses del año, mientras que el incremento en Formentera fue del 811%. En total, se registraron 584 altas en la mayor de las Pitiusas, 292 más que en el mismo periodo de 2021; en la pitiusa del sur, 146 más, nueve veces las paupérrimas cifras de hace 12 meses. Ha sido el mejor arranque del año de la historia de Formentera, donde, salvo en 2010 (130 vehículos) nunca se pasó en los dos meses iniciales del año de las 66 unidades matriculadas.
Detrás de esta recuperación del sector está el rearme de las flotas de los rent a car, explica José Antonio Colomar, presidente de la Asociación Empresarial de Concesionarios o Distribuidores de Automoción de Ibiza y Formentera (AECA): «Ese sector ha estado dos temporadas sin comprar vehículos y sin reforzar flotas. Está envejeciendo. Ahora necesita autos nuevos. Debido a las buenas perspectivas que había hasta ahora para la próxima temporada, se estaban renovando, o intentando hacerlo con los vehículos que les podíamos proporcionar».
Los que pueden proporcionar, recalca Colomar. Porque los fabricantes del automóvil aún tienen problemas para facilitar a los concesionarios el stock que les reclaman: «Estamos convencidos de que si tuviéramos más coches disponibles estaríamos en los niveles de ventas de 2019 o 2020. Si no se ha llegado a esas cifras es por la falta de disponibilidad. Todavía arrastramos todo el problema derivado de la falta de microchips y ahora el de suministros y de transporte».
Porque en Ibiza se ha mejorado el registro de 2021, pero aún no el de 2020 (732 altas) ni el de 2019 (848). Lo curioso es que el sector no tema a la creciente inflación, ni que esta llegue a retraer la demanda. Por dos motivos. El primero, porque «ya hubo subidas de precios importantes a principios de año, de entre el 6% y el 10%, debido al impuesto de matriculación, que ahora deben pagar vehículos eximidos anteriormente». Pese a ese incremento, «el mercado se está comportando mejor que en 2021».
«Demanda retenida»
El segundo es que existe «una demanda retenida», provocada «por la escasez de microchips, por la falta de renovación de las flotas de rent a cars en los dos últimos años, y por la prolongación de los renting de las empresas a causa de la crisis». A esas razones se suma otra: las entregas de numerosos vehículos «llevan retrasos importantes», si bien «ya se están fabricando». Una conjunción astral de imponderables que paralizan el sector desde hace meses.
No obstante, la mayor parte del incremento de matriculaciones en Ibiza no se debe a los turismos (297 en total, un 33% más), sino a las motos, de las que se registraron 165 altas, un 139% más en términos interanuales, casi un centenar más que en 2021. Es la mayor cantidad desde el año 2007 (206).
En Formentera, la renovación de las flotas de alquiler (este año se están dando prisa, no sea que se queden, como ocurrió en 2021, sin vehículos) ha provocado que se matricularan 93 automóviles, un 933% más que hace 12 meses. También es la cifra más elevada (y con mucha diferencia) de su historia. Como mucho, desde 2006 hasta ahora se habían registrado, a lo sumo, 44 unidades en los dos primeros meses del año. Además, se multiplicaron por 16 las matriculaciones de motocicletas de 2021 (66 en total, la segunda mayor cantidad de su historia, tras el centenar de 2010).
Mientras recuperan algo de fuelle los vehículos de gasolina (en Ibiza, 345, un 69% más que en 2021, pero aún por debajo del registro de hace dos años, 482; en Formentera, 137, un 1.270% más), los de diésel siguen de capa caída: sólo se tramitaron 86 en Ibiza, una decena menos en un año (-10%), el peor registro desde que se computa esta estadística.
Sin embargo, mantienen su cotización al alza (con récords mes tras mes) los híbridos (78 en Ibiza, un 81% más en los dos primeros meses que en 2021; 21 en Formentera, un incremento del 950%). Igual sucede con los eléctricos puros: 25 en Ibiza (+212%) y sólo uno en Formentera (la misma cantidad que los últimos cuatro años).
