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Música

Guille Podevín, líder de la banda de Ibiza Billy Flamingos: «El CD ya solo sirve para coger polvo en la guantera del coche»

El grupo ibicenco Billy Flamingos ya tiene en la rampa de salida su segundo disco, ‘Oscuro baile de salón’, del que irán publicando adelantos en los próximos meses y prometen «polémica» y «sorpresas»

El grupo, en una imagen promocional. Muchigraphy

El estado de alarma llegó el año pasado a sus componentes de Billy Flamingos iniciando el proceso de grabación de su segundo disco: «Nos pilló en bragas», resume su cantante y guitarrista Guille Podevín. Ahora, tras meses de incertidumbre y complicaciones, el disco está acabado y lo van a publicar por entregas en las plataformas digitales. No habrá CD, aunque su sueño es poder publicarlo algún día en vinilo.

- Ibiza y el mundo en el que publicasteis ‘Billy Flamingos’ no tienen nada que ver con el que va a escuchar vuestro segundo disco... 

-Es completamente diferente. Muchos amigos nos preguntan cómo ha influido la pandemia en el disco y es mucho. Las letras son más oscuras y el proceso de grabación ha sido muy complejo. Empezamos a grabar durante la desescalada, con las canciones medio compuestas, y ha habido que ir retrasándolo todo. Además hemos cambiado de productor, el primero lo grabamos con Joan Barbé y este segundo con Omar Gisbert.

-¿Cómo empezó todo?

-En febrero del año pasado nos reunimos con Adrián Rodríguez, nuestro mánager, para grabar algunas canciones del primer disco en directo en Las Dalias. Nos envalentonamos y decidimos grabar ya el segundo. En marzo nos metimos en el estudio y de repente se paró el mundo. No podíamos ni grabar ni juntarnos a tocar por las restricciones. Mantuvimos la comunicación con videollamadas, pero no se puede hacer un disco a distancia. Antes yo traía de casa una idea, un boceto de canción, y la trabajábamos entre todos, para este disco yo las he trabajado en casa, he grabado maquetas, y luego las hemos terminado de perfilar en el estudio. Las canciones son en parte más mías, por culpa de la pandemia.

-¿Es un nuevo comienzo para la banda?

-Sí, en cierto modo es un nuevo comienzo. Nos hemos salido de nuestra zona de confort y nos hemos ido hacia nuevos estilos e incluido nuevos elementos, como pianos y sintes. Además tenemos otra perspectiva como banda. Comenzamos como un grupo de rock enfocado a tocar en las fiestas de los pueblos y Adrián nos ha transmitido la ambición de salir de la isla. De buscar algo más. La pandemia ha sido un reseteo para la banda.

Guille Podevín al frente de Billy Flamingos, en una imagen promocional. Muchigraphy

-Vamos, que ya no es solo un grupo de rock visceral... 

-Cuando empezamos a grabar una canción nunca sabemos a dónde nos va a llevar, vamos probando, somos alternativos e intentamos experimentar... Nos hemos abierto del rock garajero a otros estilos. Hay algo de electrónica, hay sintes en varias canciones, una balada con la guitarra acústica... Es una forma natural de evolucionar. 

-Que no queríais hacer el mismo disco...

-A ver, el sonido Billy sigue ahí, pero algunas cosas van a sorprender a la gente. Puede que haya polémica y que haya quien piense que se nos ha ido la olla, pero nos encanta esa polémica y esa sorpresa, creo que va a ser positiva.

-En los anuncios que habéis hecho hasta ahora en las redes sociales decís que es un disco «sin miedo a la pandemia, sin miedo al miedo»...

-La industria de la música ha cambiado mucho en este tiempo y hay que reinventarse. Ya casi nadie escucha discos completos, consume las canciones en listas de reproducción, por eso ya casi nadie saca el disco tal cual. Vamos a ir publicando canciones a lo largo del año porque no sabemos cuándo vamos a poder presentar el disco y no tiene sentido sacarlo entero sin saber cuándo vamos a poder tocarlo.

-¿No va a haber disco físico?

-El disco está entero, lo grabamos en septiembre y terminamos las mezclas en enero y hemos tenido un importante debate sobre si había que sacarlo en CD o no. Al fin y al cabo el CD ya solo sirve para coger polvo en la guantera del coche. Si hay que apostar por un formato físico, nuestra idea, casi una utopía, es publicarlo en vinilo.

-Así que será una publicación por entregas. 

-Por fascículos, sí [risas]. Estamos trabajando para poder presentarlo en vivo en verano, pero ya veremos. Toda la industria está pendiente de lo que va a pasar con el experimento de Love of Lesbian en Barcelona, que puede que dé algunas claves sobre qué hacer en el futuro.

«La energía de tocar ante el público siempre es diferente, esté de pie o sentado»

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-Pero existe, ¿no?

-El disco existe, aunque lo iremos dilatando. Siempre decimos que las canciones no se terminan, se abandonan. Este proceso nos da margen para cambiar cosas y hemos tenido muchas tentaciones. Escuchas los temas y siempre piensas que hay algo que se puede mejorar, pero hemos decidido parar. Además, Omar Gisbert ya se tiraba de los pelos, le teníamos hasta los cojones con los cambios.

-El disco se llama ‘Oscuro baile de salón’, ¿qué significa? 

-Es un concepto que nació en el estudio. Faltaban unos versos para una canción y salió esa frase, como algo erótico, perverso, misterioso... Luego arreglamos algunas voces e incluimos la frase en varias canciones, como algo conceptual. Quizá lo del salón salió por el confinamiento. Yo no suelo ser muy específico con las letras, me gusta que cada uno las interprete a su manera.

"Queremos salir de Ibiza y presentar el disco en la península. Es difícil porque la competencia es brutal, pero por ambición no va a ser..."

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-El primer single, ‘Estanque euforia’, lo vais a estrenar en exclusiva nada menos que en el programa ‘180 grados’ de Virginia Díaz, en Radio 3, el 26 de marzo...

-Eso es gracias a Adrián y a sus contactos, que ha hecho con la organización del ‘Sueños de libertad’ y otros trabajos. Ahora nosotros nos dedicamos a componer y a tocar y él nos quita dolores de cabeza. También estamos grabando el videoclip. Queremos salir de Ibiza y presentar el disco en la península. Es difícil porque la competencia es brutal, pero por ambición no va a ser...

-Vuestro último concierto fue en septiembre, y fue el único del año pasado. Supongo que tenéis mono de escenario.

-Uf, total. Ahora estamos preparando los conciertos y los primeros ensayos fueron un subidón de energía y entusiasmo. Tenemos de nuevo un poco de miedo escénico, ese respeto por enfrentarse al público, pero unas ganas locas. La energía de tocar ante el público siempre es diferente, esté de pie o sentado.

-¿Una apuesta para el próximo concierto?

-Es difícil saber cómo, cuándo y dónde. Queremos hacer una presentación en verano. Nosotros estamos trabajando a tope en los ensayos para que cuando llegue no nos pille desprevenidos...

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