El Ayuntamiento de Santa Eulària instalará este mismo verano un sistema de bombeo submarino para dispersar las microalguas de la playa de Cala Llonga que forman manchas verdes en el agua.

Es el mismo sistema utilizado desde hace algunas temporadas tanto en Portinatx como en Cala Vedella, afectadas también por este episodio, que, según destaca el equipo de gobierno, nada tiene que ver con una posible contaminación de las aguas. «Todas las analíticas que se hacen desde hace años confirman que Cala Llonga está en la categoría de Excelente, pero lo cierto es que las microalgas provocan un mal aspecto de la playa de cara a los turistas», señaló la concejala de Gestión del Litoral, Antonia Picó, responsable de este proyecto.

Estudio de dinámica de aguas

El problema empezó ya hace algunos años y, ante el mal efecto visual que provocan esas manchas verdosas en el agua, los vecinos y empresarios de Cala Llonga han venido reclamando soluciones al Ayuntamiento. Por ello, el Consistorio encargó un estudio a la misma empresa que ya ha actuado con éxito en las otras calas citadas para que evalúe la dinámica de las corrientes de Cala Llonga y establezca la actuación más adecuada. «Es una cala muy cerrada, donde hay poca renovación de las aguas», señaló Picó, quien dijo que las microalgas probablemente no prosperarían si la playa fuera más abierta.

El proyecto consiste, fundamentalmente, en la instalación de un conjunto de tres bombas en el fondo del mar, a una distancia de unos 200 metros de la orilla de la playa y a unos cuatro de profundidad, que se encargarán de remover el agua para facilitar su regeneración y movimiento.

De este modo, las microalgas se dispersan, ya que el agua fría del fondo se mezclará con la de la superficie, más caliente, que es la que favorece la aparición de estos organismos. La bajada de temperaturas, junto con la gran afluencia de personas y el carácter cerrado de la cala son los elementos que, según Picó, explican estas manchas verdes.

El presupuesto destinado a esta iniciativa ronda los 400.000 euros y está previsto que esté en funcionamiento al inicio de la temporada. Aunque es necesario obtener la correspondiente autorización de la Demarcación de Costas, el Ayuntamiento confía en que no haya obstáculos para ello, pues los trámites son mucho más rápidos que si se tratara de una concesión temporal.

«Playa bien gestionada»

Picó destacó la «gran calidad de las aguas» de esta playa, una de las más concurridas por turistas y residentes, y también una de las más fuertemente urbanizadas del municipio. «Es una playa bien gestionada, que tiene bandera azul y la certificación ISO 14.000», lo que se añade a los análisis periódicos que realizan los técnicos del Govern balear.

Los primeros enclaves de la isla donde aparecieron manchas verdes en las aguas de baño fueron Cala Tarida, ya desde los años 80, y posteriormente Cala Vedella. También en Portinatx apareció luego el mismo problema. En estas dos calas de Sant Josep, y a instancias también de los vecinos, una empresa privada implantó estas bombas de dispersión de agua, que parecen haber dado resultados satisfactorios.