La Asociación de Vecinos de sa Vénda des Fornàs rechazan la autorización de una cantera en s'Espartar, entre otras razones, porque esta zona «ya sufre una acumulación de infraestructuras» a pesar de todas las figuras de protección territorial que acumula sa Serra Grossa. También apuntan a que la zona cuenta con «los más altos estándares de protección» por lo que sería «completamente incoherente y falto de toda lógica» que la conselleria de Industria autorizara la actividad extractiva. Incluso advierten de que «conduciría a la absoluta pérdida de confianza del ciudadano» en sus legisladores.

En las ocho alegaciones que han presentado contra este proyecto señalan además que, a día de hoy ya soportan dos canteras (Cas Capità y Can Xumeu), una línea de alta tensión y el proyecto de otra del doble de capacidad, el circuito de Sa Coma, un depósito de vehículos de Vila y otro regulador de agua, además de doce captaciones profundas que suministran a Sant Josep, Ibiza y Santa Eulària «de forma no sostenible».

Si se autoriza la cantera de s'Espartar representarían «96,4 hectáreas de ocupación territorial, frente a las 65 que tiene todo el casco urbano del arrabal de Sant Antoni». Lo califican de «inconcebible», además del «agravio comparativo» que padecen por las restricciones que les impiden ampliar o incluso reformar sus casas al tratarse de un entorno protegido.

También advierten que la nueva explotación incurriría en una ilegalidad «nada más abrirse», por la ampliación del camino de acceso, que invadiría parte de un torrente.

Ello sin olvidar que se trata de un proyecto que se excluyó del plan de canteras de 1997 y se denunció su caducidad en diciembre de 1996. Por ello añaden que, al carecer de licencia, autorizarla ahora equivaldría a autorizar y legalizar lo irregular y sancionable en su día», porque cualquier actividad habría originado un expediente de infracción en el Ayuntamiento.

En otro punto critican la falta de concreción del plan para recuperar la gineta ibicenca «después de acosarla y acorralarla. Ya es un milagro», afirma el documento, que se pueda encontrar algún ejemplar de esta especie endémica en la zona por las canteras activas.

Por último, apuntan a que el proyecto «es completamente ayuno en compensaciones» a los propietarios, que perderán calidad de vida, «con explosiones, ruido, polvo, contaminación y tránsito», además de ver devaluarse su patrimonio.