El islote de es Vedrà es uno de los lugares de mayor relevancia botánica tanto de las Pitiusas como del conjunto de Balears. En sus escasas 63 hectáreas cuenta con 166 especies de plantas, doce las cuales son endémicas y once de gran interés biogeográfico.

A lo largo de los años las cabras de es Vedrà han ido comiéndose buena parte de la flora endémica del islote y causando graves daños en las sabinas.

«Hay informes de agentes de Medio Ambiente que han comprobado en el lugar los daños severos en la vegetación endémica de es Vedrà por culpa del sobrepastoreo y, de hecho, solo la parte superior del islote cuenta con vegetación no afectada», advirtió el conseller insular de Medio Ambiente, Miquel Vericad.

Ahora, una vez eliminado el problema que suponían las cabras, el Govern balear realizará «un control por parcelas de cómo se desarrolla la recuperación de la flora endémica» del islote, anunció ayer la directora general de Espacios Naturales y Biodiversidad de la conselleria balear de Medio Ambiente, Caterina Amengual.

Vericad insistió en el daño que las cabras están causando en los endemismos de es Vedrà, entre los que se encuentran plantas como Biscutella ebusitana, Teucrium cossonii (subespecie Punicum), Stachys brachyclada o Silene ifacensis. Esta última planta tan solo se encuentra en el Peñón de Ifach, en la provincia de Alicante, y en algunos acantilados pitiusos.

También han sufrido la voracidad de las cabras plantas como Gellium friedricii, Santolina chamaercocyparissus, en su subespecie Magonica y variedad Vedranensis, que no crece en ningún otro lugar del mundo, Asperula paui y Saxífraga corsica en su variedad Cossioniana.

Con el fin de no causar daños en la flora, los técnicos han llevado a cabo la operación de matar las cabras con el mayor cuidado posible, señaló el Govern balear.