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Educación

Los políticos, al rincón de pensar

Alumnos y familias del colegio Sa Bodega exigen en una cacerolada que se llegue a un acuerdo para acabar las obras del nuevo edificio

Los políticos, al rincón de pensarVICENT MARÍ

Los alumnos del colegio Sa Bodega tienen clara cuál es la única vía para solucionar el interminable culebrón de las obras de su colegio: enviar a los políticos y los constructores al rincón de pensar. Sí, como ‘Supernanny’. Así lo plasman en uno de los carteles que ayer a mediodía colgaron en la fachada del centro sus padres quienes, cacerola en mano, exigieron una vez más que la conselleria balear de Educación y la constructora del nuevo edificio, Vías y Construcciones S.A., lleguen a un acuerdo para que el traslado pueda efectuarse cuanto antes. «No entendemos que, habiéndose adjudicado las obras por un precio tan bajo, se nieguen a pagar», comenta el presidente de la asociación de padres del centro, Pepe Ribas, dejando unos segundos de pitar con su silbato. El resto de familias y alumnos (más de un centenar) continúan con el estruendo frente a la puerta del colegio.

«Aquí ja no hi cabem!», se lee en una enorme pancarta naranja. Ainhoa, alumna de Primaria, amplía el mensaje: «Solo podemos jugar a pillar porque no hay sitio en el patio. Y si tienes que ir al baño hay unas colas... A veces perdemos medio recreo esperando». Lo del patio tiene muy quemados a los niños. Alejandro ha pintado a sus compañeros hacinados en el patio; Erika, de cuarto, grita sobre una cartulina naranja que lo de estar como sardinas en lata «és una vergonya». Por si a alguien de la conselleria no le ha quedado claro, otro de los escolares se lo explica en el idioma que tanto le gusta al presidente del Govern: «We need a new school». Y por si necesitan propuestas ahí va la de Marc, de segundo curso: «Parau de discutir. Pagau la meitat, sinò tardareu una eternitat».

Sin vigilancia policial

El presidente de la apima recuerda, haciéndose escuchar en el estruendo de ollas, silbatos, vuvuzelas, flautas dulces y corns, que siguen esperando una reunión con algún responsable del Institut Balear d’Infraestructures i Serveis Educatius i Culturals (Ibisec). «Queremos que nos detallen los números», comenta Ribas, que señala que quieren saber exactamente cuánto de más exige la empresa, a cuánto asciende lo que ya se ha pagado por encima del presupuesto inicial y por qué la conselleria se niega a pagar y prefiere iniciar un proceso que, además de más caro, retrasará aún más el final de las obras. La semana que viene seguirán con la cacerolada todos los días a la salida del colegio. «Y la próxima ya veremos qué hacemos», adelanta controlando que los coches no atropellen a ningún niño. Esa es otra.

Ningún policía vigila las entradas y salidas de los alumnos al centro, critica un grupo de padres, que denuncian que tampoco se hace a media mañana, a la hora del patio, cuando los alumnos de quinto y sexto de Primaria tienen que desplazarse hasta las pistas deportivas del parque de la Paz para el recreo, ya que en el interior del centro apenas hay espacio.

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