­Carlos López-Jurado asegura que tiene dos hijas y un hijo. A este último lo presentó el lunes en el Club Diario de Ibiza: es el ´Anuari Ornitològic de les Balears´, una publicación de 290 páginas que aparece, sin descanso, desde hace 25 años. Y de esas 25 ediciones, solo en una, en esta última, el autor de la foto de la portada es ibicenco: Oliver Martínez, ornitólogo, agente forestal y uno de los mejores fotógrafos de naturaleza de la Comunitat Autònoma.

La imagen de Martínez es de un colorido abellerol (Merops apiaster), al que en las bodas de plata de la revista que edita López-Jurado se dedica el artículo principal. De esta ave solo quedan dos colonias en Mallorca: una en s´Albufera y otra en el salobrar de Campos. «Y en Son Bosc, donde hay 15 parejas, la más numerosa, quieren construir un campo de golf», avisó.

«La ornitología es a veces así de dura. Esto es una revista técnica», señaló Carlos López-Jurado en la presentación del nuevo ejemplar, que elabora por las noches: «Cuando mis hijas dejan libre el ordenador». Y en principio eso (áridos, plomizos) parecen algunos de los artículos que contiene, aunque tal como el editor hablaba de ellos se acaba pensando lo contrario, por ejemplo, cuando dio detalles de cómo se acordó titular uno de ellos: «El del pinsà trompeter (Biucanetes githagineus) se lo dimos a revisar a un biólogo que hizo su tesis doctoral sobre esta especie y otra. En origen, se titulaba ´Primera nidificación del trompeter en Balears´. El que lo revisó dijo ´ni hablar´, se tiene que titular algo así como ´Captura de un trompeter hembra con placa incubatriz en regresión´. Y el autor dijo, ´no no no: ´Probable cría de trompeter en Mallorca´.´ Y el revisor dijo no de nuevo. Yo era el intermediario. Y al final le dejó poner ´Cría posible de trompeter en Mallorca´. Y posible puede ser cualquier cosa», comentó irónico. El ejemplar que aparece en el ´Anuari´fue hallado en un abrevadero de la Trapa.

El naturalista Pere Vicens, que trabaja en la Reserva de s´Albufera, firma otro de los artículos. En sus ratos libres visita las depuradoras, en cuyas zonas encharcadas cercanas, como en la de Binissalem, se percató de la existencia de una colonia de esplugabous (Bubulcus ibis), lo que aprovecha el autor para recomendar el aprovechamiento de estas instalaciones para la protección de la avifauna. El propio Vicens escribió otra reseña sobre un hallazgo sorprendente para los ornitólogos: falzia pàl·lida (Apus pallidus) criando dentro de un núcleo urbano de Mallorca en vez de en los acantilados de la costa.

En la revista aparecen varias láminas de aves pintadas por el alemán Ulf Meier, que tiene su segunda residencia en Formentera, y una fotografía de unos flamencos captada por el menor Xavier Aramburu, que es una manera que tiene Carlos López-Jurado de «dar una oportunidad» a los más jóvenes para que se animen a colaborar. Aramburu es uno de los 200 aficionados que participan en el ´Anuari´. «Aún podemos crecer mucho más. Total, en el Reino Unido son dos millones de ornitólogos», dijo jocoso el editor.

Entre las reseñas bibliográficas de esta edición se encuentra un artículo sobre la desratización de islas con métodos agresivos, en concreto mediante helicópteros que lanzan veneno granulado coagulante para diezmar las ratas, los conejos y los ratones, estos últimos los depredadores más peligrosos para las poblaciones de aves acuáticas. «Lo malo es que mata toda la cadena trófica, todo aquello que se come algún animal muerto o que prueba el veneno, desde halcones a búhos», explicó López-Jurado. En Mallorca se ha probado y los islotes, finalmente, se repueblan de rapaces gracias a la cercanía de la isla mayor. Además, «al año siguiente se produce una explosión de aves marinas», indicó el editor, que lanzó una pregunta al aire: «¿Merece la pena ese método tan agresivo? Los autores de este artículo dicen que sí», respondió.