Uno de los primeros fotógrafos de prensa de las Pitiüses, Josep Buil Mayral, falleció el pasado viernes a las seis de la tarde. Tenía 85 años y vivía en la residencia asistida de Cas Serres, donde guardaba siempre una cámara preprada para capturar una imagen. Buil Mayral llegó a Eivissa a principios de los años 70 con el encargo de hacer unas fotografías para una guía turística de la editorial Everest. Le gustó tanto lo que encontró en la isla que decidió abandonar la mercería que tenía en Catalunya, mudarse a la isla y vivir de la fotografía.

«Era un aficionado de la fotografía que acabó siendo profesional. Lo que más recuerdo de cómo trabajaba era la pasión que ponía en las fotos. Y eso se notaba», explica Bartomeu Planells, redactor jefe de Diario de Ibiza en los años en que Buil Mayral trabajó en prensa. Esa pasión se dejaba notar en el día a día. «Cuando el encuadre de la imagen que se publicaba no era el que él había decidido o habíamos elegido una fotografía cuando él prefería otra se enfadaba. `Però si aquesta no val res´, repetía una y otra vez», recuerda Bartomeu Planells.

La serie de fotografías de la demolición del hotel Insula Augusta son las que más recuerda Planells. Aunque lo que le gustaba era la fotografía sin mucho movimiento, el antiguo redactor jefe de Diario de Ibiza asegura que tampoco se le daban mal las de deportes. «Iba a los partidos de fútbol. El resto de fotógrafos te traía dos o tres carretes y él sólo diez imágenes. Pero las diez eran buenísimas», indica. Pero no sólo se preocupaba por sus fotos. «A veces las hacíamos nosotros y eran un desastre. Él se metía en el laboratorio. Hacía unas sombras con la mano, tapaba trozos con papeles y conseguía que fueran publicables. Era muy bueno en el laboratorio, y eso es algo que suele olvidarse porque sólo se recuerdan sus imágenes», asegura.

Historia de los 70 y 80

La importancia de Buil Mayral en la sociedad pitiusa de los 70 queda clara con una anécdota que narra la directora del Museo Etnogràfic d´Eivissa, Lina Sansano: «Recuerdo cuando éramos niños y jugábamos en la calle. A veces veíamos pasar a Buil Mayral con su cámara. Sabíamos que era el único fotógrafo de prensa de las Pitiüses y nos lo quedábamos mirando mientras caminaba. Era casi como una estrella. Una institución». Sansano no conoció personalmente a Mayral hasta los años 90, cuando el fotógrafo donó todas sus imágenes al Arxiu d´Imatge i So del Consell Insular. «Se ha dicho que no es un legado de mucha importancia artística. Pero es que la importancia del legado de Buil Mayral está en que sus imágenes son la crónica de la historia de los años 70 y 80 en las Pitiüses», comenta.

De todas ellas, la favorita de Josep Buil Mayral era una que muestra a una payesa sentada en la puerta de su casa junto a un perro y un gato. La misma que preside la entrada de la residencia Reina Sofía en la que vivía. A todo aquel que le hacía una visita le decía antes de irse que se parara un momento para verla.«De paso, mira también la vista del Puig de Missa que está colgada en el comedor, que también me gusta mucho», añadía.

Son unas de las pocas imágenes que guardaba en la residencia de Cas Serres. «Las que hecho en mi vida son muchas, es imposible guardarlas todas y mucho menos aquí», confesaba el 7 de octubre en una entrevista. Pero en los cajones de su habitación sí había sitio para la medalla que le concedió el Consell Insular, algo que le emocionó tanto que no olvidaba jamás contárselo a todo aquel con el que conversaba.