Día de les Illes Balears: Formentera y Parlament balear

Formentera celebra el día de Balears sumida en plena crisis

Córdoba escenificó su soledad al frente del Consell cuando se dirigió a los consellers para saludarlos y estos se apartaron

El discurso del presidente del Consell no citó en ningún momento la crisis de gobierno por la que pasa la Institución Insular

Carmelo Convalia

Carmelo Convalia

El Dia de les Illes Balears se celebró en Formentera con un acto institucional seguido de una demostración de 'ball pagés' y dejó patente la soledad del presidente de la Corporación insular, Llorenç Córdoba, que fue recibido por el resto de consellers del equipo de gobierno con total frialdad en el contexto de una crisis política jamás vivida en la historia de la democracia en esta isla.

El capitán, Ramón González, habla con Córdoba | C.C:

El presidente del Consell de Formentera, se dirige a los asistentes. / C.C.

El día, con un viento un tanto molesto, se convirtió en un acto protocolario en el que todas las miradas estaban puestas en las reacciones del presidente y de los consellers de Sa Unió, que hace ya dos meses expulsaron de la coalición a Córdoba y que mantienen abierta la crisis de gobierno en la institución insular.

Los grupos de ‘ball pagés’ Es Xacoters y Es Patorells durante su actuación. | C.C.

Los grupos de ‘ball pagés’ Es Xacoters y Es Patorells durante su actuación. | C.C. / Carmelo Convalia

No hubo saludos ni cruce de manos ni siquiera ningún comentario entre los consellers del equipo de gobierno de Sa Unió y el presidente Córdoba. De hecho evitaron el cara a cara y eso ante la mirada de los ciudadanos que acudieron al acto que se celebró en la plaza de la Constitució de Sant Francesc.

Llorenç Córdoba durante su discurso. | C.C.

Llorenç Córdoba durante su discurso. | C.C. / Carmelo Convalia

Tampoco hubo contacto entre el presidente y los consellers de la oposición que asistieron al acto. Todo fue protocolario y con una enorme falta de comunicación con los ciudadanos.

El presidente estuvo solo durante todo el acto. | C.C.

El presidente estuvo solo durante todo el acto. | C.C. / Carmelo Convalia

La escena que más llamó la atención fue cuando el presidente terminó de leer su discurso y se dirigió al grupo de consellers que estaba en primera fila. Entonces todos se apartaron y el presidente se quedó solo ante los representantes de la Guardia Civil entre los que se encontraban el capitán, Ramón González y el comandante de puesto de Formentera. Por cierto, el capitán que se desplazó desde Ibiza se interesó por la convocatoria de la próxima reunión de la Junta Local de Seguridad, pendiente de convocar.

El discurso de Llorenç Córdoba fue plano, en su línea. Aludió a la celebración del Día de les llles Balears, para afirmar que el turismo es una «presión excesiva» sobre el territorio, aunque pidió no alentar el «odio o repulsa» hacia un sector que «nos ha hecho crecer como sociedad y nos ha aportado riqueza».

También hizo referencia al problema del acceso a la vivienda para muchos ciudadanos, apuntando que una de las «prioridades» es «garantizar» que Formentera pueda contar con los profesionales necesarios que ahora se ven obligados a irse por no encontrar donde vivir.

Para el presidente insular, la solución a la falta de vivienda «no puede pasar por construir más, sino por mejorar la situación actual» de la gente que vive en Formentera, para tener unas «condiciones dignas».

En su intervención en la plaza de la Constitució también hizo referencia al «drama migratorio» que se registra en todo el Estado y que Formentera también sufre con la «llegada masiva» de pateras, «muchas de ellas con menores».

La dimisión, en el aire

Tras el discurso institucional de Córdoba, edulcorado de buenas intenciones, salieron a relucir, una vez más, las diferencias entre los miembros del equipo de gobierno de Sa Unió, que insisten, una y otra vez, en que la única solución a la crisis es que Córdoba dimita.

Pero en esta difícil batalla por el poder, en la que se mezclan intereses personales y políticos, el resultado es confuso e imprevisible, a tenor de los bandazos y contradicciones que tanto el presidente como los consellers de Sa Unió protagonizan cada día.

El presidente, en declaraciones a los medios tras el discurso, recurrió a los tópicos de la triple insularidad de Formentera para defender su postura: «Quiero remarcar que quiero cambiar cosas, pero me encuentro con consellers que están enrocados (...) para trabajar en el programa electoral que todos suscribimos y cada día que pasa se retrasan más».

Añadió que en este momento considera que sería «absurda» su dimisión tal y como le reclaman los consellers de Sa Unió: «Sería lamentable que dimita solo porque los consellers, por intereses personales, me lo pidan».

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