Castelló recibe otro premio de arquitectura, esta vez por el Centre d‘Esports Nàutics

El proyecto del arquitecto de Formentera gana el premio en la categoría de arquitectura deportiva y cultural que otorga la revista Arquitectura Plus

Imagen aérea del Club d’Esports Nàutics de Formentera.

Imagen aérea del Club d’Esports Nàutics de Formentera. / M.C.

El Centre d’Esports Nàutics de Formentera (CENF), situado a orillas de s’Estany des Peix, en la Savina, ha sido reconocido por la revista especializada Arquitectura Plus, del Grupo Vía, como el mejor proyecto nacional en la categoría de arquitectura deportiva y cultural.

El arquitecto, Marià Castelló. | C.C.

El arquitecto, Marià Castelló. | C.C. / Carmelo Convalia. Formentera

El arquitecto que ha realizado el proyecto es el formenterés Marià Castelló. Esta séptima edición del citado galardón ha sido muy concurrida, con más de 500 obras presentadas procedentes de toda la geografía estatal.

Castelló recibe otro premio de arquitectura, esta vez por el Centre d‘Esports Nàutics

Marià Castelló, arquitecto formenterés. / Carmelo Convalia.

Marià Castelló consideró ayer que lo que hace este reconocimiento más especial es «que nuestro estudio era finalista junto a dos obras más que han obtenido otras distinciones en los últimos años como Olimpo Nômade, de Langarita Navarro»y las Piscinas Municipales en Castromonte, de Óscar Miguel Ares-Contextos de Arquitectura. Sus autores, además, tienen una trayectoria profesional brillante y ampliamente difundida.

Es Pou entre los finalistas

Se ha dado además la coincidencia de que otro proyecto del estudio del arquitecto formenterés, Es Pou, junto a Can Marianet Barber, ha sido también finalista de esta edición en la categoría de Interiorismo Residencial, aunque no ha resultado vencedor.

Castelló manifestó: «En su momento, el CENF representó para nosotros una oportunidad única para intervenir en un entorno muy frágil y a la vez densificado, donde poner en práctica el bagaje constructivo y de conciencia medioambiental que habíamos ido ensayando parcialmente en otros proyectos anteriores»

Esta intervención se adaptó desde el primer momento a su localización geográfica entre una zona urbana, el mar y s’Estany des Peix, en el Parque Natural de Ses Salines.

El objetivo del edificio era doble y las aulas, oficinas, el taller y los vestuarios, «se han materializado dividiendo la volumetría en dos cuerpos independientes alineados sobre dos calles».

En la intersección de ambas vías, «el edificio ofrece un vacío cuya permeabilidad visual conlleva también el acceso principal al equipamiento». El autor añade que «entre los dos volúmenes descritos aparece una estructura que proporciona un espacio de relación a la sombra y cuya geometría oblicua invita a disfrutar de las excelentes vistas que se abren hacia s’Estany des Peix».

«La intervención también representa una frontera donde se expresa la dualidad de paisajes que convergen en esta parcela de apenas 1.000 m2 de superficie. Junto a las trazas urbanas y con orientaciones N.E. y N.O., los volúmenes se muestran en su mayor parte opacos, duros y sin a penas profundidad», tal y como describe el propio arquitecto.

En su vertiente meridional, en cambio, el edificio se despliega generando una amplia tarima que une los dos espacios y se adentra unos metros en s’Estany a modo de pantalán. «La estructura de coronación de los volúmenes adquiere profundidad sobre la tarima y protege el interior de la incidencia solar directa».

La construcción es casi de un solo material y el resultado es un edificio ligero, construido en seco y de bajo impacto ambiental. De modo similar a las casetas varadero que tradicionalmente se levantaban en el litoral de la isla, la madera supone el material por excelencia, en diferentes formatos y especies, según sean las necesidades de la obra.

Suscríbete para seguir leyendo