Entrevista

Samantha Hudson: "Soy así de inmunda porque se empeñan en relegarnos a los márgenes"

"Pretendo conquistar todo el territorio peninsular, así que actuar en Gijón el 2 de febrero es un triunfo"

Samantha Hudson.

Samantha Hudson. / LNE

Elena San Emeterio

Samantha Hudson es cantante y actriz. La artista leonesa afincada en Madrid se expresa no solo con la voz, también da mucha importancia al papel de la puesta en escena, el vestuario... Sencillos como "Soy maricón", con el que saltó a la fama y por el que la excomulgaron de la Iglesia católica a los 15 años; "Burguesa arruinada", o el más reciente "Vodka Redbull" ponen de manifiesto ese espíritu crítico y revolucionario que caracteriza a la artista, consiguiendo, al mismo tiempo, divertir y abstraer. Hudson llevará su show "AOVE Black Label", fruto de la publicación de su último disco y que lleva el mismo nombre, a la sala Albéniz de Gijón el viernes 2 de febrero a las 20.00 horas, una mezcla entre la cultura rave y el makineo aderezada con unas coreografías de danza contemporánea.

¿Qué es "AOVE Black Label"?

Todo el show está construido para que sea una especie de liturgia electrónica o una suerte de misa ravera. Soy yo ante el peligro, aunque gracias a Dios no voy sola, me acompañan tres bailarinas de danza contemporánea haciendo unas coreografías espasmódicas muy marcianas. Además, tenemos un juego de luces que alimenta esa estética estroboscópica con mucho fogonazo y mucho láser y acompañada por unas visuales generadas por inteligencia artificial cada cual más rocambolesca. Es como una comunión, yo estoy ahí predicando, haciendo lo mío, con todo mi repertorio musical, pero lo que más me emociona es ver al público que se ha preparado su modelo para venir al concierto y de ahí lo de la misa, porque se parece a las señoras cuando se engalanan con su traje del domingo para ir a la iglesia. Pues aquí lo mismo; todas con su modelo, bien guapetonas, asistiendo a esa comunión satánica y apoteósica en la que se genera una energía muy chula, catártica y nada jerarquizada. Nada de "yo soy la artista y vosotras estáis contemplando", hay mucho "speech" por lo que se produce una simbiosis y una reciprocidad con el público que lo hace muy especial.

¿Es su primera vez en Asturias?

Sí y no. Había estado en Mieres, con otro show, y luego fuimos a Avilés, al centro Niemeyer, con una actuación especial que hicimos para ellos a piano. Pero es la primera vez que voy a Gijón, me hace mucha ilusión porque llevo ya cuatro años haciendo giras y conciertos y nunca había pisado la ciudad. Ahora he puesto empeño en conquistar todo el territorio peninsular con lo cual añadir este "check" a mi lista es un triunfo y sobre todo con esta gira, que es una nueva etapa porque siento que he encontrado una estética musical que me representa; toda esta onda electrónica makinera, muy disfrutona e irreverente.

El show es una liturgia electrónica, una misa ravera para la que el público se prepara igual que las señoras se engalanan en misa el domingo

Lo irreverente suele generar detractores, ¿es difícil lidiar con los haters?

Cuando me excomulgaron de la Iglesia con 15 años, a pesar de todo, pensé que había conseguido algo muy difícil para cualquier artista que está empezando: posicionarse. Creo que uno de mis talentos, que puede ser también una desgracia porque una ya está cansada de atraer la controversia, siempre ha sido gestionar muy bien la polémica. Y ya desde "Soy maricón" me planté, tenía muy claro que iba a ser yo misma, y compaginar ser una superestrella del pop con los exámenes y la selectividad es complicado (ríe). Fue injusto que arremetieran así contra una niña, pero yo soy como soy "a pesar de", no por lo mal que lo he pasado, porque ese mérito me pertenece exclusivamente a mí. Soy muy consciente de que estoy donde estoy haciendo mi movida y que eso me va a traer unas consecuencias; a veces dan miedo, otras son una trifulca de Twitter, pero lo hago por mí y porque creo que la gente no está hablando de cosas importantes o que no lo hacen de una manera honesta. Y siento que hacía falta, aunque tampoco quiero ponerme a mí como filántropa porque básicamente hago mi movida y quiero que la gente se divierta, aunque eso a veces escuece. Yo entendí hace mucho tiempo que mi labor, además de hacer conciertos y de dar esta liturgia electrónica como la que haremos en Gijón, es vestirme como toda la basura que arrojan contra nosotras y contra el colectivo LGTBIQ+, y ponérsela en la cara para hacerles entender que si yo soy así de inmunda no es porque lo haya decidido, sino porque ellos se empeñan en relegarnos a los márgenes y en dejarnos los restos de los restos. No soy una persona no binaria, una travesti o nada de lo que soy porque yo lo haya querido ser, sino porque nos obligan a encajar en un esquema binario, en unos estándares muy restrictivos y acotados y al final mi posición es la de plantarme y decir que no estamos dispuestas o por lo menos yo no estoy dispuesta a asumir las normas que se proponen como aspiración al éxito.

Lo que expresa su canción "Es lo que hay" con la frase "si enseño las manos me miras los pies".

Exacto, y creo que siempre va a pasar así. Por mucho que señales al cielo siempre hay alguna tonta que te va a mirar el dedo.

¿Parte de eso vertebra el disco?

Va en consonancia con toda la estética de "AOVE Black Label" y se muestra muy bien en los videoclips y visuales del disco. La idea era un poco plasmar ese escenario deconstruido, por eso no hay fondo o, por ejemplo, en el de "Es lo que hay" se puede apreciar claramente que es un ciclorama. Ir a lo minimalista, en cierta manera, a lo simple, a lo esquemático, la síntesis. También es una apuesta por romper con lo anterior, con esa estética esperpéntica tan sobrecargada, tan de serie B. Todo va cambiando al ritmo al que lo hacen las personas. Yo, por ejemplo, he evolucionado mucho en la forma de maquillarme, al principio me pintaba los labios muy rojos y los ojos con mucho eyeliner y ahora me pongo mi base, me hago mi contorno, me pongo mis sombras, pero siempre he ido escuchando mis tiempos. Supongo que es la progresión natural de todo artista, ser la misma todo el rato es muy aburrido ¡y no quiero!

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