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Pilar Bonet, periodista y autora de 'Náufragos del imperio': “Hay un paralelismo entre la Alemania de Hitler y la Rusia actual”

La periodista de 'El País' cuenta en su último libro su testimonio personal sobre el gobierno de Putin y la situación de Rusia a través de sus propias vivencias, entrevistas y datos de primera mano

La periodista Pilar Bonet.

La periodista Pilar Bonet. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan Cruz

De las grandes corresponsales que el periodismo ha tenido en la Unión Soviética y luego en RusiaPilar Bonet (nacida en Ibiza, desde siempre en la plantilla del diario El País, ahora jubilada) ha escrito un libro insólito, admirable, para el lector que quiere saber qué pasó con aquellas repúblicas y con la Rusia que preside Vladimir Putin. Allí, en medio de esa realidad, ella ha vivido 34 años. El resultado es una información inmensa, de la que este nuevo libro es un impresionante testimonio periodístico y personal, en el que no sólo están lo que ha vivido como periodista sino también lo que ha llegado a saber gracias al trato frecuente con personas de todo nivel o condición.

Escrito en primera persona, con diálogos con gente que trató personalmente, cuya identidad guarda en gran parte bajo nombres supuestos, y con datos que son de primera mano, Náufragos del imperio. Apuntes fronterizos (Galaxia Gutenberg) explica el sufrimiento, el silencio y el misterio que marcan la existencia de esas caras sucesivas, una de las cuales es un país combatiendo, con toda su fuerza, contra un vecino del que fue hermano… Ucrania es, pues, en gran parte el argumento de la obra.

Hablamos con Pilar Bonet en Madrid, en los días de promoción de su libro.

Un libro escrito en primera persona: la periodista viendo de cerca lo que pasa, no se lo cuentan.

Mi intención era que hablaran otras personas. Es mi tarea, contar la experiencia, explicar las notas que he ido tomando.

Muchos protagonistas con los que habla le cuentan sus historias y siguen en contacto con usted. Eso es fundamental en un corresponsal…

Es cierto que a veces se establecen relaciones personales y eso permite ir más allá en lo que es la normal relación entre el que pregunta y el que responde: luego te cuentan más cosas.

Cuenta en primera persona, pues, lo que otros tardarían en percibir, seguramente…

Llevo allí desde 1984. Han pasado épocas históricas, que son también épocas personales: has visto de cerca muchas cosas, has conocido a mucha gente. La experiencia acumulada, pues, permite mantener tu propia mirada sobre todo, de modo que no esté condicionada por la de los colegas que se supone que representan a otros medios más prestigiosos. Yo he tratado siempre de definir mi relación con la realidad, la que sea, y punto. De ahí viene mi trabajo con la gente: saber que lo que me cuentan viene de la realidad que yo debo contar.

De la URSS a Rusia, cuánto dolor todavía.

Los destinos de los 15 países que se desgajaron de la URSS fueron muy diversos… Cada uno se buscó a sí mismo, uno a uno se fueron reinterpretando, e incluso fueron inventando el pasado, algo que en definitiva hace todo el mundo, que se buscan identidades con construcciones que nunca existieron. Como en las familias donde hay hermanos pequeños, todos tendieron a afirmarse contra el mayor, que era Rusia, el imperio. Los otros tendieron a actuar en clave de descolonización, lo que no quiere decir que antes fueran colonias, aunque en parte eso fuera así. Era, en definitiva una búsqueda de cada uno. Búsqueda global, búsqueda individual, para trabajarse una historia, una biografía que permitiera que hubiera un espacio propio o colectivo, un entorno desde el que actuar como Estado.

La periodista Pilar Bonet.

La periodista Pilar Bonet. / JOSÉ LUIS ROCA

Es la suya una mirada de periodista, pero usted aparece, su compasión de ser humano está ahí…

Cuando hablo de Ucrania, por ejemplo. Lo que más me conmueve en este caso es la sensación de indefensión que viven los ucranianos. La sensación de estar indefensos, de estar como perdidos. De ahí viene esa palabra náufragos que hay en el título del libro. Y es que así, náufragos, es como se ha quedado la gente. Ha perdido sus puntos de referencia, que pueden haber sido dictatoriales o autoritarios y que, ante los ataques de Rusia, pasan de ser quienes gritarían "¡Ucrania, Ucrania!", a pronunciarse a favor de Rusia… Esta gente no tiene ni siquiera los instrumentos para reflexionar sobre su condición, pero la situación es tan agobiante que no creo que se les pueda reprochar nada. Simplemente están perdidos, no saben para dónde tirar, y se van con el primero que llega.

"No quiero culpar a Occidente, porque no me gusta culpar, me parece muy estereotipado. Pero sí me parece que no se supo cómo tratar a esta gente, o no se consideró que fuera oportuno hacerlo"

URSS, Rusia… Parecían albergar un misterio, y ahora parecen ser los vocablos de un sufrimiento…

Imagínate que te quedas sin país, te quedas sin tus padres, has perdido el trabajo, te has alejado de tus hermanos… Tenías la vida asegurada y de pronto todo está en el aire… En Rusia todos los papeles se han trastocado. Un ingeniero que ha ido a poner cohetes en la Luna se convierte en el taxista de un oligarca. No quiero culpar a Occidente, porque no me gusta culpar, me parece muy estereotipado. Pero sí me parece que no se supo cómo tratar a esta gente, o no se consideró que fuera oportuno hacerlo. Se pensaba que aquí, en esos países, no pasaba nada, y ahora mira lo que sucede… En cierto modo lo que ocurre me recuerda a lo que pasó con la pérdida española de las colonias. No sé cuánto se tardó aquí en superar el 98…

Quizá hasta hoy mismo…

Exactamente. ¿Y por qué hemos de pedir otra cosa a los que están viviendo un pasado familiar, buscando un futuro que no encuentran?

¿Cuáles han sido los principales daños que han vivido estos países?

Cada uno ha tenido una experiencia diferente. Rusia, por ejemplo, ha vivido la pena de pasar de ser una potencia global a convertirse en una potencia regional, y eso la ha llevado a tener la sensación de ser ninguneada, acosada, con la impresión de que todo el mundo está en su contra.

Hay mucha gente sensible a la propaganda, y no sólo en Rusia, también en Occidente. Porque hay unos clichés de pensamiento que resultan cómodos"

Ucrania es ahora el gran drama. ¿Cuál es su impresión en este momento?

Una verdadera tragedia. No se merecen, en ningún caso, hayan hecho lo que hayan hecho, lo que les ha pasado, lo que están pasando. Los invasores intentan destruirlos. Hay que estudiar lo que hicieron los nazis para llegar a entender lo que los rusos hacen con Ucrania. Resentimiento, frustración y guerra… Como lo que los alemanes argumentaron para montar aquella guerra, ahora los rusos hacen lo mismo. Hay un paralelismo entre la Alemania de Hitler y la Rusia actual… Es el juego de la propaganda, y hay mucha gente sensible a la propaganda, y no sólo en Rusia, también en Occidente. Porque hay unos clichés de pensamiento que resultan cómodos. Aunque yo creo que mucha de la gente que en principio apoyaba a Putin, en esta guerra se ha tenido que callar. Y yo creo que hay mucho Putin agazapado.

Portada de ‘Apuntes del Imperio. Apuntes fronterizos’, de Pilar Bonet.

Portada de ‘Apuntes del Imperio. Apuntes fronterizos’, de Pilar Bonet. / ARCHIVO

¿Qué huella dejó en usted este libro?

Una sensación de cansancio. Lo escribí en Ibiza, en nuestra casa; allí estaba mi hermana, que decía que la vivienda estaba llena de fantasmas, los que me visitaban mientras lo escribía. Estaba metida como en una especie de burbuja, viviendo todo esto muy intensamente, aunque estuviera en la distancia. Mientras allí, en Ucrania, los que estaban vivían bajo las bombas, por supuesto viviéndolo de otra manera. Pero todo lo he vivido muy emocionalmente. Ahora veo que me tengo que distanciar.