La puesta a punto de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Ibiza

Desde comienzos del pasado mes de julio la restauradora de arte Eleonora Carbajal y la auxiliar, Blanca Cuevas, trabajan a conciencia para rehabilitar las pinturas murales de la Sala Capitular de la antigua Casa Consistorial de Ibiza. Esta intervención es una de las fases más importantes de un proyecto de restauración integral que pretende mejorar las condiciones ambientales y acabar con las humedades tanto en este espacio como en la sala contigua. El objetivo es evitar el deterioro de estas pinturas de gran valor patrimonial, localizadas en la bóveda, de medio cañón, y en sus dos tímpanos, que fueron descubiertas en 1992 durante unas obras de mejora en lo que entonces era el salón de plenos del Ayuntamiento de Ibiza. «Estaban cubiertas de cal, que quitamos a punta de bisturí», recuerda Ángeles Martín, arqueóloga en el departamento de Patrimonio de la administración municipal, que bajo las órdenes de María Docavo, intervino en aquel entonces como ayudante en los trabajos de restauración.

Hasta su descubrimiento hace 31 años no se tenía constancia de la existencia de estas pinturas en la Sala Capitular, que forma parte del edificio que originalmente fue convento de los Dominicos. Después, tras una investigación a fondo, se descubrieron menciones a ellas «en un libro del monje Vicente Ferrer i Canals», como explica Elena Ruiz, directora del Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE), en un estudio detallado realizado sobre la materia. El que fuera prior del convento de Ibiza en 1767 «describía el lugar como refectorio (el comedor de los monjes) y hablaba de unas ventanas que miraban al puerto», una de las cuales se ha encontrado, tapiada, durante la restauración que se está llevando a cabo. «También Pablo Piferrer y José María Quadrado aludían a estas pinturas en su obra ‘Islas Baleares’, que data de 1888, y decían que estaban obsoletas y que no eran del gusto de la época», apunta Martín.

Lo que no está claro es de qué época datan estas obras pictóricas, realizadas con la técnica del mezzo-fresco usando el blanco y el negro, «colores propios de la iconología dominica». La directora del MACE las fecha a mediados del siglo XVIII «ya que Vicente Ferrer no decía que estuvieran deterioradas por la explosión del Polvorín del baluarte de Santa Llúcia, que se produjo en 1730». Sin embargo, tanto la restauradora como la arqueóloga del Ayuntamiento de Ibiza sostienen que son de «finales del siglo XVII» porque en la capilla de Benirràs de la iglesia de Sant Miquel, construida en 1690, se descubrieron, casualmente también en 1992, unas pinturas murales muy similares en cuanto a estilo lo que induce a pensar que son contemporáneas.

Labores de conservación

Lo que están haciendo en estos momentos Carbajal y Cuevas es trabajar en las pinturas de la bóveda, decorada con roleos vegetales y, en el eje longitudinal, con tondos laureados, «en los que aparecen de medio cuerpo y de norte a sur tres importantes padres dominicos, San Vicente Ferrer, Santo Tomás de Aquino y San Raimundo de Peñafort». Como describe Ruiz, «la decoración vegetal de la bóveda podría ser una alegoría del Rosario», mientras que en el luneto sur el tema principal sería «la Virgen de la Misericordia». En el tímpano norte, donde la capa pictórica está prácticamente perdida, «se distingue a un grupo de siete monjes dominicos, entre los que se reconoce a Santo Domingo por el perro que le acompaña con una tea encendida en la boca y un orbe».

El estado de las pinturas cuando las restauradoras empezaron su intervención a principios de julio «era regular/bueno», en palabras de Carbajal. El problema mayor, explica, «eran las sales que cubrían prácticamente toda superficie de la bóveda y que provocaban que se desprendieran los pigmentos». «Lo que hemos hecho es retirar las sales, fijar el pigmento para que no se pierda y reintegrar algunas partes faltantes respetando siempre el original y empleando técnicas reversibles», detalla. Ahora falta, continúa, «aplicar mortero en un frontal, retocar algunas zonas de color con veladura de acuarela y poner una capa de protección sobre las pinturas empleando la misma resina que se utilizó en la restauración de 1992». La restauradora calcula que a finales de la próxima semana concluirán su intervención, que incluye también la realización de un informe exhaustivo de su trabajo. «Lo más importante para que esta restauración dure mucho tiempo es la instalación del sistema de climatización, que permitirá controlar la humedad relativa, la incidencia de la luz y la temperatura», apunta.

El proyecto de rehabilitación de la Sala Capitular, redactado por el arquitecto Toni Marí y adjudicado a la empresa Sircom SCM, contempla otras actuaciones que comenzaron el pasado mes de marzo. El presupuesto para toda la intervención, financiada por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder) y por el Ayuntamiento de Ibiza, es de 74.811 euros.

Explica Ángeles Martín sobre los trabajos realizados hasta el momento que, para acabar con las filtraciones de humedad existentes, «se han repicado y eliminado los morteros de cemento de las paredes interiores y exteriores de este espacio y de la sala previa sustituyéndolos por enlucidos de cal hidráulica con pintura de silicato». Durante estas obras se han hecho un par de hallazgos, además de la ventana citada, «se ha encontrado una hornacina que se ha tapiado porque estaba muy deteriorada».

En estos meses también «se han limpiado las cubiertas, mejorado la impermeabilización y las bajantes de las pluviales, que se han empotrado, y se ha incorporado un sistema de drenaje y ventilación en la fachada exterior del mirador». Asimismo, se ha actualizado la instalación de electricidad y las tomas de internet, adecuándolas a la normativa actual. El proyecto incluye también la renovación de los vidrios de las carpinterías con el fin de mejorar su aislamiento, proteger las pinturas de los rayos UV y mejorar la eficiencia energética.

El Concejal de Urbanismo y Patrimonio Histórico de Ibiza, Juan Flores Jiménez, asegura que tras estos trabajos, que se espera finalizar en septiembre, la Sala Capitular recuperará el uso polivalente que había tenido hasta que el año pasado se cerró el espacio para llevar a cabo su reforma. Volverá a ser, por tanto, sala de exposiciones, (para lo que se la dotará de una iluminación especial), espacio para actos culturales y ocasionalmente «salón para oficiar bodas».

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