Uber desembarca burlando las reglas

Tal y como temían los taxistas, incluso antes de la pandemia del covid, Uber ha acabado desembarcando en Ibiza. Y tal como auguraban y denunciaban insistentemente, con la puesta en marcha de esta aplicación tecnológica en la isla, el pasado 29 de noviembre, se incumplió la norma que obliga a contratar los servicios de los Vehículos de Turismo con Conductor (VTC) con un mínimo de media hora de antelación.

El despliegue de Uber se limitaba inicialmente a 14 vehículos registrados en su aplicación, que esperan aumentar de manera progresiva, sobre todo de cara a la masificación turística del verano. A la espera de comprobar si la multinacional se convierte en una competencia firme, desde el sector del taxi se incide en que no existen medios suficientes para vigilar que los servicios de esta plataforma se ajustan a la ley.

Igualmente, el sector del taxi ha reiterado este año sus críticas por la impunidad con la que operan los taxistas pirata en la isla. A pesar de que las inspecciones del Consell inmovilizaron un centenar de vehículos transportando clientes ilegalmente, el doble que el año anterior, los grupos organizados de piratas son una imagen habitual a la salida del aeropuerto o de las discotecas, además de ofrecer sus servicios con toda normalidad a través redes sociales.

El año acaba sin que los taxistas vean resuelta otra de sus reivindicaciones históricas para que se cree un área de prestación conjunta insular, en vez de dividirse en cinco municipios con normativas diferentes. Pero 2023 no solo ha supuesto reveses para este sector, ya que a principios de marzo recibían el beneplácito del Consell de Ibiza para actualizar sus tarifas, tras diez años congeladas. Finalmente, el precio de los viajes en taxi se ha incrementado en un 7,16%.