­­El secretario autonómico de Educación, Cultura y Universidades, Guillem Estarellas, presentó ayer su dimisión a la nueva consellera, Núria Riera, tras cinco días en el cuerda floja. Desde la destitución de Joana Maria Camps la semana pasada todas las miradas estaban puestas sobre él, al haber sido el autor intelectual del decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), ahora tumbado en los tribunales, además del auténtico conseller en la sombra. Su marcha era un requisito demandado para parte de la comunidad educativa para empezar una nueva etapa de negociaciones con el Govern.

La dimisión está confirmada por fuentes oficiales de este departamento, aunque no se ha concretado si Riera ha aceptado o no dicha renuncia. Habrá que esperar a mañana para conocer los cambios de equipo que se producirán en la sede de Educación. La salida de Estarellas, va ligada a la del director general de Planificación, Recursos Humanos e Infraestructuras Educativas, Bartomeu Isern.

Ayer, los trabajadores de la Conselleria pudieron ver tanto a Estarellas como a Isern nerviosos y con el rostro desencajado. La ausencia del secretario autonómico estos últimos días ha sido notable y aunque ayer estaba en el número 29 de Alfons el Magnànim prácticamente no hizo ninguna de sus funciones, paseando de un lado a otro con pesadumbre junto a Isern.

También es de prever la salida del hermano del director general y alcalde de Bunyola, Jaume Isern, que en los últimos meses había sido designado director del Institut per a la Convivència i l´Éxit Escolar, quien el martes fue llamado a la sede del PP para hablar de su futuro.

Recordar que Estarellas ­-que entró en el equipo de Rafael Bosch con la legislatura ya empezada y en el puesto que ahora ocupa Bartomeu Isern- es regidor en el ayuntamiento de Bunyola y que tanto Jaume Isern como él tienen plaza en el centro educativo de la cárcel, al que ahora podrá volver el secretario autonómico habiendo consolidado al menos el nivel 33 que permite a los funcionarios que han ocupado un cargo público cobrar un complemento salarial.

Como secretario autonómico de Educación, Inspección educativa dependía directamente de él y ha sido precisamente uno de los departamentos cuya gestión más se ha criticado.

El anterior jefe dimitió y ahora ha sido tumbado por los tribunales el concurso de méritos por el que entró una decena de inspectores, que se quedaron sin plaza hace apenas dos semanas, dejando a Inspección sin la mitad de la plantilla.

Petición | La nota de la consellera Riera genera polémica

Por otro lado, y antes de conocerse esta dimisión, la conselleria de Educación se dirigió a la comunidad educativa con una nota sin firmar en la que «recomienda» a los centros que tienen su proyecto TIL aprobado «que lo sigan aplicando»; una recomendación que Educación deja caer «sin perjuicio de la autonomía de centros que reconoce la legislación estatal».

El argumento del Govern es que de esta manera el alumnado «podrá seguir con el mismo horario, el mismo programa y utilizando el material didáctico adquirido a principio de curso».

La carta de Educación ha sentado como un tiro a algunos de los destinatarios. Los sindicatos STEI-i, CC OO y FETE-UGT la tacharon de «manipuladora» e incluso apuntaron que «podría resultar prevaricatoria». Lamentaron que la nota esté sin firmar «y llena de imprecisiones y manipulaciones, por no decir mentiras», cuando lo que le piden «sencillamente» es que «acata las sentencias».