Las alegaciones que la Petita i Mitjana Empresa d´Eivissa i Formentera (Pimeef) ha presentado al estudio de impacto ambiental de los sondeos en el Golfo de Valencia alertan, además del perjuicio a la fauna marina y a la industria turística reseñados por otras organizaciones, del riesgo de que las perforaciones en esta zona provoquen movimientos sísmicos y de la posibilidad de que un posible vertido de petróleo inutilice las desaladoras de las islas y cause el desabastecimiento de agua potable.

La Pimeef señala en una de sus alegaciones, rubricadas el lunes por los presidentes de todas sus asociaciones, que la desalación de agua marina es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua potable y de riego en las Pitiusas. «Algunos expertos apuntan que ante un posible vertido de petróleo se daría un grave problema de desabastecimiento de agua potable en estas dos islas», señala el texto rubricado por los empresarios. «En Formentera, la única fuente de abastecimiento de agua es la desalación. En caso de accidente y teniendo en cuenta el movimiento de las corrientes marinas en el Mediterráneo, Ibiza y Formentera quedarían afectadas en primera instancia por un posible derrame, principalmente en las fases de sondeo y explotación», apunta el documento.

Riesgo geológico en una zona con frentes de cabalgamiento

La Alianza Mar Blava, en la que se integra Pimeef, ofreció a todas las organizaciones y a los ciudadanos unas bases sobre las que alegar y animó a los interesados a ampliar esas alegaciones con aportaciones propias. Eso ha hecho la patronal, que alega contra el informe presentado por Cairn Energy advirtiendo de que «debería hacerse una evaluación de impacto ambiental estratégica valorando el riesgo geológico de realizar proyectos de investigación y sondeos en una zona con frentes de cabalgamiento».

La Pimeef denuncia que en la cartografía aportada por la petrolera en su informe de impacto ambiental no se detalla la presencia de una falla y «los posibles riesgos geológicos de la zona, que harían inviable el proyecto en fases posteriores». «En la zona se han detectado movimientos sísmicos de importancia recientemente, como el trágico terremoto de Lorca, y otros movimientos de menor importancia, que también han sido percibidos por el hombre, por lo que existe una sismicidad natural a tener en cuenta», asegura la sexta alegación de la patronal. El texto prosigue señalando que dada la «más que probable presencia de fallas» en la zona a estudiar, sería necesario profundizar en esta materia antes de avanzar en la tramitación del proyecto. Se indica también que el programa propuesto por Capricorn Spain Limited en el primer periodo de solicitud de permisos incluía la realización de estudios de geología y geofísica. Sin embargo, destacan desde Pimeef, en la documentación aportada [en el informe de impacto ambiental de los sondeos] no aparece dicho estudio: «Únicamente incluye un apartado, que en ningún caso aporta con claridad conclusiones fiables a los riesgos geológicos de la investigación».

Los empresarios entienden necesario que, antes de continuar con la tramitación del proyecto del Golfo de Valencia, se entregue un estudio detallado que determine que no existe riesgo de movimiento sísmico «en ninguna de las fases». «En caso de no poder asegurar este aspecto, dicho impacto se deberá considerar como inadmisible y suficiente para informar negativamente la evaluación de Impacto Ambiental del Proyecto», concluye el documento de la patronal.

IGME: «No se sabe cómo puede repercutir que se perfore»

El jefe de la oficina del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en Balears, Pedro Robledo, asegura que esta institución, que es el organismo de referencia en Ciencias de la Tierra en España, no dispone de datos suficientes para poder afirmar o negar que exista el riesgo sísmico al que se alude en las alegaciones pitiusas.

Asegura que para poder pronunciarse deberían realizar un estudio que valore el riesgo derivado de la extracción (que no de los sondeos) y de si esta es continuada. Considera que el informe de impacto presentado por Cairn Energy «no ha profundizado mucho en cuanto a riesgos geológicos» y que el IGME necesitaría sopesar numerosos factores, como la profundidad a la que se va a perforar o el número de barriles que se pretende extraer. «En algunos puntos se hacen prospecciones y existen garantías [de que no hay riesgo sísmico] porque se ha estudiado. En otros no se sabe [no hay estudios previos ni datos al respecto], pero eso no significa que haya riesgo», advierte.

A diferencia de lo que ocurre con los riesgos geológicos, otros expertos sí señalan que los sondeos afectarán sin duda a los hábitats y a las especies marinas. «Los biólogos y ambientalistas sí podrán decir si existe riesgo para la fauna y la flora marina, pero yo no puedo determinar nada más allá de las características geológicas de la zona, que es de sismicidad media-baja», argumenta el jefe del IGME en Balears. «Es cierto que hay una falla en la zona, pero no sé cuál es su movimiento actual ni la repercusión que puede tener en ese movimiento que se perfore el subsuelo. Habría que saber cuánto se va a perforar y a qué distancia de la falla», insiste.

Cabe deducir entonces que, si el responsable del IGME en Balears no dispone de datos para determinar la ausencia de riesgo, tampoco la empresa petrolífera habrá podido calibrar ni descartar este peligro. «No sé quién ha hecho el estudio geológico o de posibles riesgos para estas prospecciones, si se ha hecho. El IGME no lo ha hecho. Quien lo haya hecho será el que tendrá que responder en el caso de que pase algo», advierte Robledo.

Añade que al Instituto Geológico no se le ha encargado por el momento que elabore un estudio para la valoración de los posibles riesgos geológicos de las perforaciones, para ninguno de los proyectos que se promueven . Sí se ha solicitado al IGME, por parte del Ministerio de Medio Ambiente, que se revise el informe de impacto ambiental presentado por Spectrum para los dos puntos de extracción al norte de Balears, tarea de la que se está encargando ahora mismo el departamento de Recursos Geológicos de este instituto. Este podrá alegar para pedir que se mejoren determinados aspectos en los que este organismo es competente.

«La afección de los sondeos al medio geológico es escasa»

Una vez que las empresas envían sus propuestas de impacto ambiental, el Ministerio de Medio Ambiente consulta a distintos agentes y organismos. Uno de ellos es el IGME, que ahora mismo revisa la presentada por Spectrum, la empresa que pretende explorar la existencia de hidrocarburos en un área de más de 10 millones de hectáreas que empieza al norte de Menorca y llega a 25 kilómetros de las costas de Santa Eulària (Ibiza). El director adjunto del departamento de Recursos Geológicos del IGME, Roberto Martínez Orio, asegura que la afección sobre el medio geológico es escasa porque la emisión de ondas durante los sondeos se realizará desde barcos, desde la superficie del agua a una distancia de entre 800 y 1.200 metros respecto al fondo.

«Tenemos más que decir cuando en las campañas se perfora el medio geológico. Entonces sí puede haber otro tipo de afecciones. Pero eso vendrá más adelante y , si el proyecto continúa, el Ministerio nos volverá a consultar y deberemos pronunciarnos sobre la perforación. Ahora solo nos han consultado sobre la campaña de geofísica sísmica», detalla.

El departamento de Roberto Martínez elaboró hace unos meses, en mayo de 2013, el informe sobre el estudio de Cairn Energy en el Golfo de Valencia. Los resultados fueron similares a los que ahora se prevén para el de Spectrum: las campañas sísmicas no suponen riesgo geológico (aunque sí pueda suponerlo para las especies) mientras no haya perforación.

«Si las alegaciones a la autorización de los trabajos no son admitidas, los sondeos tendrán lugar a lo largo de 2014. Una vez la empresa realice esos trabajos decidirá si hay prospectividad de hidrocarburos en la zona y continuará con el proyecto o lo frenará. Si estiman que hay prospectividad, probablemente a lo largo de este año propondrán la realización de alguna perforación, que tendrá que realizar los mismos trámites [presentar otro informe que será revisado por el IGME y otros agentes]», explica el responsable.

Al Instituto Geológico solo han llegado hasta ahora dos solicitudes de revisión: la de Cairn Energy para el Golfo de Valencia y la de Spectrum, que tiene dos fases. «La situada al norte de Menorca, que es una red sísmica bastante tupida, y la que afecta al sector suroriental de Balears, en un área mucho más extensa», describe Martínez, quien puntualiza que ambas fases están incluidas dentro del mismo estudio de Spectrum.

El responsable del IGME señala que este organismo se limita a informar sobre lo que el Ministerio ha solicitado: los riesgos en la campaña sísmica. Si, llegados a la fase de perforación, sus informes no fueran favorables, entiende que el Ministerio no sería responsable de haber permitido a las empresas invertir en la tramitación del proyecto durante años: «La empresa conoce este procedimiento. En el hipotético caso de que tuvieran pensado realizar alguna actuación que conlleve un riesgo que ahora no estén revelando, deberían saber que en algún momento la Administración les va a exigir la toma de una serie de medidas o el cierre de la operación».

Martínez recuerda que la mayoría de los estudios sobre prospectividad en España se realizaron entre la década de los 60 y la de los 80. Para explicar el interés de las petroleras por el Mediterráneo en los últimos años, relata: «El conocimiento del medio y de las técnicas de exploración ha avanzado. Eso y el incremento del precio de los hidrocarburos puede hacer atractivo para ciertas empresas explorar zonas que antes se consideraban demasiado profundas, costosas y con depósitos muy pequeños». Añade que, en su momento hubo una exploración del litoral mediterráneo español que dio lugar a la plataforma de Casablanca que Repsol mantiene todavía activa en aguas de Castellón, y también el almacén de gas Castor, que antes fue el depósito de petróleo de Amposta. «Hubo exploración del margen, ahora se mira hacia aguas profundas», concluye.