­El Ayuntamiento de Sant Antoni ha ordenado a la propiedad de los bares Stephan, Pussycat, Bel Sito, Rita’s y The Island Cafe, todos ellos en la manzana situada delante del Club Náutico, que hoy por la mañana queden totalmente desalojados y sin abrir al público, debido al inminente peligro de derrumbe que presenta el inmueble. El edificio, de planta baja y tres pisos, ya había sufrido un percance el año pasado, cuando se desplomó un balcón que fue a parar a la cocina de uno de estos locales, debido al mal estado que presenta la construcción.

Como consecuencia de las inspecciones realizadas por los servicios técnicos y en vista de que durante los últimos meses se ha agravado el estado de deterioro del edificio, el Ayuntamiento ordenó este fin de semana a la propiedad el desalojo en 24 horas de todas las dependencias del mismo. El concejal de Urbanismo, José Torres, informó a este periódico de que si hoy por la mañana abre alguno de estos establecimientos, «se le cerrará» incluso mediante la intervención de la Policía Local si fuera preciso.

Torres no descartó que se pueda autorizar el funcionamiento de dichos locales durante la temporada si la propiedad presenta un proyecto de apuntalamiento que convenza a los servicios técnicos municipales. «Dependerá del proyecto que presenten y si lo ven bien los técnicos», confirmó el concejal de Urbanismo.

En todo caso, una vez concluida la temporada, concretamente en el mes de octubre, deberá empezar la demolición de todo este edificio, previo vallado del solar y desconexión de sus servicios de luz, teléfono y agua. Según los cálculos del Ayuntamiento, la reconstrucción del inmueble podrá finalizar para el verano que viene. Toda la obra será a cargo del propietario.

Críticas de los empresarios

Los empresarios que explotan estos bares -todos ellos en régimen de alquiler- expresaron ayer ante este periódico su malestar por la decisión municipal, ya que, aseguran, no habían sido advertidos previamente. «Hemos gastado mucho dinero contratando al personal para la temporada», afirmó la encargada del restaurante Stephan.

Sin embargo, José Torres aseguró que todos ellos «sabían desde hace tiempo» que iban a ser desalojados, dado que el edificio «presenta muy mal estado y es un peligro». «El Ayuntamiento no puede pasar por alto esta situación, porque podría ocurrir una desgracia, sobre todo cuando empiezan a producirse las lluvias y los vendavales de otoño», explicó. También recordó el desplome del balcón producido el año pasado, que «atravesó la cocina del restaurante Island y no pasó nada porque en ese momento estaba cerrado», afirmó.

Otro local cercano, aunque situado en otro edificio y no afectado por esta situación, S’Avaradero, deberá presentar también un proyecto con medidas de seguridad durante las obras.

José Torres explicó que inicialmente se había empezado a tramitar un expediente de ruina, coincidiendo con la caída del balcón el año pasado. Sin embargo, en una segunda comprobación, los técnicos se percataron de que el estado de degradación del edificio había empeorado notablemente, por lo que se agilizó la tramitación del expediente de ruina. «Los informes técnicos dan la razón al Ayuntamiento», advirtió Torres, quien añadió que la propiedad de estos locales había presentado un recurso en el que defendía como solución el apuntalamiento de estas dependencias, pero que fue rechazado por la Corporación.

Las viviendas que hay encima de estos restaurantes ya se encontraban previamente desalojadas por la falta de seguridad que sufren.