El conseller de Turismo de Formentera, Josep Mayans, presentó ayer los nuevos medios de los que disponen los usuarios del transporte público este invierno, consistentes en la instalación de cinco intercomunicadores en las principales paradas de autobús de la L1, que une las localidades de es Pujols, Sant Ferran, Sant Francesc y la Savina. Mayans señaló que el objetivo es implantar un sistema de transporte «flexible y eficiente», durante los meses de invierno, que evite que los autobuses circulen vacíos y que, a la vez, cubra la demanda existente.

El conseller indicó que estos elementos se han instalado en una primera fase y en función de los resultados se procederá a aplicar el mismo sistema en el resto de las líneas de transporte público.

Para solicitar el servicio los usuarios deben consultar los horarios en las paradas y aquellas frecuencias señaladas con un asterisco son las que se pueden solicitar por el intercomunicador, diez minutos antes del horario fijado.

El sistema de intercomunicadores es totalmente autónomo y funciona gracias a una placa solar que alimenta una batería que mantiene el sistema activo para avisar al conductor del autobús. Las marquesinas también se han dejado preparadas para instalar pantallas que informarán de las frecuencias de paso de los autobuses y del tiempo que tardarán en llegar a la parada.

Transporte para jubilados

Mayans también detalló que los intercomunicadores servirán para que las personas jubiladas puedan disponer del servicio desde la parada más próxima a su domicilio, el puerto, el Hospital y la localidad de Sant Francesc. Incluso las personas mayores que viven en zonas diseminadas que no tengan parada de autobús como Cala en Baster, Porto Salé, Camí vell de la Mola y es Cap cuentan con un servicio a la demanda específico. Este servicio a la demanda para mayores se mantendrá durante todo el año.

Este plan de movilidad está incluido dentro del programa europeo Flipper, en el que participan diversos municipios de países de la UE que por sus medidas territoriales no pueden establecer sistemas de transporte público convencionales. En el caso de Formentera se trata de fijar en invierno un servicio a la demanda, mientras que en verano se aumentan las frecuencias y las líneas. La Unión Europea financia con 220.000 euros, en cuatro años, la implantación del plan, que pretende ajustarse a la demanda y evitar gastos superfluos.