Primera exposición

«Gané doce mil pesetas con las que pude hacerme mi primer estudio»

«Había participado en algunas exposiciones colectivas, pero mi primera exposición individual fue el año 1963 en la sala de la Caja de Pensiones, en Vara de Rey. Expuse una serie de obras sobre papel en las que mezclaba acuarela con óleo, una técnica que yo mismo había encontrado y en la que me sentía muy a gusto trabajando.

Recuerdo algunas anécdotas de aquella muestra. Por ejemplo, estando yo allí, un día vinieron un chico y una chica muy jóvenes, extranjeros, miraron la muestra y la chica, que era guapísima, me preguntó el precio de un cuadro. Yo le dije el precio: dos mil pesetas. Compró el cuadro. Poco después me enteré de quién era: Gudrun Ensslin, es decir, la misma que iba a convertirse en una de las terroristas más peligrosas de Alemania, novia de Baader Meinhof... Tengo cartas suyas, pues quiso hacerme un contrato para publicar, en la revista de la universidad donde estudiaba por entonces, varias reproducciones de mis cuadros. No supe más de ella hasta que un día vi su fotografía en la prensa y la reconocí.

La muestra, anécdotas aparte, me fue muy bien. Gané doce mil pesetas, que entonces era dinero, con las que me pude construir mi primer estudio, en el jardín de la casa donde vivíamos entonces, en Vila. Me animó mucho también la crítica positiva de mis amigos, sobre todo extranjeros. Me parece que a mis amigos ibicencos no les interesó mucho, menos acostumbrados por entonces al arte abstracto. Sin embargo, recuerdo que a Vicent Calbet sí le gustó, de hecho me cogió algunas ideas...

Como digo, yo había ya participado en alguna colectiva y había entrado en contacto con los miembros del Grupo Ibiza 59, que conocían mis cuadros. Este Grupo fue muy importante para Ibiza, para el desarrollo del arte abstracto en la isla. Nació un interés por la pintura, por la abstracción, y la gente hablaba mucho sobre el tema. La galería El Corsario cumplió un papel muy importante con aquellas exposiciones. En cierto momento incluso me propusieron dirigirla y acepté, no muy convencido, pero acepté. Hice tres o cuatro exposiciones pero al final decidí dejarlo. Recuerdo, por ejemplo, que organicé una muestra de Frank El Punto y otra de un pintor danés que vivía en ses Figueretes, muy bueno por cierto, al que los demás tenían un poco marginado...».

Artistas en los años 60

«Para mí fue un acontecimiento muy grande que ocurriera aquí todo esto»

«Aquellos años, quiero decir los 60 sobre todo, también los 70, fueron realmente muy interesantes desde el punto de vista artístico. Artistas, promotores de arte, galerías... todos contribuyeron para que Ibiza viviera un momento artísticamente espléndido. Tuve la suerte de vivir aquellos años y de conocer a muchos de los protagonistas.

Recuerdo a Will Faber, que era muy buen pintor, aunque siempre demasiado ligado a la pintura de Paul Klee, no supo nunca desvincularse de ella... Fui muy amigo de Mompó, que vino a vivir a Ibiza precisamente motivado por el ambiente artístico. Muy mironiano, pero con un estilo muy propio también, de gran personalidad. También Genovés vino un poco por el mismo motivo, Úrculo...

La galería Ivan Spence desarrolló una labor muy importante. Ivan era un hombre muy simpático, muy campechano, que no sabía nada de arte, aunque era un señor muy culto que había sido juez, y de hecho en su galería aprendió mucho en contacto permanente con artistas y organizando exposiciones.

Carl van der Voort llegó poco después y al principio empezó a colaborar con Ivan. Carl sí estaba más enterado, conocía muchísimo lo que se hacía en el mundo por aquel tiempo y era un gran conocedor del arte de vanguardia. Ambos organizaron una exposición muy interesante en 1965 sobre pintores en Ibiza de aquellos años -yo estaba también incluido-, que se inauguró en la galería Ivan Spence y luego viajó a Madrid y Barcelona.

Bechtold, Hans Laabs, Broner... conocí y traté a casi todos los miembros de Ibiza 59. De este grupo recuerdo también a Bob Mumford, que para mí era un pintor buenísimo: siempre que había una exposición colectiva lo primero que hacías era ir a ver su cuadro... Lo que pasa es que llegó el Pop Art y quedó muy impresionado. Aquí mismo en Ibiza empezó a cambiar su pintura, su estilo, empezó a imitar un poco a los nuevos artistas americanos hasta que se fue a Estados Unidos con un montón de cuadros pintados con el nuevo estilo, pensando que iba a tener un gran éxito. Pero no fue así y acabó de taxista en Nueva York.

Conrad Marca-Relli era ya un gran artista consagrado internacionalmente cuando llegó a Ibiza para instalarse. Su llegada fue un ejemplo más del poder de persuasión de Carl: no sé cómo lo lió, qué le dijo, para que viniera a vivir aquí. En cualquier caso, no era un hombre que pudiera estar en el mismo sitio mucho tiempo y al cabo de unos pocos años se marchó. Es uno de los pintores realmente grandes que ha pasado por Ibiza.

Para mí fue un acontecimiento muy grande que ocurriera aquí todo esto. Conocer a estos artistas, ser amigo de ellos, pintar como lo hacían ellos... Ciertamente fue una gran suerte.

No llegué a exponer en la Ivan Spence, pero sí repetidas veces en la Carl van der Voort, primero cuando éste la dirigía, después con su continuadora, Cati Verdera. Y he expuesto también en otras galerías y salas de exposiciones de la isla».

Broner y la casa

«Un día se le ocurrió la idea de hacer un cineclub en Eivissa»

«Compré un solar en Jesús y le pedí a Erwin Broner, que ya era amigo nuestro, que nos hiciera la casa No nos cobró nada por hacernos los planos, por cierto. Por aquella época, un día me confesó que le gustaría ver películas en su idioma original, era un gran aficionado al cine. Así fue cómo se le ocurrió la idea de hacer un cineclub en Eivissa. Pedimos ayuda a algunos amigos, como Raimon Torres, entre otros, y así conseguimos crear el cineclub, en el Central Cinema, primero, y después en el Cine Católico. Había más de cien socios, me parece, y pudimos ver muy buenas películas.

No recuerdo cuándo conocí a Broner, pero debía de ser hacia el año 1955. Y la construcción de nuestra casa fue el año 1970. Anneliese y yo le contamos lo que queríamos, yo le insistí, como ibicenco, que la casa tenía que mirar al sur... Lamentablemente no pudo ver acabada la casa.

Recuerdo que un poco antes de su muerte estábamos en las Salinas, en la playa, Gisela y él, Anneliese y yo, y hablábamos de la edad. Entonces Broner dijo: «Yo he cumplido ya los 70 años, pero actualmente, un hombre de 70 años no es un viejo». Murió de un infarto, en Alemania, no mucho tiempo después.»

Muestras fuera de Ibiza

«En 1971 expuse en la Galería Nova de Barcelona y fue importante para mí»

«Mi primera exposición fuera de Eivissa fue en Palma, en la galería Quint, en 1965, gracias a la intervención del escritor Antonio Fernández Molina, que trabajaba con Camilo José Cela, como secretario, en la revista Papeles de Son Armadans, y había visto cuadros mío en Eivissa. Yo estaba abonado a esta revista y a la Revista de Occidente.

Tuve bastante éxito aunque apenas vendí nada. En Palma el arte abstracto tampoco era muy conocido, aunque había un grupito de extranjeros en Valldemosa que ya estaba en este estilo. Todo lo que expuse allí eran cosas pequeñas sobre papel.

Expuse también pronto en Barcelona, en este caso a través de un pintor catalán, Argimon, que había estado también por aquí, con Ivan Spence. Recuerdo que envié una serie de cosas pequeñas, pero las envié enmarcadas, así que cuando llegaron los cuadros a la galería estaban rotos todos los cristales...

Pocos años después, en 1971, expuse en la galería Nova, también en Barcelona, y esta exposición sí fue importante para mí. El crítico Alexandre Pellicer vino a verla y escribió con elogio sobre ella. También pasaron por la sala Corredor Matheos, María Luisa Borrás y otros importantes críticos de arte y escritores, que me apoyaron mucho.

Borrás me incluyó poco después en una gran antológica en México de pintores catalanes. Aquella exposición en Nova me abrió las puertas también de la Galería René Metras, que era la mejor galería de Barcelona y una de las más importantes de España, donde expuse más tarde en dos ocasiones.

Expuse también en Madrid, en 1976, en una galería que abrió Carl van der Voort, Galería Internacional, y que duró muy poco... Y en Alemania, a finales de los años 60».

La esencia del arte

«El arte es la manifestación suprema del ser humano»

«El arte es la manifestación suprema del ser humano. Es lo máximo que puede expresar. Por mi experiencia, diría que yo soy artista porque me ha interesado formarme como ser humano. He hecho un arte bastante de investigación, he procurado no quedarme con lo que ya sabía hacer. Me estimula buscar nuevas técnicas, nuevas formas. Un pintor ha de ser siempre vanguardista, en el sentido de que ha de intentar siempre superar lo que ya ha hecho, lo que ya sabe.

Empecé pintando muy influido por la pintura de Paul Klee, pues como ya he contado, mi encuentro con aquel grupo de estudiantes alemanes en Eivissa en 1955 fue decisivo. También estuve influido por Miró y el expresionismo abstracto. Luego he ido evolucionando hacia una pintura más formal, no sé cómo decirlo. Lo importante es ser uno mismo, encontrarse.

El arte hay que sentirlo, es algo que debe emocionarte. No está para ser entendido. El arte contemporáneo, especialmente el abstracto, se le hace difícil a la gente, sobre todo porque no reconoce lo que ve, porque espera ´comprender´. Pero la esencia del arte está en los sentidos, en la emoción»