Las notas del pentagrama que impregnan el aire de Cas Serres se mezclarán estos días con los lápices de colores. Ayer, a las nueve de la mañana, arrancó en el Conservatorio de Música una nueva edición del campamento musical de verano que organiza el Taller de Flauta Dolça Aubarca, después de muchos meses de preparación.

Piccolo, oboe, arpa y contrabajo no son únicamente instrumentos, también se convierten aquí en los nombres de los grupos formados por edades. Y es que este curso acoge a infantes y adolescentes desde los tres hasta los dieciséis años.

Lecciones de trompeta, viola, violín y violonchelo, piano, clarinete, saxo y flauta se imparten de forma colectiva a los niños que han elegido cada instrumento. Además, clases conjuntas de teatro y coro en las que los jóvenes músicos preparan una cantata, `Cantata per una tortuga´. Esta obra musical ha sido traducida para esta ocasión a la variedad dialectal de Eivissa por el traductor y corrector lingüístico Vicent Tur Serra, quien corrige a los niños en los ensayos: «Otras veces hacemos obras que originariamente están en inglés o en otro idioma y las adaptamos al ibicenco», señala Tur Serra.

Para desperezarse y mover el cuerpo hay algunas clases de danzas en las que prima la diversión y el juego en grupo. Para todo ello, Peligros y Toni cuentan con ayuda: diecisiete profesores conforman el cuadro formativo del curso, entre monitores de tiempo libre, músicos y algunos que asumen la doble función.

Las actividades comienzan a las 9 de la mañana y tras un breve recreo, los niños vuelven a las aulas, pero con una sonrisa que hace latente sus ganas e ilusión por empezar las clases de música. Para comer, el hotel Don Toni les abre las puertas y los niños pasan un divertido rato en la piscina antes de volver al `trabajo´.

Alumnos y maestros se subirán al escenario del auditorio de Cas Serres para demostrar sus habilidades con el instrumento.«Los profesores también harán un pequeño concierto que están preparando», indica Tur. Lo aprendido durante estos días se pondrá a prueba en tres conciertos diferentes que tendrán comienzo a las 19 horas, los días 24, 25 y 26 de julio.

Falta de infraestructuras

«Por desgracia, apenas hay instalaciones en Eivissa que permitan realizar un verdadero campamento, y menos musical», explica Saura, directora musical del campus, e insiste en que hay escasos locales de música para los jóvenes que pertenecen a pequeñas formaciones musicales.

En anteriores ocasiones, comenta Toni Tur, director técnico de este curso y director del Taller de Flauta Dolça Aubarca, «el campamento se había realizado en San Mateo, en sa Cala de Sant Vicent, en el colegio Cas Raspalls de Sant Jordi y alguna vez en Cas Serres, pero antes el campamento duraba un mes y este verano se ha visto reducido por este impedimento. Eivissa necesita más infraestructuras para este tipo de cosas porque los jóvenes las reclaman».

Toni Tur destaca la buena colaboración que han tenido este año por parte de las instituciones: «La Fundación Abel Matutes colabora siempre y también nos apoyan el Consell Insular desde las conselleries de Política Cultural y Deportes y Política juvenil, además del patrocinio del Ayuntamiento de Vila». Sin quitar mérito a estas entidades, Tur afirma que «los padres son el 60% del apoyo» que necesitan para llevar esto adelante.

Toni Tur y Peligros Saura son pioneros en este tipo de campamentos en la isla. En su etapa como estudiantes conocieron el mundo de las actividades de ocio y aprendizaje, por lo que decidieron montar el Club s´Olivassa, estableciendo la música como centro de interés común. En 1997 se realizó el primer campamento musical del Taller de Flauta Dolça Aubarca.

El piano es el vencedor entre los instrumentos que los pequeños y adolescentes estudian, seguido del saxofón, aunque algunos carecen de conocimientos musicales previos: «Esto está abierto a todos los niños, incluso han venido algunos desde Mallorca», indica Saura.